Comprar una prenda de marca puede dar cierto estatus en la mente del consumidor, sin embargo, esa compra puede estar marcada por el abuso laboral en millones de trabajadores mexicanos, advierte un estudio. Foto: Especial

Moda, prestigio y precarización laboral en la industria del fashion en México

Consumir una prenda de marca puede dar cierto estatus en la mente del consumidor, sin embargo, esas compras generalmente están marcadas por el abuso laboral en millones de trabajadores mexicanos, advierte un estudio

El sello distintivo de la industria de la moda en México no es el lujo ni la sofisticación, es la precarización laboral, que contrasta con las enormes ganancias que dejan a las marcas de renombre que visten y calzan a los consumidores en el país.

Las grandes marcas que conforman la industria de la moda en México buscan que todos los consumidores usen sus prendas y artículos, pero no que las condiciones laborales de las personas que trabajan para ellos sean dignas, de acuerdo a la investigación “La precariedad no pasa de moda“, elaborada por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

El informe denuncia que, aunque nueve de las 10 marcas de indumentaria con mayor valor global tienen presencia en México y los ingresos totales de la industria en el país superaron los dos billones de pesos en 2018; el 0.01 por ciento de las unidades económicas relacionadas con la comercialización de moda captan poco más de la mitad de los ingresos totales de la industria, pero gastan en remuneraciones el 1.2 por ciento de sus ingresos.

Las cuatro mil 414 unidades económicas de medio y gran tamaño que comercializan artículos de vestir, calzado y accesorios se apropian de 60 por ciento de todo lo que genera la industria, 1 billón 127 mil millones de pesos; ocupan el 30 por ciento de todo el personal que labora en el rubro y generan la mitad del valor agregado.

Opacidad salarial en las grandes tiendas

Sin embargo, los supermercados, tiendas departamentales y de telas, prendas de vestir, calzado y accesorios gastan más del triple en publicidad que en las contribuciones al seguro social, las prestaciones y el reparto de utilidades a todo su personal, de acuerdo al documento; así, mientras Sears, Liverpool y Palacio de hierro figuran entre las 500 empresas más importantes del país muestran opacidad en una mejora salarial para sus empleados.

“Será que venden prestigio, pero más bien, creemos que los lemas que comercializan son totalmente precario, la precariedad es parte de la vida o si son los campeones de los salarios bajos, y no se trata de hablar mal de nadie, pero ya estuvo, la productividad ha crecido, los salarios no”, comenta Rogelio Gómez, coordinador general de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, en la presentación del documento.

La precariedad laboral en la industria de la moda es prácticamente generaliza, ya que de las tres millones 196 mil personas que emplean, dos millones 304 mil 448 carecen de un ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza, más de un millón llevan a cabo jornadas laborales de más de 48 horas semanales y casi dos millones no tienen acceso a la organización sindical, según la investigación.

Esta no es la primera vez que una revisión a la industria de la moda arroja resultados negativos en términos de las condiciones laborales de los trabajadores, el año pasado la organización realizó el mismo ejercicio estadístico, y su conclusión fue que no existe un avance positivo respecto a la edición anterior.

“Se puede afirmar que las condiciones laborales en la industria de la moda no han cambiado significativamente en estos dos años, incluso se han deteriorado y la precariedad no pasa de moda”, se lee en el documento.

Mayor vulnerabilidad a trabajadoras

La vulnerabilidad laboral es mayor entre las mujeres que trabajan dentro de la industria de la moda mexicana, ya que son ellas las que concentran el 60 por ciento de toda la población ocupada en el sector; por lo que cuestiones como la discriminación, el acoso y agresiones se suman a la lista de abusos que se reciben al participar en la comercialización de artículos de vestir, calzado y accesorios.

Al respecto, Elizabeth Ávalos, integrante del colectivo de mujeres Rosa Luxemburgo, advierte que existen una serie de pendientes que las empresas tienen que atender desde la perspectiva de género, más allá de buscar de manera superficial el membrete de responsabilidad social, y ese hecho converge con la lucha por los derechos de las trabajadoras.

“La situación puede caer en un estado de trabajo forzado; que te den las vacaciones cuando quieran, que te dejen ir al baño solo cuando los jefes permitan, que no te den permiso para cuidados o que se condicionen a partir de conceder algún favor de tipo sexual, desgraciadamente en 2023 son prácticas que aún en los grandes corporativos siguen vigentes”, lamenta Ávalos.

Por otro lado, 37 por ciento del personal de la industria de la moda son jóvenes entre 15 y 29 años, cuestión que urge a una revisión de las condiciones laborales para poder generar justicia en materia salarial, ya existe una situación donde a pesar de ser contratados de manera formal, el salario que reciben suele ser muy bajo para la juventud mexicana del sector, expone Regina Trujillo, directora de YouthBuild México en Guanajuato.

“Esto lo vemos todos los días cuando atendemos el área de vinculación laboral, porque hay entre los jóvenes y el resto de los grupos de edad un 30 por ciento de diferencia menor de lo que ganan nuestros jóvenes en comparación a los mayores de 30 años”, denuncia Trujillo sobre la situación que viven dentro de la industria de la moda los jóvenes en Guanajuato.

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