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Pemex a cirugía

José Antonio González Anaya, nuevo director ejecutivo de Pemex, entiende que se necesitan medidas drásticas para salvar a la compañía de un colapso financiero.

“Lo que vamos a tener que hacer es ajustarnos a la nueva realidad”, señaló Anaya en una conferencia con analistas.

El precio del petróleo cayó desde niveles superiores a los 100 dólares por barril hace 19 meses a niveles actuales que rondan los 25 dólares. Esto ha situado a Pemex en su peor momento de la historia.

25
dólares por barril
es el precio promedio del crudo esperado por Pemex a lo largo del 2016
"Pemex se está enfrentando a un problema de liquidez, no a un problema de solvencia”
José Antonio González AnayaDirector de Pemex

José Antonio González Anaya, nuevo director ejecutivo de Pemex, entiende que se necesitan medidas drásticas para salvar a la compañía de un colapso financiero.

“Lo que vamos a tener que hacer es ajustarnos a la nueva realidad”, señaló Anaya en una conferencia con analistas.

El precio del petróleo cayó desde niveles superiores a los 100 dólares por barril hace 19 meses a niveles actuales que rondan los 25 dólares. Esto ha situado a Pemex en su peor momento de la historia.

En un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, la firma energética refirió que las pérdidas del 2015 fueron de 522 mil millones de pesos – un nivel 96.4 por ciento mayor a las registradas en el 2014.

El resultado abismal se suma a una racha de pérdidas trimestrales que empezó en el 2012. 

Pese a que gran parte de esta utilidad negativa se explica por la onerosa carga fiscal que el gobierno federal le ha impuesto a Pemex, la compañía registró su primera pérdida anual antes de impuestos en su historia durante el 2015.

González Anaya sostiene que, aunque Pemex es solvente en el largo plazo, el verdadero problema de la compañía reside en una complicada posición de liquidez en el corto plazo.

En ese sentido, el primer paso que ha tomado la firma energética para ajustarse a la nueva realidad es poner en marcha un recorte de 100 mil millones de pesos en sus gastos, el cual fue aprobado ayer por el consejo de administración de la compañía.

Miguel Messmacher, subsecretario de Hacienda, dijo que esto representa un “buen punto de inicio” para las negociaciones respecto a una posible ayuda financiera de parte del gobierno federal para Pemex.

Los movimientos en la tasa de interés de los bonos de Pemex en los mercados muestran que esta expectativa de un posible rescate gubernamental ha jugado un papel crucial para mantener la calificación crediticia de grado de inversión de la compañía.

Messmacher dijo que la resolución del acuerdo de rescate podría anunciarse en las próximas semanas.

Anatomía del recorte

La mayoría del ajuste de Pemex está concentrado en inversiones, particularmente en el área de exploración y producción, la cual es la parte más rentable del negocio.

Los recortes a la inversión han sido la constante entre las principales firmas energéticas globales desde que inició la caída del precio del crudo. Pemex, que además se enfrenta a un marco fiscal que le resta competitividad, no estuvo exento de esta tendencia.

Alrededor del 70 por ciento de los recortes se derivarán de suspender y posponer inversiones. El área de exploración y producción se enfrentará a un ajuste de 46.8 mil millones de pesos, de los cuáles alrededor de 10 mil millones de pesos se restarán al presupuesto para campos de aguas profundas.

De acuerdo al director de Pemex, esto tendrá como resultado una reducción de 100 mil barriles diarios en la producción de crudo durante el 2016. 

La producción de la firma ha ido en declive en los últimos doce años. Después de tocar un máximo de producción de 3.4 millones de barriles diarios en 2004, se espera que se produzcan 2.1 millones de barriles diarios en este año.

La reforma energética le ofrece a Pemex la opción de asociarse con firmas privadas. González Anaya hizo énfasis en este punto, diciendo que no tiene caso “ir solos” en inversiones como las de aguas profundas ya que los resultados se obtienen en diez años. 

En ese sentido, el directivo refirió que, cuando un proyecto se vuelva rentable debido a la revaluación de los precios del crudo, se optará por una asociación que comparta el riesgo y evite una descapitalización de Pemex.

González Anaya dijo que el resto del recorte, equivalente a 28.9 mil millones de pesos, se concentrará en la reducción de costos y el aumento de eficiencias. 

Reestructuración inevitable 

Uno de los objetivos centrales de la reforma energética fue hacer de Pemex una empresa de clase mundial con capacidad para competir con las grandes firmas petroleras globales.

El cambio podría ocurrir después de un proceso de reestructuración en el que la supervivencia misma de la compañía está en juego. 

La presión de una producción en declive, una fuerte depreciación del peso frente al dólar, una deuda de 87 mil millones de dólares y un pasivo laboral de 1.22 billones de pesos pueden catalizar ajustes que no tendrían lugar en un escenario más relajado.

Esto se ha vuelto patente en las concesiones que ha hecho el sindicato petrolero. González Anaya anunció que el recorte de 100 mil millones de pesos necesariamente incluirá el despido de trabajadores.

Por otra parte, el sindicato accedió a una quita de deuda en la que pasivo laboral pasó de 1.474 billones de pesos a 1.227 billones de pesos.

Además, Pemex iniciará un proceso de monetización y venta de activos que no forma parte del recorte anunciado.

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