En junio del año pasado, Human Rights Watch remarcó que los migrantes que cruzan la frontera sur enfrentan abusos, demoras y dificultades para obtener protección. Foto: Especial

México, el país (in) seguro para los migrantes

A pesar de la perspectiva que se tiene en Estados Unidos de que nuestro país puede brindar mayor seguridad y empleos a los migrantes, especialistas remarcan que no es así debido a la violencia. Sin embargo, para intentar lograr esa meta se requiere de la cooperación de la Unión Americana

Desde la perspectiva de Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, México es un país seguro para los migrantes.

En una entrevista para PBS News, el demócrata aseguró que nuestro país era seguro para ofrecer asilo y hasta para brindar trabajos a quienes huyen de su nación de origen en busca de mejores oportunidades.

La declaración de Blinken se dio un día después de que se terminó el Título 42 en Estados Unidos, a través del cual se prohibía la entrada al país a gran parte de los migrantes para prevenir la COVID-19.

Con el término de esa medida, se espera una mayor presencia de solicitantes de asilo en la frontera sur estadounidense, los cuales pueden ser enviados a México en espera de recibir una respuesta de las autoridades fronterizas.

A diferencia de la perspectiva del secretario de Estado, diversas organizaciones y especialistas en el tema han remarcado en reiteradas ocasiones las pocas posibilidades que México tiene para ser un país seguro.

Desde 2020, Elisa Ortega Velázquez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), escribió para la revista Frontera Norte que al deportar a los solicitantes de asilo a México bajo los Protocolos de Protección Migrante (MPP) “se les expone a peligros letales”.

“Está documentado que estas personas son golpeadas, secuestradas y violadas en su camino hacia los tribunales estadounidenses para oír sus resoluciones de asilo y migración, así como en las calles de México mientras buscan trabajo y comida”, se lee en la investigación.

En junio del año pasado, Human Rights Watch remarcó que los migrantes que cruzan la frontera sur de México al huir de la violencia y persecución “enfrentan abusos, demoras y dificultades para obtener protección y a menudo están obligados a esperar durante meses en condiciones inhumanas sin poder trabajar o encontrar dónde vivir”.

Con posturas como la del secretario Blinken, la organización humanitaria señala que el presidente Joe Biden mantiene muchas de las “políticas abusivas” de su antecesor Donald Trump, quien en 2019 nombró a México como tercer país seguro para los migrantes, aun cuando nuestro Estado carece de las herramientas suficientes para serlo.

Un país ‘sin posibilidades’

Juan Carlos Barrón Pastor, investigador y secretario académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, asegura que a la fecha nadie podría afirmar que México es un país seguro para los migrantes.

“México no está en posibilidades de ofrecer esto porque, como todos lo sabemos, tenemos amplios territorios de gran inseguridad y para los migrantes lo es todavía más”, dice.

De igual manera, el doctor Roberto Zepeda, investigador de Relaciones Internacionales del CISAN, considera que México no puede ser catalogado como país seguro al contar con más homicidios que la Unión Americana.

“Aunque es cierto que no todo nuestro país es peligroso, en ciertas ciudades o estados del norte hay regiones donde el crimen organizado representa una amenaza para el Estado de derecho y para la soberanía”, asegura.

En espera de cambio

Para que México sea un país seguro, como así lo catalogó el secretario Antony Blinken, y en su momento la administración del expresidente Donald Trump, se requiere de un trabajo en conjunto con Estados Unidos.

En entrevista, Barrón Pastor remarca que se necesitan crear mecanismos de cooperación internacional que ayuden a atacar las causas de la migración, pues los migrantes no son el problema sino “las víctimas”.

“Esto por supuesto ya se ha pensado, pero sigue siendo una propuesta que se pone sobre la mesa y no se logra concretar (…) Es sólo parte de los discursos públicos; entonces, no basta con decir que se busca inhibir la migración con mecanismos hostiles y policiacos, sino tomar acciones de cooperación”, comparte el investigador.

De acuerdo con el doctor Zepeda, así como México debe poner de su parte, Estados Unidos también necesita aportar, porque el trato a los migrantes es una responsabilidad compartida.

“No veo por qué no cooperar en conjunto. Ahora Estados Unidos necesita la ayuda de México y nuestro país siempre ha cooperado”, dice.

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