La efectividad del programa IMSS-Bienestar ha quedado establecida en el número de entidades que se han incorporado. Foto: Especial

En el debate por la salud la UNAM optó por la derecha

El pasado 31 de marzo, la Facultad de Medicina de la UNAM organizó el conversatorio “Análisis y reflexión sobre el sistema de salud en México”. Este evento académico estuvo dominado por voces identificadas con la derecha del país (académicos, exsecretarios de salud, médicos del sector privado), sin contar con la participación de ninguna voz discordante […]

El pasado 31 de marzo, la Facultad de Medicina de la UNAM organizó el conversatorio “Análisis y reflexión sobre el sistema de salud en México”. Este evento académico estuvo dominado por voces identificadas con la derecha del país (académicos, exsecretarios de salud, médicos del sector privado), sin contar con la participación de ninguna voz discordante o por lo menos, diferente; situación que contraviene el papel de la UNAM como generadora de un equilibrio social en temas fundamentales para la nación.

Durante el conversatorio se expresaron opiniones claramente alineadas con los intereses de la derecha, que buscaban denostar con un sustento sesgado, los aciertos que la presente administración ha conseguido a partir de 2018, con la llegada del cambio y la transformación del país.

Por ejemplo, el gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene avances considerables en la federalización de los servicios de salud (24 estados se han adherido al programa).

En contraste a la opinión de los ponentes, el IMSS-Bienestar se diferencia claramente del Seguro Popular, porque atiende a la prestación de servicios médicos de manera pública y gratuita para la población sin seguridad social (afiliación explícita) con la garantía explícita del derecho a la salud como un derecho humano (que puede ser escalable a través de normas y programas) establecido en el artículo 4°de la Constitución, tutelado y vigilado por el estado (bien público) y alejado de la políticas mercantilistas a las que ellos ansían regresar.

Muestra de la parcialidad del foro fue el cierre, el cual estuvo a cargo del exsecretario de salud en el gobierno foxista, Dr. Julio Frenk, quien escudado en una falsa defensa por la democracia que sólo busca mantener una burocracia dorada y privilegios, intentó enviar un mensaje político afín al conservadurismo.

Las falsas afirmaciones vertidas en el conversatorio lejos de contribuir al análisis crítico y constructivo buscan desacreditar los esfuerzos y avances del actual gobierno en el ámbito de la salud.

Preocupa que la UNAM, institución que durante muchos años se ha caracterizado por fomentar a través del debate un pensamiento crítico y diferente, excluya a voces con opiniones distintas a las de la derecha. La ausencia de pluralidad demuestra un retroceso en la misión de la Universidad de fomentar el diálogo y la deliberación.

Pareciera que en la Facultad de Medicina los invade la nostalgia por el pasado, un pasado que solo se quedaba en el discurso, que avanzó a medias en la solución de problemas seculares, que tampoco mejoró las condiciones generales de salud, e incrementó la desigualdad social de los mexicanos. La desequilibrada herencia en salud que nos dejaron las administraciones pasadas es fruto precisamente de sus malas acciones y decisiones.

El proponer un modelo de salud contra hegemónico (diferente) al de las administraciones anteriores es una forma diferente de ver el futuro de la salud de millones de mexicanos y de disminuir la brecha de desigualdad que los conservadores ahondaron con sus políticas sanitarias.

La salud es un tema de enorme relevancia para la población mexicana y requiere de la colaboración y el compromiso de todos los actores involucrados.

La “casta dorada” de académicos de la UNAM no debe olvidar que el relativismo es una corriente filosófica que afirma que todos los puntos de vista son igualmente válidos. Es fundamental recordar que el debate respetuoso y el contraste de ideas permite que todas las voces sean escuchadas, en beneficio de la población mexicana, a menos de que el presidente López Obrador tenga razón, al decir que es una verdadera lástima y que “la UNAM se derechizó”.

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