José Raúl Mulino llega a la presidencia en un Panamá con graves problemas de inestabilidad política y económica, lo que podría complicar el cumplimiento de las promesas de campaña. Foto: Especial

Raúl Mulino llega a la presidencia de Panamá: ¿Una continuación de Martinelli?

El nuevo mandatario del país centroamericano llega al poder tras una elección donde la principal figura no fue él sino su principal impulsor de campaña, el expresidente Ricardo Martinelli; condenado por temas de corrupción

El pueblo panameño tiene solo 48 horas de haber elegido a José Raúl Mulino como su próximo presidente. Mulino, quien obtuvo el 35 por ciento de los votos de acuerdo con el Tribunal Electoral del país, relevó al expresidente Ricardo Martinelli luego de que fuera inhabilitado tras ser condenado a más de 10 años de prisión por lavado de dinero.

Con este resultado, el ahora presidente electo superó por 10 puntos al segundo lugar, Ricardo Lombana, quien como el resto de los candidatos concedió la victoria a Mulino en un llamada telefónica antes que las autoridades electorales confirmaran su triunfo.

La participación electoral del 77.65 por ciento refleja la insatisfacción con el status quo de Panamá; sentimiento aprovechado por Mulino durante su atípica campaña.  En 2023, el ahora ganador de los comicios estaba prácticamente retirado de la política, fue entonces cuando el expresidente Ricardo Martinelli decidió que las décadas de servicio público de Mulino eran útiles para apuntalar sus aspiraciones para regresar a la presidencia, así, fue designado como candidato a vicepresidente.

El camino de Mulino a la presidencia de Panamá

Tras la convicción del expresidente por un caso de malversación de fondos públicos, y su eventual asilo en la Embajada nicaragüense en febrero pasado, una decisión del Tribunal Electoral invalidó su candidatura  y colocó a Mulino como el principal contendiente por la presidencia.

A pesar de sus problemas legales, la fórmula Martinelli-Mulino se encontraba adelante en las encuestas al momento en que el aspirante a vicepresidente tomó las riendas de la campaña. Mulino supo aprovechar ese impulso y durante las semanas que duró su candidatura presidencial se cobijó en la figura y el carisma del exjefe de Estado para mantener la ventaja en las urnas; la conexión con el exmandatario fue tal que después de ejercer su voto el ahora presidente electo  se dirigió a la Embajada de Nicaragua  para abrazar a quien le cedió el lugar.

El  lazo que une a Mulino con el expresidente ha llevado a sus críticos a llamar al presidente electo “una marioneta de Martinelli”, alegación rechazada durante el discurso de aceptación del próximo mandatario.

“Este que está aquí no es títere de nadie (…) yo no estoy aquí porque me puso alguién”, declaró Mulino en el mitin donde tampoco olvidó agradecer a Martinelli.

La popularidad del expresidente reside en la nostalgia con la que se ve su periodo. Martinelli gobernó de 2009 a 2014, y ahora se prevé que en la presidencia de Mulino regresen las políticas que el expresidente ejecutó en su mandato, como reencaminar la economía, enfrentar la corrupción y manejar la migración que atraviesa el país.

Mulino se ha comprometido a trabajar en conjunto con el sector privado para mejorar la economía panameña, que en los últimos cinco años ha experimentado una desaceleración considerable, esto sin dejar de lado a los pobres, cuya concentración en las áreas rurales ha aumentado para posicionarse en 32.23 por ciento.

Durante la campaña, el futuro mandatario prometió que el impulso económico vendría de la mano de grandes obras de infraestructura y un aumento al salario mínimo, que de acuerdo al Banco Mundial actualmente se encuentra en 6.85 dólares al día. Pese a ello, el futuro del pueblo panameño no presenta la mejor prospectiva tras la decisión de la Suprema Corte de clausurar una mina de cobre que representa un cinco por ciento del Producto Interno Bruto del país.

Otro aspecto clave en la futura administración de Murilo será la migración, tema en el que como ministro de Seguridad en el gobierno de Martinelli, obtuvo experiencia y resultados. El año pasado, 520 mil migrantes cruzaron la selva del Darién, la franja que conecta Panamá con Colombia, a lo que el presidente electo ha prometido cerrar el paso y repatriar a los migrantes que se encuentren en su país.

El futuro del gobierno de Mulino

Pese a lo similar en sus políticas, el combate a la corrupción puede volverse un tema contencioso entre ellos. En latinoamérica hay ejemplos de candidatos que una vez electos voltean bandera a sus promotores para posicionar su propia figura.

En opinión del doctor José Antonio Hernández, miembro del Centro de Investigación sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, el apoyo brindado por Martinelli durante la campaña y la manera en la que Mulino llegó a la presidencia previenen una ruptura.

“Debido al apoyo de Martinelli y la promesa de llevar a Panamá al crecimiento de los años de Martinelli, es difícil que exista un rompimiento. Lo que creo que sí va a buscar Raúl Mulino es el salvoconducto para que Martinelli salga del país, lo que le brindaría una mayor independencia de la que tendría si este se queda. Un rompimiento sería no sólo romper con los pactos que lo llevaron a la presidencia sino también estaría contraviniendo el apoyo que le dio la población”, señala el académico

Pese a la cercanía entre Mulino y Martinelli, sus respectivas administraciones están separadas por 10 años, una década en la que el contexto regional ha cambiado significativamente y por lo que las políticas del presidente electo podrían quedarse cortas.

“Hay dos cuestiones muy importantes para tener en cuenta el próximo gobierno, la primera es que el escenario regional e internacional no es para nada similar a lo que fue entre 2009 y 2014 (tiempo en el que gobernó Martinelli). En esos años había un boom de las materias primas en América Latina, lo que permitía a los gobiernos crecer económicamente, ahora vemos dificultades económicas para colocar sus productos.

“La otra cuestión es que Martinelli hereda la estabilidad del presidente que lo antecedió, lo cual no le pasa a Mulino, el escenario panameño a nivel interno es de estabilidad económica y política muy importante, por lo cual su prioridad va a ser generar cierta estabilidad más allá del crecimiento”, finaliza el doctor Hernández.

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