El maíz se usa mucho en los alimentos procesados porque tiene una larga vida útil y es relativamente económico. Foto: Especial

Maíz transgénico ocasiona tensión entre Estados Unidos, Canadá y México; nuestro país argumenta que es maligno para el consumo humano

Debido a que México no ha presentado pruebas científicas que garanticen que el maíz transgénico es perjudicial para la salud, Canadá se unió a Estados Unidos para que nuestro país reconsidere su posición

Los tres socios de América del Norte, México, Estados Unidos y Canadá, siguen bajo tensión por el maíz transgénico.

Después de que hace tres años el presidente Andrés Manuel López Obrador declarara que no aceptaría maíz transgénico, lo que provocó un desacuerdo con Estados Unidos, recientemente Canadá se unió a la postura de la Unión Americana.

Al igual que el gobierno estadounidense, el país liderado por el primer ministro Justin Trudeau pide que la administración mexicana dé muestras científicas que comprueben que el maíz transgénico afecta a la salud humana.

Mariana Aparicio, docente del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, opina que Canadá se sumó a Estados Unidos porque hay una preocupación creciente sobre la toma de decisiones del gobierno mexicano de no cumplir las reglas de comercio a las cuales se comprometieron los tres con la firma del T-MEC.

“Me parece que ese es uno de los argumentos centrales por el cual Canadá se suma específicamente a esta consulta hecha por el gobierno de Estados Unidos”, remarca.

Asimismo, añade que aunque tal vez el tema del maíz no es un sector prioritario para Canadá, sí puede ser un precedente para cualquier otro producto en caso de que el Estado mexicano tome una decisión similar con un producto canadiense.

El objetivo del Capítulo 9 del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, es asegurar la protección de la vida y salud de las personas, animales y vegetales de los tres países, evitando inconvenientes en la comercialización de los productos agropecuarios y al mismo tiempo incorporar disposiciones que posibiliten la solución de controversias en caso de incumplimiento y, que la toma de decisiones en la materia se base en fundamentos científicos.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, podría respaldar al sector agrícola de su país que está en contra de la prohibición de maíz transgénico en México como estrategia política. Foto: Especial
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, podría respaldar al sector agrícola de su país que está en contra de la prohibición de maíz transgénico en México como estrategia política. Foto: Especial

En entrevista, la especialista de la UNAM considera que si no se llega a una negociación entre los tres países para encontrar una solución sobre el maíz transgénico, Estados Unidos podría poner sanciones a productos que considere puedan afectar o resarcir el daño que se  está haciendo al no importa maíz amarillo a México.

En Iowa, por ejemplo, empresas que dominan el mercado de los plaguicidas y semillas se han mostrado preocupados por la posición de nuestro país, por lo que le han pedido al presidente Joe Biden tratar de detener la decisión de su homólogo mexicano.

Para Aparicio, Biden podría tomar en cuenta la postura del sector agrario porque representa un grupo importante dentro de su estrategia política de cara a las elecciones generales de 2024, cuando busque su reelección.

¿Qué se dice en México del maíz transgénico?

En México, el tema del maíz transgénico ha sido parte de una controversia desde años atrás, pues aunque hay movimientos que afirman que su consumo es perjudicial para la salud, otros dicen lo contrario al argumentar que se ha utilizado por décadas y no ha resultado maligno.

Grupos como el Movimiento Campesino Internacional respaldan la postura del jefe del Ejecutivo mexicano al argumentar que el maíz transgénico es un peligro para la salud humana, la biodiversidad, la cultura y la soberanía del país.

Sin embargo, en el informe “El análisis del panorama del maíz transgénico en México, desde una visión sustentable” (UAM, 2015), se especifica que ante el consumo de maíz transgénico aún no se han demostrado daños directos a la salud humana, pero tampoco lo contrario.

Por su parte, el Consejo Nacional Agropecuario ha hecho hincapié en que el maíz transgénico no causa ningún daño a la salud humana.

“El maíz transgénico se viene usando en México desde hace más de 25 años y no ha tenido ninguna afectación para la salud”, declaró Juan Cortina Gallardo, presidente del Consejo Nacional Agropecuario, en entrevista a CNN el pasado 9 de marzo.

Según la organización agrícola, ya que el maíz se usa mucho en los alimentos procesados porque tiene una larga vida útil y es relativamente económico, su prohibición podría interrumpir el suministro de estos ingredientes para el proceso de alimentos y, por lo tanto, reducir la disponibilidad o aumentar los precios de los alimentos procesados.

Prohibición de maíz transgénico tendría consecuencias económicas

En materia comercial, el Consejo Nacional Agropecuario detalló en un informe publicado en octubre del año pasado que debido a que más de un tercio de maíz del mundo se produce en Norteamérica y en su mayoría se trata de variedades transgénicas, el impacto de la prevista prohibición en México sobre el maíz transgénico se sentiría “profunda y ampliamente”.

En caso de que nuestro país no acepte maíz con intervención científica, el PIB nacional caería 11 mil 720 millones de pesos en 10 años y la producción económica se reduciría 19 mil 390 millones.

Además, habría una pérdida anual de 56 mil 958 puestos de trabajo, lo que reduciría los ingresos laborales en 2 mil 990 millones, de acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional Agropecuario.

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