Ariel Henry, primer ministro de Haití, no puede ser destituido por estar fuera de su país, en Puerto Rico. Foto: Especial

¿Podría Haití ser gobernado por Jimmy Chérizier y las pandillas?

El líder del grupo criminal G9 pide la renuncia del primer ministro Ariel Henry y la eliminación de la élite política

Haití se encuentra liderado por las pandillas que demandan gobernar el país a través de figuras como Jimmy “Barbecue” Chérizier.

“Barbecue”, líder del grupo G9 an fanmi, es quien ha dado la cara ante los medios de comunicación y la población haitiana para solicitar dos peticiones: la renuncia del primer ministro Ariel Henry y la eliminación de la élite política.

Aunque el nombre de Chérizier ha despuntado en las últimas semanas por la nueva ola de violencia en Haití, ya era reconocido en el país del Caribe como una de las personas con más poder por la protección que recibe de los grupos delictivos.

Su grupo G9 an fanmi nació de la unión de nueve pandillas, a las cuales pretende proteger con la implementación de una amnistía y la liberación de todos los miembros de su grupo; solicitudes que pretende impulsar si logra la renuncia del primer ministro.

Las pandillas ‘no están estructuradas para gobernar’ Haití

Ante la postura de las pandillas, el doctor Adalberto Santana, latinoamericanista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), asegura que los grupos delictivos “no están estructurados para gobernar, sino para delinquir”.

Son parte del crimen organizado y su objetivo principal es obtener la mayor cantidad de riquezas a través de la violencia (…) Pretenden quitar al gobierno, pero no para apropiarse de uno nuevo porque no tienen un proyecto político, sino económico”, remarca.

De acuerdo con el doctor Santana, lograr la dimisión de Henry también sería difícil de conseguir si se considera que el primer ministro no está en territorio haitiano, sino en Puerto Rico, donde aterrizó después de que ciertas pandillas impidieron su llegada a Puerto Príncipe.

Sobre la solución de la violencia que vive el país del Caribe, el especialista en la región confía en que haya una respuesta organizada del propio pueblo haitiano, el cual está respondiendo al panorama actual con la migración.

Serán países de América Latina, como México, los que estarán recibiendo una nueva ola de migrantes haitianos en busca de mejores oportunidades de vida lejos de las pandillas; un fenómeno del que las autoridades de nuestro país deberían responder con políticas humanitarias.

“Lo que más esperamos es que (a Haití) llegue ayuda internacional, como la alimentación, la cual necesitan niños, niñas y ancianos”, agrega Santana, quien no prevé alguna solución rotunda a corto plazo.

La ONU había advertido el poder de los grupos criminales haitianos

Antes de que Haití recibiera la nueva ola de violencia, desatada por la liberación de más de tres mil reos de dos prisiones en Puerto Príncipe, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya había advertido sobre el poder que podrían llegar a tener las pandillas.

Fue en noviembre de 2023 cuando, a través de un informe, Naciones Unidas habló de “otro aumento espeluznante de la violencia de las bandas en Haití”, las cuales, especificó el organismo, se expanden a zonas rurales que antes eran consideradas seguras para protagonizar asesinatos, violaciones, secuestros y destrucción de propiedades.

Las bandas también saquean las propiedades, los cultivos y el ganado de los agricultores y destruyen los canales de riego, lo que ha provocado el desplazamiento de más de 22 mil personas de sus aldeas y ha reducido considerablemente la cantidad de tierras cultivadas, aumentado la inseguridad alimentaria”, se lee en el documento.

Ante las denuncias de la población haitiana por la presencia de grupos criminales, en el informe se instó a redoblar esfuerzos para reforzar las instituciones del Estado de derecho en Haití, en particular la policía, el poder judicial y el sistema penitenciario.

A pesar de las sugerencias de la ONU, en especial de la Oficina de Derechos Humanos, es evidente que el gobierno hizo caso omiso al haberse violado la seguridad de algunas prisiones de Puerto Príncipe y ser la policía un grupo debilitado ante la presencia de las pandillas.

Solo en 2023, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió que hubo al menos tres mil 960 personas muertas en todo Haití y dos mil 951 secuestradas en actos de violencia relacionados con las bandas.

“La situación en Haití es catastrófica. Seguimos recibiendo denuncias de asesinatos, violencia sexual, desplazamientos y otros tipos de violencia, incluso en hospitales”, aseveró Türk.

El Alto Comisionado finalizó el informe haciendo un llamado a las autoridades haitianas para que cumplan con sus obligaciones internacionales de derechos humanos y tomen medidas enérgicas para fortalecer las instituciones y la gobernanza del país, entre otras cosas combatiendo la corrupción y la impunidad.

La última medida que el primer ministro, Ariel Henry, hizo por su país, fue firmar un convenio con el gobierno de Kenia para el envío de sus fuerzas armadas con el objetivo de ayudarlo a controlar las acciones de las pandillas. Fue a su regreso de África que el mandatario se vio obligado a dirigirse a Puerto Rico.

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