La mejoría en el limbo

Las jornadas pasan y la mejoría en el aspecto arbitral sigue en el limbo.

Se pudiera esperar un repunte si el problema en el nivel de los silbantes pasara porque muchos son árbitros de poca experiencia y escasa actividad, pero el mal está presente en novatos y consagrados.

Francisco Chacón, de lo mejor en México, realizó un trabajo muy malo en el Cruz Azul-Guadalajara. Dejó que jugadores de ambos equipos repartieran leña por todo el terreno de juego y ni por arte de magia mostró alguna tarjeta que metiera disciplina al partido.

Humberto Sierra Humberto Sierra Publicado el
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Las jornadas pasan y la mejoría en el aspecto arbitral sigue en el limbo.

Se pudiera esperar un repunte si el problema en el nivel de los silbantes pasara porque muchos son árbitros de poca experiencia y escasa actividad, pero el mal está presente en novatos y consagrados.

Francisco Chacón, de lo mejor en México, realizó un trabajo muy malo en el Cruz Azul-Guadalajara. Dejó que jugadores de ambos equipos repartieran leña por todo el terreno de juego y ni por arte de magia mostró alguna tarjeta que metiera disciplina al partido.

Apenas iniciaba y el delantero cruzazulino “Alemao” le pega violenta plancha a Carlos Salcido que merecía la roja, pero que ni amonestación recibió; de ahí en adelante el trabajo de Chacón fue a la baja, con patadas, faltas, barridas al tobillo y no al balón y protestas que lograron que su actuación fuera de mala calidad.

Paul Delgadillo, otro de basta experiencia, le regaló un penalti al Veracruz y aunque significó el tercer gol de los Tiburones, su falla tiene consecuencias pues es un equipo metido en problemas de descenso y es en estos encuentros donde los trabajos arbitrales deben ser inmaculados.

Ya son siete jornadas y no se ha visto una mejora evidente y sostenida. Los cambios que provocó aquel movimiento de los silbantes no ha tenido los resultados esperados… aunque para otros sí.   

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