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La revancha de la OPEP

El lunes, Arabia Saudita, el líder de facto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), dejó clara su intención de “hacer lo que sea necesario” para restablecer el balance del mercado petrolero.

Khalid Al-Falih, ministro de Energía de Arabia Saudita, ventiló la posibilidad de profundizar y extender los recortes a la producción acordados entre los principales productores petroleros a finales de noviembre.

Ese mismo día, Alexander Novak, el ministro de Energía de Rusia, secundó la propuesta saudita.

El conflicto implícito entre los productores shale y la OPEP ha determinado la dinámica del mercado petrolero en los últimos tres años

El lunes, Arabia Saudita, el líder de facto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), dejó clara su intención de “hacer lo que sea necesario” para restablecer el balance del mercado petrolero.

Khalid Al-Falih, ministro de Energía de Arabia Saudita, ventiló la posibilidad de profundizar y extender los recortes a la producción acordados entre los principales productores petroleros a finales de noviembre.

Ese mismo día, Alexander Novak, el ministro de Energía de Rusia, secundó la propuesta saudita.

El hecho de que los responsables de la política energética de los dos mayores productores de petróleo a nivel global promovieran una estrategia de recorte a la producción para impulsar el precio del crudo no se vio reflejado en el mercado.

El impulso a los precios petroleros que ofreció el recorte de producción acordado en noviembre entre la OPEP y Rusia prácticamente se ha desvanecido. El valor del barril de referencia internacional, West Texas Intermediate, cayó a 45.88 dólares, cerca del nivel registrado antes del acuerdo.

El consenso de analistas ha expresado que la OPEP está perdiendo su poder de persuasión en el mercado petrolero, abriendo paso gradualmente a la operación de las fuerzas de la oferta y la demanda.

Resistencia americana

El llamado de Arabia Saudita y de Rusia para extender los recortes a la producción de crudo pretenden darle una segunda oportunidad a una estrategia abocada a salvar las finanzas públicas de gobiernos fuertemente dependientes de los ingresos petroleros.

En noviembre del 2014, el cártel de precios más grande del mundo dejó caer los precios del petróleo para sacar del negocio a los productores no convencionales de Estados Unidos que dieron origen al exceso de oferta que aún rige al mercado.

Los resultados de este enfoque no fueron los esperados: la presión fiscal creció sobre los países miembro de la OPEP y los productores de shale de Estados Unidos que sobrevivieron a la oleada de bancarrotas salieron fortalecidos.

Las mejoras tecnológicas y una estrategia de cobertura financiera adecuada les permitió reducir su precio de equilibrio promedio a un rango de 40 dólares a 50 dólares por barril.

En lo que va del año, la producción de petróleo de Estados Unidos ha crecido en 450 mil barriles diarios, alcanzando un nivel récord de 9.3 millones de barriles diarios, cerca de los 10 millones de barriles diarios que se producen en Rusia o Arabia Saudita.

Ante la fortaleza de los productores shale, el bajo ritmo de reducción de inventarios petroleros a nivel mundial y las señales de que la demanda de petróleo comienza a desacelerarse, la OPEP concluye que la única salida viable a este escenario es la de extender los recortes coordinados a la producción para impulsar el precio del petróleo. 

Esto a pesar de que los ingresos petroleros de Arabia Saudita son, actualmente, más bajos que cuando se emprendió la estrategia de noviembre de 2014, cuyo objetivo primordial era defender la participación de mercado de los países miembro de la OPEP.

El conflicto implícito entre los productores shale y la OPEP ha determinado la dinámica del mercado petrolero en los últimos tres años. Después de un revés temporal, el cártel de precios más influyente del mundo espera retomar el control del mercado.

Sin embargo, el escepticismo es una constante que se replica entre los principales analistas del sector petrolero.

Pemex: comprometido

En términos inmediatos, el fracaso de la OPEP para impulsar el precio del petróleo tendría implicaciones negativas para Pemex. Las agencias calificadoras aún consideran que la posición financiera de la firma está comprometida y que su problema de solvencia aún no se ha resuelto a cabalidad. La deuda financiera de la empresa productiva del Estado rebasa los 98 mil millones de dólares.

En caso de que el escenario de precios continúe siendo adverso, los esfuerzos de austeridad emprendidos por el director general de Pemex, José Antonio González Anaya, podrían quedar neutralizados.

En el primer trimestre del 2017, la petrolera mexicana registró una utilidad neta positiva de 87 mil millones de pesos que se contrapuso a una pérdida de 62 mil millones de pesos en el mismo periodo del año anterior. La razón primordial que explica esta diferencia en los resultados financieros interanuales reside en el precio del petróleo. En el primer trimestre del 2017, el valor promedio del barril de crudo fue de 44 dólares. En el primer trimestre del 2016 fue de 22 dólares.

El acuerdo de la OPEP de noviembre fue fundamental para que, en el último trimestre del 2016, Pemex rompiera una tendencia de ocho trimestres consecutivos registrando pérdidas. En ese periodo, la petrolera acumuló una utilidad negativa de 996 mil millones de pesos.

El viernes de la semana pasada, la agencia Moody’s ratificó la calificación de deuda soberana de México (A3).  La mejora de las condiciones de Pemex fue citado como uno de los argumentos clave para la ratificación.

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