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Repudiando al prójimo

Cientos de manifestantes salieron a las calles en diversas ciudades del globo con un solo objetivo: mostrar el repudio hacia un país en específico.

En ambos casos se vio el mismo modus operandi: ataques a las embajadas de las nacionesa las que se protestaba, quema de banderas, consignas nacionalistas y ataques que  se vuelven cada vez más violentos.

Las heridas de la ocupación japonesa

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Mil personas acudieron a las manifestaciones en Líbano
"Mientras haya sangre en nosotros, no vamos a guardar silencio sobre los insultos contra nuestro profeta”
Hassan NasrallahLíder de Hezbolláh
Las islas disputadas son pequeños peñascos que han sido un punto de conflicto entre China y Japón durante décadas

Cientos de manifestantes salieron a las calles en diversas ciudades del globo con un solo objetivo: mostrar el repudio hacia un país en específico.

En ambos casos se vio el mismo modus operandi: ataques a las embajadas de las nacionesa las que se protestaba, quema de banderas, consignas nacionalistas y ataques que  se vuelven cada vez más violentos.

Las heridas de la ocupación japonesa

El 81 aniversario de la invasión japonesa a China celebrado ayer fue el escenario perfecto para que miles de chinos salieran a las calles a protestar por la compra desde Tokio de las islas que reclama el gobierno de Beijing.

Las heridas añejas de la ocupación nipona en el territorio de la China continental no hizo más que agravar la indignación causada por el conflicto.

Cada 18 de septiembre, China conmemora el incidente de 1931 que Japón utilizó como pretexto para invadir Manchuria, lo que desató una brutal ocupación japonesa que sólo terminó al final de la Segunda Guerra Mundial.

Las manifestaciones se extendieron por todo el país  y reclamaron la compra japonesa de las islas situadas en el Mar Oriental de China.

El blanco de las movilizaciones fue la embajada japonesa en Beijing, donde miles de manifestantes gritaron consignas patrióticas y exigieron el boicot de las mercancías japonesas.

La sede diplomática japonesa en la capital de China, que estaba fuertemente custodiada por la policía militar, recibió todo tipo de objetos lanzados por los inconformes.

“Creemos que tenemos que declararles la guerra debido a que los demonios japoneses son demasiado malvados. ¡Abajo el pequeño Japón!” dijo Wang Guoming, un soldado retirado.

El autoritario gobierno de China rara vez permite las protestas, y la oleada de manifestaciones antijaponesas claramente han recibido algún grado de aprobación oficial.

Las islas son pequeños peñascos que han sido un punto de conflicto entre China y Japón durante décadas.

Japoneses ha reclamado las islas desde 1895. Estados Unidos asumió la jurisdicción después de la Segunda Guerra Mundial y la trasmitió a Japón en 1972.

Todos contra EU

Después de la tormentosa semana pasada donde una ola de protestas inundaron diversas ciudades con población islámica, la calma aún no llega.

Como mancha de tinta se han esparcido las manifestaciones contra sedes diplomáticas occidentales, principalmente de Estados Unidos.

Lo que inició en Bengasi, Libia, ha llegado hasta Egipto, Líbano, Yemen, Indonesia, India, Afganistán, Pakistán y Túnez.

El líder del grupo militar y político libanés Hezbolláh, Hassan Nasrallah, pidió a su enorme número de seguidores seguir con las protestas.

En Kabul, capital afgana, centenares de ciudadanos de ese país atacaron una base militar estadounidense en repudio al filme que se mofa de Mahoma, el profeta de la religión islámica.

El objetivo de las movilizaciones parece volverse borroso y se llega a confundir con una mera turba. ¿Se logrará algo en concreto?  (Con información de AP).

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