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¡Ah! que Cordero… Y la visita de Peña

Los acontecimientos de la semana pasada en el Senado dejan dos puntos a la luz:  una, la necesidad de que los intereses de la nación estén por encima del de los partidos políticos; dos, que el pacto recién firmado está colgado con alfieleres.

Los acontecimientos de la semana pasada en el Senado dejan dos puntos a la luz:  una, la necesidad de que los intereses de la nación estén por encima del de los partidos políticos; dos, que el pacto recién firmado está colgado con alfieleres.

En el caso primero es evidente que Ernesto Cordero no mostró los tamaños para estar en el puesto que está como Presidente del Senado, pues ahí debe aprender a digerir de todo sin hacer gestos, pensando en que ese puesto demanda apertura, democracia y respeto, para que el orden de la Institución se garantice. El corazón partidista se muestra sólo en el voto.

También ayuda a ver por qué es fundamental que la reelección se dé, pues es cuando los legisladores comprenden que le deben su puesto a la sociedad y no a sus partidos.

El segundo punto deja abierta la posibilidad de que realmente el acuerdo se firmó con un grupo de cada partido. Que obligaron y amenazaron a las bancadas a firmar el acuerdo, por lo menos eso aparenta ante los hechos ocurridos el día de ayer.

El pacto se veía como una luz en el medio de la oscuridad, donde un gobernante que entra débil, golpeado y dudoso, ve la necesidad de tomar las riendas y crear acuerdos escuchado a sus oponentes y a la sociedad.  Ahora falta que incluyan a ésta última, pues no se habló de ella en lo más mínimo.

Tal vez por eso, Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) ya se unieron.

Publicarán un desplegado y organizarán una rueda de prensa hoy y mañana para pedir con respeto se considere la visión ciudadana y el seguimiento en estos acuerdos.  Esto es, ser los garantes de que las cosas sucedan de forma abierta y transparente, sin entrar a negociar en lo oscurito, sino a la luz, donde no hay nada qué esconder.

Y cuando no hay nada qué esconder, se trabaja abiertamente y sin dobles mensajes, como el que diera EPN en su visita a Nuevo León, pues mandó un mensaje claro del respaldo que le da al gobernador Rodrido Medina, sin mirar, ni escuchar los reclamos diarios de sus desastres:
No se transparenta el manejo de los recursos en Nuevo León.

Y luego habla sobre la construcción de una Línea 3 del Metro y que padre, pero el problema es quién la va a pagar, porque aquí el señor del Metro ya se lo llevó todo y mucho dinero más que ahora nos quieren cobrar con nuevos impuestos.

Y por último, en el tema de la seguridad es cierto que hemos bajado en robo de autos, pero de eso a que nuestra seguridad esté garantizada, hay mucha diferencia.

En fin, es tiempo de que cada ciudadano vea y considere que el único pacto que vale, es el que él o ella hagan con el seguimiento a las acciones de sus gobernantes.

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