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Presión de acero

El conflicto acerero se ha convertido en una guerra de ultimátums y declaraciones cruzadas. Las principales acereras que operan en el país,  Altos Hornos de México, ArcelorMittal y Deacero presionan a la Secretaría de Economía, presidida por Ildefonso Guajardo, con amenazas de recortes a la producción y despidos masivos.  En conjunto, han anunciado la terminación de 9 mil 800 empleos.

"Nosotros hemos fijado nuestra postura con el gobierno, la industria automotriz está mostrando preocupación por la aplicación de medidas que podrían afectar a otros sectores, si no se analizan de forma correcta las opciones que ayuden a evitar la entrada de acero chino en condiciones poco competitivas"
Eduardo SolísPresidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz
"Tengo una responsabilidad frente a todo el sector del acero, frente a todas las cadenas de valor de la economía mexicana… Los puestos de empleo que le preocupan a esta secretaría son los puestos de empleo de todos los mexicanos involucrados en las cadenas de valor"
Ildefonso GuajardoSecretario de Economía
“Un arancel temporal afectaría solamente las importaciones provenientes de los países con los cuales México no tiene tratados de libre comercio...  Si el sector automotriz -sin duda la cadena industrial más protegida de México, con aranceles de 30 a 50 por ciento- requiere adquirir aceros especiales provenientes de los países sin tratado, cuenta con mecanismos como IMMEX, PROCEC”
Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del AceroMediante un desplegado en medios

El conflicto acerero se ha convertido en una guerra de ultimátums y declaraciones cruzadas. Las principales acereras que operan en el país,  Altos Hornos de México, ArcelorMittal y Deacero presionan a la Secretaría de Economía, presidida por Ildefonso Guajardo, con amenazas de recortes a la producción y despidos masivos.  En conjunto, han anunciado la terminación de 9 mil 800 empleos.

La Cámara Nacional del Acero pide una respuesta inmediata del Gobierno ante la llegada de acero extranjero, principalmente chino, a precios extremadamente bajos. Se alega que la competencia desleal está destruyendo a la industria nacional.

La Secretaría de Economía ya impuso cuotas compensatorias a las importaciones provenientes de Francia, Alemania y China. No obstante, el gremio acerero está desesperado por medidas que tengan un alcance inmediato y de mayor impacto.

Las firmas siderúrgicas que operan en el país exigen la imposición de un arancel temporal de 35 por ciento a todas las importaciones de acero que provengan de naciones que no cuenten con un tratado de libre comercio con México.

Asimismo, se demanda la homologación de las reglas de comercio exterior del país con las de sus principales socios comerciales. Esto tiene la finalidad de que los productores chinos no eludan las cuotas compensatorias mediante una triangulación en el proceso de importación.

El mercado global de acero presenta un exceso de oferta. La economía de China se encuentra en franca desaceleración, por lo que su producción acerera se vierte hacia el exterior. Además, Rusia, otro jugador importante en la industria del acero, sufrió una depreciación de 67 por ciento de su divisa frente al dólar en el último año, volviendo sus exportaciones más competitivas.

Desde Estados Unidos hasta Australia y Europa, las industrias nacionales del acero han sufrido despidos masivos. 

Ventaja automotriz

Los productores de acero de China y Rusia no son los únicos beneficiarios de la actual coyuntura.

El sector automotriz de México ha tomado ventaja de la caída en el precio de uno de sus principales insumos.

Las armadoras mexicanas entraron al debate acerero como contrapeso a la presión de las firmas acereras. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz argumenta que las demandas  del sector siderúrgico son inaceptables para un modelo de economía abierta dado el impacto negativo que tendrían sobre la cadena de valor de otras industrias.

La confrontación entre la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y la Cámara Nacional del Acero  escaló a una batalla mediática. Ambos grupos han intercambiado acusaciones y refutaciones mediante desplegados, entrevistas y columnas de opinión.

El dilema de Guajardo

La Secretaría de Economía se encuentra en medio del conflicto acerero.

Por un lado, está la amenaza latente de una pérdida significativa de empleos y la caída en inversión por parte de las firmas siderúrgicas.

Altos Hornos de México declaró que si las condiciones actuales prevalecen, cambiarán su giro de negocio de productores a maquiladores, beneficiándose de las importaciones de acero baratas.

En cambio, al otro lado de la balanza está la defensa del sector emblema del modelo de desarrollo mexicano: apertura comercial para propiciar un crecimiento basado en las exportaciones.

México se ha convertido en el cuarto exportador global de automóviles. El sector externo es el único componente de la estancada economía nacional que presenta tasas de expansión significativas. Al interior de este sector, la industria automotriz presenta el mejor desempeño en términos de crecimiento.

En ese sentido, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz considera preocupante el hecho de que un par de empresas presionan al gobierno para tomar medidas unilaterales que ponen en riesgo la competitividad, miles de empleos y el crecimiento del sector automotriz y de otras industrias.

Hasta el momento, la deliberación de la Secretaría de Economía es conciliatoria: expandirá las cuotas compensatorias, dando “tiros de precisión” y no “tiros de escopeta”. Es decir, no impondrá un arancel generalizado que afecte a países que cumplan con requerimientos legales y a industrias beneficiadas de los bajos precios mundiales. 

La dependencia asegura que no cederá a la presión, evidenciada en el anuncio de bloqueos y manifestaciones en calles y puentes de Monclova, Coahuila por parte del sindicato de Altos Hornos de México. En palabras de Guajardo: los justos no pagarán por los pecadores. 

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