¿Quién rompió la tasa?

Cuando las autoridades monetarias desean estimular la economía, bajan las tasas de interés. Esto, según la teoría económica, vuelve más barato el pedir prestado, lo que tiene un efecto expansivo en la economía. 

Por el contrario, cuando se busca controlar el nivel de precios, los banqueros centrales suben los tipos de interés para endurecer el crédito.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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por ciento es la tasa de interés de referencia del Banco Central Europeo, un nivel cercano a cero que no ha podido hacer frente a la amenaza deflacionaria y a la desaceleración económica
"El recorte de las tasas de interés es secundario. Paradójicamente, si el panorama de inversión mejora, los tipos de interés tenderán a subir, no a bajar"
S.P. KothariEconomista de la Escuela de Negocios del MIT
El estudio sugiere que el recorte de impuestos y la relajación de regulaciones onerosas tienen mayor efecto que bajar la tasa de interés de referencia
http://youtu.be/aN6rN2aDHnk

Cuando las autoridades monetarias desean estimular la economía, bajan las tasas de interés. Esto, según la teoría económica, vuelve más barato el pedir prestado, lo que tiene un efecto expansivo en la economía. 

Por el contrario, cuando se busca controlar el nivel de precios, los banqueros centrales suben los tipos de interés para endurecer el crédito.

Sin embargo, un estudio reciente de investigadores dirigidos por S.P. Kothari, un economista de la Escuela de Negocios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), cuestiona la efectividad de las tasas de interés para dirigir el comportamiento de los agentes económicos. Los autores rompen un paradigma fundamental de uno de los pilares más básicos de la teoría económica.

Los investigadores de MIT concluyen que la determinación de tasas de interés tiene cierto efecto en las decisiones de inversión y gasto de las empresas y los consumidores, pero establece que la influencia de esta herramienta de política monetaria no es de gran magnitud.

El trabajo de Kothari está basado en la observación de datos de la economía estadounidense desde principios de la década de los 50.

El estudio sugiere que para incentivar el crecimiento económico de un país, medidas como el recorte de impuestos y la relajación de regulaciones onerosas tienen mayor efecto que bajar la tasa de interés de referencia.

Además, se asegura que la inversión del sector privado responde mayormente a los flujos de ganancias de las firmas y no a las condiciones de volatilidad de los mercados financieros, comunmente medidos por instrumentos financieros basados en tasas de interés.

El mundo sumido en estancamiento secular

Existe un consenso generalizado entre académicos y analistas económicos de que el mundo enfrenta un fenómeno de “estancamiento secular”. 

Larry Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, define este concepto como la incapacidad de generar demanda suficiente que permita mantener niveles normales de producción.

El último informe sobre perspectivas económicas globales del Fondo Monetario Internacional estima un crecimiento mundial de 3.3 por ciento.  

Europa, amenazada por la deflación, crecerá apenas 0.8 por ciento. China, la segunda economía más grande del planeta, registró una expansión de 7.3 por ciento anual en el tercer trimestre del 2014, la tasa más baja en los últimos cinco años.

Los bancos centrales del mundo han respondido a esta coyuntura a través de su principal instrumento de política monetaria: la tasa de interés de referencia.

Medida insuficiente

La contribución de Kothari adquiere relevancia en un contexto donde la baja de tipos de interés de los principales bancos centrales del mundo se considera insuficiente para lidiar con la débil demanda global.

En junio de este año, el Banco de México redujo la tasa de interés de referencia a 3 por ciento, un mínimo histórico que se mantiene hasta la fecha. 

La tasa había sido recortada en febrero a 3.5 por ciento, en respuesta al débil crecimiento de 1.1 por ciento registrado en el 2013.

Aunque las perspectivas económicas mejoraron levemente, el pronóstico de crecimiento de la Secretaría de Hacienda para el 2014 tuvo que modificarse de un 3.9 por ciento a un 2.7 por ciento dadas las condiciones de fragilidad económica.

La respuesta inmediata a la crisis financiera del 2008 de la Reserva Federal de Estados Unidos fue bajar las tasas de interés a mínimos históricos cercanos a cero.  

Actualmente, los tipos de interés continúan en 0.25 por ciento; sin embargo, el banco central estadounidense tuvo que recurrir a una política monetaria poco convencional de compra de activos para reactivar la economía. 

A Estados Unidos le tomó casi seis años y una inyección de alrededor de 3.53 billones de dólares para que el empleo volviera a sus niveles previos a la crisis.

El Banco Central Europeo (BCE) se encuentra bajo presión para ejercer una política monetaria más activa que haga frente a la desaceleración económica y a la deflación.  

La tasa de interés de referencia se encuentra en 0.05 por ciento, pero la debilidad económica se ha exacerbado, incluso en países como Alemania. 

Mario Draghi, cabeza del BCE, anunció un plan de estímulo en septiembre y planea un programa de compra de activos similar al estadounidense.

El caso más severo de estancamiento secular es Japón, cuya economía se ha desempeñado pobremente los últimos 20 años. 

El país asiático vive un fenómeno denominado trampa de liquidez, que en pocas palabras explica la incapacidad de la política monetaria para dinamizar la economía. 

La tasa de interés de referencia de Japón se ha encontrado debajo del uno por ciento desde 1995. 

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