La crisis azul

Sin embargo lo sorprendente es la forma como los dirigentes y líderes azules están procesando la derrota: lejos de hacer un ejercicio de autocrítica, las primeras reacciones son de evasión, arrogancia y buscar culpables fuera de esa institución y no dentro de ellos mismos.

Varios hechos hacían previsible el debacle del PAN:

Darío Mendoza Darío Mendoza Publicado el
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Sin embargo lo sorprendente es la forma como los dirigentes y líderes azules están procesando la derrota: lejos de hacer un ejercicio de autocrítica, las primeras reacciones son de evasión, arrogancia y buscar culpables fuera de esa institución y no dentro de ellos mismos.

Varios hechos hacían previsible el debacle del PAN:

El mensaje ambiguo de su candidata presidencial nunca atinó a decirnos por qué era diferente, Josefina Vázquez Mota se quedó atrapada entre el discurso del cambio o la continuidad. Siempre rehén de Felipe Calderón terminó su campaña con un auténtico disparate, invitar al Presidente a ser Procurador General de la República en caso de que ganara la Presidencia. Con ese lenguaje la candidata se aferraba al voto duro, pero se alejaba del voto independiente, votos que obtuvo Andrés Manuel López Obrador cuya campaña fue ganando puntos y desplazando a la panista.

El PAN gana con candidatos que vienen de fuera, los candidatos outsider son los que han logrado atraer a los votantes más ciudadanos, cómo fue el caso de Manuel J. Clouthier y Vicente Fox, personajes que no son los típicos perfiles panistas. En el 2009 ya se veía que el expriísta Malova en Sinaloa, el ex priísta Moreno valle en Puebla y el ex priísta Gabino Cué en Oaxaca, son los que le permitían ganar al PAN en esos estados, todos ellos candidatos externos.

También el blanquiazul vive una crisis de liderazgos, fue el PRI el que ha presentado rostros jóvenes como el mismo candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, y Aristóteles Sandoval en Jalisco. Entre las llamadas familias custodias y los miembros de la ultra derecha, que forman la burocracia partidista no existen líderes que hablen el lenguaje de los ciudadanos.

En broma una vez comenté con amigos del PRI, que en 2009 no tenían que hacer mucho para ganarle al PAN, que sólo subir a los espacios de televisión su entonces Presidente Germán Martínez, el PAN se iba a derrumbar. Es decir los rostros de sus dirigentes, no le dicen nada a los mexicanos ni a los jóvenes.

Lo que sigue será una lucha por proteger sus pequeños cotos de poder por parte de los grupos que han arruinado a ese partido. Pero no pueden venir cambios desde dentro del PAN. Primero porqué en época de la libertad de las redes sociales no puede triunfar grupos secretos o reservados, cuya máxima es “el que obedece no se equivoca”: eso puede hacer un ejército, pero no una cantera de líderes. Y por otra, las familias custodias, que son eso, familias, que asegurarán su supervivencia pactando con el PRI.

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