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Solución dividida

La discusión sobre cómo resolver la crisis de los menores centroamericanos indocumentados que cruzan la frontera a Estados Unidos desde México sigue dividiendo a los políticos estadounidenses. 

A escasos meses de que comiencen las elecciones para decidir quién controlará el Senado, el Partido Republicano aún no puede decidir qué hacer sobre la inmigración ilegal.

Por ello, el presidente Barack Obama tomará una decisión antes de finales de verano sobre cómo usar su autoridad para enfrentar el problema, anunció ayer Dan Pfeiffer, alto asesor de la Casa Blanca. 

La discusión sobre cómo resolver la crisis de los menores centroamericanos indocumentados que cruzan la frontera a Estados Unidos desde México sigue dividiendo a los políticos estadounidenses. 

A escasos meses de que comiencen las elecciones para decidir quién controlará el Senado, el Partido Republicano aún no puede decidir qué hacer sobre la inmigración ilegal.

Por ello, el presidente Barack Obama tomará una decisión antes de finales de verano sobre cómo usar su autoridad para enfrentar el problema, anunció ayer Dan Pfeiffer, alto asesor de la Casa Blanca. 

Pfeiffer dijo que Obama no tiene más remedio que actuar por su cuenta debido a que el Congreso incurrió en un “fracaso para arreglar el sistema de inmigración” y no pudo proporcionar más fondos para resolver la crisis.

Aunque ha trascendido que Obama piensa retrasar la deportación de hasta cinco millones de personas y otorgar visas de trabajo, la Casa Blanca aclaró que tales versiones son “conjeturas mal informadas”.

Bloquean avances

El partido republicano no ha llegado a un consenso sobre el tema debido a un pequeño número de legisladores ultraconservadores que han obstaculizado las gestiones de los líderes republicanos para elaborar posiciones consistentes con sus objetivos electorales próximos. 

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