Italia sin forza

El impacto que generó el Brexit en los mercados financieros globales ha dejado expuesto un problema estructural que amenaza a la frágil economía de Europa: la debilidad de su sistema bancario, particularmente en Italia.

Todas las grandes crisis de finales del siglo XX, junto con la debacle del sistema financiero en el 2008, han sido crisis bancarias. Después del colapso del banco estadounidense Lehman Brothers, la política de regulación económica de Estados Unidos y Europa se abocó a garantizar una arquitectura financiera segura.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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ha caído el índice que da seguimiento a los bancos europeos más importantes desde el 23 de junio
La economía de Europa está lejos de consolidar una recuperación sustentable que la ponga en el camino del crecimiento
“Los iconoclastas hicieron muchas más estatuas de las que destruyeron”
G.K. ChestertonEscritor británico
“El Brexit podría incidir en la explosión de una crisis bancaria de proporciones completas en Italia. El riesgo del colapso de la Eurozona es inminente”
Lorenzo Codongo,Exdirector general del Departamento del Tesoro
del Ministerio de Economía de Italia
“Hay una epidemia e Italia es el paciente más enfermo. Si no detenemos la epidemia, esto se va a volver un problema para todos” 
Pierpaolo BarettaSubsecretario del Ministerio de Economía de Italia

El impacto que generó el Brexit en los mercados financieros globales ha dejado expuesto un problema estructural que amenaza a la frágil economía de Europa: la debilidad de su sistema bancario, particularmente en Italia.

Todas las grandes crisis de finales del siglo XX, junto con la debacle del sistema financiero en el 2008, han sido crisis bancarias. Después del colapso del banco estadounidense Lehman Brothers, la política de regulación económica de Estados Unidos y Europa se abocó a garantizar una arquitectura financiera segura.

En ambos lados del Atlántico se implementaron medidas para capitalizar a los bancos, reducir la interconexión de sus operaciones y asegurar que no fueran instituciones que presentaran riesgo sistémico, es decir, se pretendía tener un sistema sin bancos ‘demasiado grandes para caer’.

Sin embargo, la economía de Europa está lejos de consolidar una recuperación sustentable que la ponga en el camino del crecimiento.

Después de la debacle económica de la periferia europea, dos crisis de deuda griegas y un estancamiento del nivel de precios que coquetea con la deflación, el rango de crecimiento de Europa se ha encontrado entre -0.4 por ciento y 0.6 por ciento desde el 2012.

La debilidad de la actividad económica se ha traducido en un activismo sin precedentes del Banco Central Europeo (BCE). La política monetaria llevó a su tasa de interés de referencia a terreno negativo.

La conjugación de las tasas de interés en mínimos históricos y un incremento en la carga regulatoria tuvo efectos adversos en todo el sector bancario de Europa. Desde el 23 de junio, día en que se celebró el referéndum del Brexit, el índice accionario de los principales bancos europeos ha caído 17 por ciento.  En lo que va del año, el índice ha perdido el 30 por ciento de su valor.

Más allá de un debilitamiento coyuntural de los bancos europeos, el Brexit puso de relieve un problema estructural que podría convertirse en una crisis bancaria que dé el tiro de gracia a la economía de Europa y expanda el pánico a otros mercados.

Bomba de tiempo
 
El sistema bancario italiano se ha convertido en la exposición patente de este fenómeno. Cerca de la mitad de los préstamos que están en peligro de caer en impago en Europa se encuentran concentrados en bancos de Italia.

Asimismo, el 17 por ciento de todos los préstamos del sistema bancario italiano tienen un alto riesgo de convertirse en cartera vencida. Estos préstamos representan un monto de 360 mil millones de euros, cuatro veces más que lo registrado en el 2008 y diez veces más que la cifra presentada por lo bancos estadounidenses.

Italia podría convertirse en el epicentro de un nuevo episodio de inestabilidad en Europa. Pierpaolo Baretta, subsecretario del Ministerio de Economía de Italia, externó su preocupación al diario The Wall Street Journal diciendo que “hay una epidemia e Italia es el paciente más enfermo.

Si no detenemos la epidemia, esto se va a volver un problema para todos. El shock del Brexit ha creado una sentido de urgencia.”

A pesar de que el BCE considera que el único banco italiano con implicaciones potencialmente sistémicas es Unicredit, el gobierno de Italia argumenta que una profundización de la crisis bancaria puede traducirse en una salida masiva de depósitos que genere una situación similar a la de Grecia en el 2012 y el 2015.

Lorenzo Codongo, ex-director general y economista en jefe del Departamento del Tesoro del Ministerio de Economía de Italia, declaró: “El Brexit podría incidir en la explosión de una crisis bancaria de proporciones completas en Italia. El riesgo del colapso de la Eurozona es inminente si las preocupaciones respecto al Brexit no son atendidas.”
 
Italia vs Europa
 
El gobierno italiano, liderado por el primer ministro Matteo Renzi, ha propuesto un rescate bancario de 40 mil millones de euros para estabilizar las hojas de balance de los bancos italianos que representan algún nivel significativo de riesgo sistémico.

El rescate incluye un plan de inyección de capital a Banca Monte dei Paschi di Siena, el tercer prestamista más importante del país, cuyo valor de capitalización de mercado se ha reducido 36 por ciento desde el 23 de junio.

No obstante, la estabilización de los bancos italianos con dinero público está sujeto a que la Unión Europea haga una excepción a su regulación de rescates bancarios antes de que se realicen las pruebas de estrés del BCE a las instituciones financieras.

Después de la crisis del 2008, los gobiernos europeos buscaron desincentivar el uso de dinero de los contribuyentes para salvar instituciones financieras que se encontraban en una situación de vulnerabilidad debido a que la gerencia de los bancos incurrió en riesgos excesivos dada su condición de “demasiado grande para caer”.

Italia necesita una aprobación unánime de parte de los otros 27 miembros de la Unión Europea para proceder. Hasta el momento, el gobierno alemán y los funcionarios de la Comisión Europea han sido enfáticos en su oposición a la medida.

Sin embargo, Matteo Renzi considera que este rescate representa un “pequeño precio” en relación a las potenciales consecuencias catastróficas que resultarían de un colapso bancario. 

Además, un tercio de los 187 mil millones de euros en bonos de bancos italianos se encuentran en manos de inversionistas individuales externos al banco. Esto representa otra fuente de desestabilización para la golpeada economía italiana.

Al respecto, la firma Fitch Ratings concluyó: “Consideramos que será difícil alcanzar el consenso político necesario para inyectar fondos públicos como capital de los bancos”.

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