Con miedo a la guerra

En México, el miedo se ha disipado. La apreciación de 14.97 por ciento del peso frente al dólar en los últimos seis meses se atribuye a la creencia generalizada de que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se apegará a factores institucionales. El status quo como escenario base.

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Es la tarifa arancelaria que la administración de Donald Trump buscaría aplicar a la importación de acero y otros bienes
“Vivimos en un mundo en el que una guerra comercial no puede ser descartada”
Volker TreierDirector de la unidad de comercio exterior de la Cámara de Comercio DIHK de Alemania

En México, el miedo se ha disipado. La apreciación de 14.97 por ciento del peso frente al dólar en los últimos seis meses se atribuye a la creencia generalizada de que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se apegará a factores institucionales. El status quo como escenario base.

En cambio, en Alemania, un país mucho menos dependiente que México de sus exportaciones a Estados Unidos, el concepto de guerra comercial se vuelve cada vez más común en las intervenciones públicas de los representantes de la iniciativa privada. El sentido de alarma crece.

Ayer, la Cámara de Comercio DIHK de Alemania emitió un comunicado en el que se expresó una profunda preocupación por el énfasis proteccionista de la administración de Donald Trump, un enfoque que ha sido renovado recientemente.

La semana pasada, el portal Axios publicó una nota en la que se aseguró que la Casa Blanca está delineando un plan para imponer tarifas arancelarias de hasta 20 por ciento a la importación de acero y otros bienes.

Fuentes de la administración de Trump dijeron a Axios, que la medida estaría focalizada en el comercio bilateral con China, pero que también podría afectar a México, Canadá, Alemania y Reino Unido.

Se refirió, también, que esta medida fue rechazada por prácticamente todo el gabinete del presidente Donald Trump; únicamente tres de las 25 personas que se encontraban en la reunión favorecieron el plan para instrumentar aranceles. Entre estas tres personas se encuentra el propio Trump y el secretario de Comercio, Wilbur Ross, un hombre que había sido asociado como miembro del ala moderada del gabinete económico.

El apoyo de Ross, a quien el secretario de Economía Ildefonso Guajardo se ha referido públicamente como “nuestro amigo Wilbur”, podría explicarse por su historial como empresario en el sector acerero estadounidense.

Riesgo político

Sin embargo, Axios menciona que las razones de Donald Trump son meramente políticas, no económicas. Se busca apelar a la base electoral del presidente en un momento en el que sus índices de popularidad se encuentran estancados, alrededor de 39.4 por ciento, de acuerdo al sitio FiveThirtyEight.

La inestabilidad de la voluntad política de la administración de  Trump se ha convertido en un factor de incertidumbre permanente. La Cámara de Comercio DIHK realizó una encuesta consultando a cuatro mil empresas alemanas. La mitad dijo que el riesgo político representa la principal amenaza para su negocio en los próximos 12 meses.

Volker Treier, que dirige la unidad de comercio exterior de este organismo empresarial, dijo a la agencia Reuters: “Vivimos en un mundo en el que una guerra comercial no puede ser descartada”.

Cuando Estados Unidos anunció que iniciaría investigaciones sobre las implicaciones que tiene la importación de acero y aluminio para la seguridad nacional, la Unión Europea respondió de inmediato.

Cecilia Malmstrom, comisionada de Comercio de la Unión Europea, dijo la semana pasada que Europa está preparada para responder a las agresiones comerciales de Estados Unidos.

Mientras que la tensión comercial escala entre las dos mayores economías del mundo, expertos critican el hecho de que el gobierno mexicano se ha limitado a apegarse a una política de hermetismo mediático en relación a la política comercial.

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