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China, ¿el nuevo socio para México?

La retórica proteccionista del presidente electo de Estados Unidos, Donald J. Trump, plantea un dilema para la política comercial mexicana: aferrarse a salvar la integración con Estados Unidos a través de una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) u optar por un nuevo modelo de apertura que abra la puerta a la creciente influencia de China.

México destina alrededor del 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos. Esto explica una parte de la reacción de depreciación del peso mexicano frente al dólar ante la victoria electoral de Trump.

La retórica proteccionista del presidente electo de Estados Unidos, Donald J. Trump, plantea un dilema para la política comercial mexicana: aferrarse a salvar la integración con Estados Unidos a través de una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) u optar por un nuevo modelo de apertura que abra la puerta a la creciente influencia de China.

México destina alrededor del 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos. Esto explica una parte de la reacción de depreciación del peso mexicano frente al dólar ante la victoria electoral de Trump.

El equipo de transición del presidente electo planea pedir a los socios del TLCAN una renegociación del acuerdo desde el primer día en el gobierno. Si México se niega, la administración de Trump implementará un arancel de 35 por ciento a los productos mexicanos.

En México, las industrias de exportación que atienden el mercado estadounidense no sólo representan alrededor de un cuarto del producto interno bruto, sino que significan el sector más dinámico y de mayor crecimiento de la economía mexicana.

La amenaza arancelaria de Trump ha obligado al gobierno mexicano a buscar alternativas comerciales.

En ese sentido, el papel que ha jugado China en el comercio global puede ser utilizada por los negociadores de México como una carta  que le haga ver a Estados Unidos cuál es la verdadera amenaza comercial para la región del TLCAN.
 
China: rival del TLCAN
 
Desde que China ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el 2001, el déficit comercial de México y Estados Unidos con el país asiático ha crecido de manera exponencial.

Al igual que México, China ha sido un recurrente blanco para los ataques de Trump en materia económica. La plataforma del presidente electo incluye entre sus prioridades, además de la negociación del TLCAN, una serie de medidas abocadas a contener la influencia comercial de China: aranceles del 45 por ciento, etiquetación del país como manipulador de divisas, sanciones comerciales, etc.

Sin embargo, para Estados Unidos, la diferencia entre México y China es abismal. Por un lado, el déficit comercial estadounidense con China es seis veces mayor que el déficit con México.

Por otra parte, Estados Unidos destina casi el doble de sus exportaciones a México que a China.

Esto pone de relieve las sinergias que derivan de la integración regional a lo largo de las cadenas productivas de América del Norte.

En cambio, una investigación de los economistas David Autor, David Dorn y Gordon Hanson, referida por el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), concluye que la entrada de China a la OMC ha tenido un impacto mucho mayor en la pérdida de empleos manufactureros de Estados Unidos que la entrada en vigor del TLCAN.

De hecho, el crecimiento de las exportaciones mexicanas ha coincidido con un aumento o mantenimiento del nivel de empleo manufacturero en Estados Unidos.

El argumento hecho por Autor, Dorn y Hanson es suscrito por Jaime Serra Puche, quién lideró las negociaciones del TLCAN hace más de veinte años.  El ex secretario de Comercio señaló recientemente que China, y no México, es el verdadero problema de Estados Unidos.
 
Alternativa china
 
El fin de semana pasado, los miembros del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) se reunieron en Perú. Lo destacable de la reunión, a la que atendió el presidente de México, Enrique Peña Nieto, fue el discurso de China. Mientras que la retórica proteccionista se asienta como una prioridad para el que será el nuevo gobierno estadounidense, Beijing emerge como un promotor de la globalización y el libre comercio.

Ante la inminente cancelación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), China cabildea a favor de un tratado paralelo denominado Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés).

El abierto rechazo de Trump al TPP orilló al resto de los miembros del acuerdo a intentar sacar adelante el que sería el mayor tratado comercial multilateral en el mundo, pero sin la participación de Estados Unidos.

En este contexto, el RCEP auspiciado por China se ha vuelto una opción viable para los miembros asiáticos del TPP.

Asimismo, Tan Jian, un funcionario de alto perfil de la delegación china que acudió a la reunión de la APEC, dijo que Perú y Chile han mostrado interés en ser parte del RCEP.

Conforme se reconfigura el mapa comercial del mundo, el tiempo sigue corriendo para el gabinete económico del gobierno mexicano.
 

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