La semana pasada, el diario Financial Times lanzó un duro golpe para las reformas estructurales que ha promulgado la administración del presidente Peña Nieto al calificarlas como un fracaso. Esto incluyó a la reforma energética que hace dos años emocionó a inversionistas y medios globales.
La perspectiva del Financial Times coincide con la evaluación que hizo el banco JP Morgan de las primeras licitaciones de la reforma energética a mediados del año pasado. La firma dijo que la apertura del sector energético mexicano podría considerarse como una decepción.
Sin embargo, en materia de energía, el discurso del gobierno mexicano enfatiza que lo mejor está por venir. Después de un aplazamiento, la Secretaría de Energía determinó que la cuarta licitación de la Ronda Uno, donde se subastarán los campos de aguas profundas del Golfo de México, se realizará en diciembre de este año.
La cuarta licitación es considerada la joya de la reforma ya que las áreas que se licitarán contienen tres cuartos de los recursos prospectivos de petróleo de México. Una estimación del 2015 calcula que los campos de aguas profundas cuentan con 654 millones de barriles de petróleo crudo equivalente.
Tal como sucedió a finales de la década de los setenta, cuando los banqueros internacionales hacían fila afuera de la oficina del secretario de Hacienda para ofrecer préstamos a México por el descubrimiento de nuevos yacimientos petroleros, ahora son las firmas energéticas las que se forman para entrar a la mesa de negociaciones con Pemex.
El portal Bloomberg reportó que funcionarios de Pemex que pidieron no ser nombrados aseguran que la empresa energética mexicana se encuentra en pláticas con Exxon, Total y Chevron para asociarse con el fin de desarrollar los campos de aguas profundas de la cuarta licitación.
Asimismo, se refirió que Pemex también está por iniciar conversaciones con la firma noruega estatal Statoil, con quien mantiene una larga relación de cooperación en materia de desarrollo tecnológico.
Pemex a reestructura
Pemex se encuentra en medio de un programa de reestructuración que ha incluido la sustitución de la dirección general, un recorte al gasto de la firma de 100 mil millones de pesos y la planeación de venta de activos no estratégicos.
José Antonio González Anaya, nuevo director de Pemex, dijo en su primera aparición pública con analistas de inversión que la fortaleza de la empresa energética reside en las nuevas figuras de la reforma energética.
A pesar de que Pemex atraviesa por una crisis de liquidez en la que la Secretaría de Hacienda ha tenido que intervenir directamente con la inyección de 73.5 mil millones de pesos, las grandes firmas energéticas globales apuestan a la solvencia de la empresa mexicana en el largo plazo.
La promesa de la reforma
El potencial de los campos que serán licitados en diciembre son responsables de gran parte del entusiasmo que se generó cuando se dio origen al Mexican Moment. El interés de las grandes firmas energéticas se volvió evidente de manera inmediata.
Antes de la promulgación de la reforma, era común que altos funcionarios del gobierno mexicano, incluido el mismo presidente Peña Nieto, recibieran a altos directivos de las firmas energéticas y jefes de estado con el fin explícito de discutir las perspectivas de la reforma.
No obstante, en junio de 2014 inició la peor debacle en el mercado petrolero desde finales del siglo XIX. El precio del petróleo pasó de registrar niveles cercanos a los 110 dólares a mediados del 2014 a tocar el umbral de los 27 dólares a inicios del 2016.
La caída del precio del petróleo desencadenó una disrupción sin precedentes en la industria energética global. Las firmas del sector ajustaron sus presupuestos, despidieron a gran parte de su plantilla laboral y cancelaron proyectos multimillonarios de exploración y producción.
La firma de consultoría energética Wood Mackenzie estima que las grandes firmas energéticas redujeron su presupuesto para gasto en inversión del 2016 en 91 mil millones de dólares respecto al presupuesto del año anterior.
El futuro de la cuarta licitación de la Ronda Uno quedó en vilo. La explotación de los campos de aguas profundas implica altos costos y un alto riesgo.
Pero, pese a la creciente competencia entre los proyectos de alto perfil, que van desde los campos de las costas brasileñas hasta las arenas petrolíferas de Canadá, el interés se mantuvo en la cuarta licitación de la Ronda Uno.
Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, anunció que actualmente hay 16 empresas calificadas para participar en el proceso licitatorio y que se espera la entrada de 44 mil millones de pesos en inversión para esta fase.
Después de que los grandes nombres de la industria brillaron por su ausencia en las tres primeras fases de la Ronda Uno, los campos de aguas profundas emergen como una oportunidad demasiado atractiva para dejarla pasar.
Este año, las reservas probadas de México presentaron una caída anualizada de 21 por ciento para llegar a un nivel que alcanza para producir únicamente durante los siguiente ocho años y medio.
Frente a este escenario, la cuarta licitación de la Ronda Uno representa una oportunidad para cumplir las expectativas de inversión y producción petrolera que se planteó la reforma energética.