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¿Alguien les cree?

Los problemas que se han desatado entre el alcalde de San Pedro y el gobernador en los últimos días llevan a pensar en varios escenarios.

No obstante, el más fuerte se encamina a la mentira.

Ambos han mentido a la sociedad y por tanto ya nadie les cree.

Están como el cuento aquel de: “ahí viene el lobo” y cuando éste llegó nadie le creyó al pastor.
Por lo anterior vale la pena ver y analizar los posibles motivos que están detrás de cada acción.

Por un lado está claro que el gobernador tiene compromisos de partido, antes que con los ciudadanos.

La confianza en las autoridades gubernamentales está escasa y hoy la sociedad juega simplemente a investigar, adivinar y a no creer.

Los problemas que se han desatado entre el alcalde de San Pedro y el gobernador en los últimos días llevan a pensar en varios escenarios.

No obstante, el más fuerte se encamina a la mentira.

Ambos han mentido a la sociedad y por tanto ya nadie les cree.

Están como el cuento aquel de: “ahí viene el lobo” y cuando éste llegó nadie le creyó al pastor.
Por lo anterior vale la pena ver y analizar los posibles motivos que están detrás de cada acción.

Por un lado está claro que el gobernador tiene compromisos de partido, antes que con los ciudadanos.

También, que Enrique Peña Nieto ya le pidió una cuota de votos, la cual piensa sumar con los que le podría aportar Othón en el municipio que Mauricio gobierna.

Por lo anterior, la sociedad podría creer que la detención de los policías es puro pretexto político para sumar más votantes a favor del tricolor.

Pero por otro lado, la historia nos ha mostrado que en San Pedro sí hay policías coludidos con la delincuencia.

Varias muestras de ello son cuando en los últimos meses de Fernando Margáin, varios policías reprobaron las pruebas de control de confianza, pero el alcalde Margáin los dejó trabajando en la administración, so pena de “ser forzado” a reintegrarlos según sus propias palabras.

Adicionalmente también es conocida de la denuncia de algunos policías que extraen gasolina de las patrullas, o que se hacen de la vista gorda frente a delitos obvios, porque estos se cometen en colonias donde tienen familiares.

Pero no sólo hay otras evidencias de estos nexos.

Un ejemplo es el de un caso de secuestro sucedido en San Pedro, porque cuando se entregó el dinero del rescate en un lote público, unas patrullas del municipio escoltaron a los que recogían el efectivo.

Caso que conocí y motivo por el que la credibilidad en que el 100 por ciento de los policías de San Pedro no están limpio.

Ahí también está la historia del inicio de la administración municipal, cuando el alcalde Mauricio Fernández presumió a su “grupo rudo” y declaró que la ley se la pasaba por donde él quisiera.

Por otro lado, tenemos la historia de Rodrigo Medina, con un gobierno de paseo en donde no sólo se ve que el crimen aumenta.

Se incrementan los robos a vehículos y la impunidad está a flor de piel, más los actos de enriquecimiento inexplicable que aparecen en los medios y que hacen que no se le crea al gobernador.

Pero a pesar de todo lo anterior, ya salió el padre de la joven a quien robaron el vehículo a narrar su historia y aseguró que los policías dejaron escapar a uno de los ladrones.

Definitivamente que la confianza en las autoridades gubernamentales está escasa y hoy la sociedad juega simplemente a investigar, adivinar y a no creer.

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