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Canoniza al ‘padre’ de California

El Papa Francisco elevó ayer al honor de los altares como santo a Junípero Serra, evangelizador de México y “padre” de California, personaje al que defendió de las críticas recordando que fue un defensor de los indígenas.

Durante el sermón de su misa de canonización, en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de la capital estadounidense, recordó que muchos como él en la historia de la Iglesia han salido de las estructuras eclesiásticas que otorgan “falsa contención”, conformismo y comodidad.

El Papa Francisco elevó ayer al honor de los altares como santo a Junípero Serra, evangelizador de México y “padre” de California, personaje al que defendió de las críticas recordando que fue un defensor de los indígenas.

Durante el sermón de su misa de canonización, en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de la capital estadounidense, recordó que muchos como él en la historia de la Iglesia han salido de las estructuras eclesiásticas que otorgan “falsa contención”, conformismo y comodidad.

En su vehículo utilitario negro se dirigió a las inmediaciones del templo, donde cambió por el papamóvil descapotado. Sobre él tuvo un nuevo “baño de multitudes”.

La misa se inició con el rito de elevación a los altares de Serra. Decenas de hispanos de diversos países asistieron a la ceremonia, con el sueño de ver reconocido a su patrono, quien fue beatificado por Juan Pablo II en 1988.

Habla sobre la felicidad

Jorge Mario Bergoglio no centró en la figura del fraile su discurso. Habló de él hasta el final y prefirió reflexionar primero sobre la invitación del apóstol Pablo a todos los cristianos a vivir con alegría.

Una llamada que, constató, choca con las tensiones de la vida cotidiana que pueden conducir a la resignación triste.

“El espíritu del mundo nos invita al conformismo, a la comodidad; frente a este espíritu humano hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo”, puntualizó.

‘Audacia misionera’

Al final de su sermón vinculó su reflexión con la figura de Junípero Serra. Aseguró que la fe ha llegado hasta nuestros días porque muchos como él respondieron a la llamada y optaron por la “audacia misionera” antes que encerrarse.

Por eso quiso recordarlo. Porque el fraile supo salir al encuentro de tantos aprendiendo a respetar sus costumbres y peculiaridades.

Y ponderó: “Fue siempre adelante, porque el Señor espera; siempre adelante, porque el hermano espera; siempre adelante, por todo lo que aún le quedaba por vivir; fue siempre adelante. Que, como él ayer, hoy nosotros podamos decir: siempre adelante”. 

(Con información de Notimex)

Secreto entre el Papa y Obama… y el traductor

Sólo el traductor que estuvo presente durante la conversación privada que el presidente Barack Obama y el Papa Francisco sostuvieron ayer en la oficina oval sabrá el contenido de lo que surgió en el encuentro, a menos que el Vaticano decida hacerlo público.

En una rara e inusual acción, contraria a la práctica común, la Casa Blanca decidió no dar a conocer a la prensa el contenido de lo que Obama y el líder de la Iglesia católica hablaron luego que el Pontífice fue objeto de una vistosa ceremonia de bienvenida en el Jardín Sur de la residencia presidencial.

El vocero presidencial Josh Earnest dijo a periodistas durante su habitual rueda de prensa que la decisión fue tomada de mutuo acuerdo entre la Casa Blanca y el Vaticano.

¿Quién fue Serra?

> Junípero Serra Ferrer fue un fraile franciscano español. 

> Doctor en filosofía y teología, se trasladó al continente americano, donde fundó nueve misiones españolas en el entonces territorio español de la Alta California, y presidió otras quince. 

> Fue en México donde realizó la mayor parte de su misión de ayuda a los pueblos indígenas. 

> Algunos indios nativos de California acusaron al religioso de haberles traído enfermedades y torturas, entre otros hechos. 

> Nació en Mallorca en 1713 y murió en Alta California, en 1784.

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El Papa frecuentemente busca atraer la atención hacia los refugiados, los pobres y los hambrientos y ha hecho de la seguridad alimenticia una de las piedras angulares de su papado.