Cayetana Fits-James Stuart: La Duquesa escandalosa

Colección de títulos
● Nacida en el Palacio de Liria en 1926, la Duquesa de Alba entró a la aristocracia española y ha llegado al Libro Guinness de los récords por poseer más títulos que ningún otro noble en el mundo debido a que es cinco veces duquesa, 18 veces marquesa, 20 veces condesa, vizcondesa, condesa-duquesa, además de ser 14 veces Grande de España. 

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Colección de títulos
● Nacida en el Palacio de Liria en 1926, la Duquesa de Alba entró a la aristocracia española y ha llegado al Libro Guinness de los récords por poseer más títulos que ningún otro noble en el mundo debido a que es cinco veces duquesa, 18 veces marquesa, 20 veces condesa, vizcondesa, condesa-duquesa, además de ser 14 veces Grande de España. 

Fortuna incomparable
● Por ser heredera de la Casa de Alba, que se remonta al Siglo 15, la duquesa ha tenido a su nombre distintos palacios alrededor de España. En ellos, la duquesa llegó a poseer distintas pinturas de Velázquez y Goya, una primera edición de Don Quijote, cartas originales de Cristobal Colón, entre otros artículos de relevancia cultural.

La última boda feudal
● Su primer matrimonio con Luis Martínez de Irujo en 1947 causó conmoción alrededor del mundo pues el costo final de la boda se calculó en alrededor de 20 millones de pesetas de la época. Tal magnitud de fortuna causó una repercusión de la corona por el despilfarro de dinero en el evento. 

Amante de la juventud
● Tras quedarse viuda en 1972, la duquesa decidió contraer matrimonio por segunda vez en 1978 con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate, un candidato ilegítimo para la corona española. Su marido era once años menor que ella. Más tarde, tras el fallecimiento de su segundo esposo, la duquesa le pondría el ojo a su futuro esposo, esta vez superando su edad por 24 años. 

El valor del amor verdadero
● En el 2008, la duquesa contrajo matrimonio con Alfonso Diéz Carabantes, un español que manejaba una compañía de relaciones públicas, aun con las objeción de sus hijos y del Rey Juan Carlos. Para probar que su matrimonio se basaba en el amor verdadero, renunció formalmente a toda su fortuna, para despejar las dudas sobre el amor de su esposo.

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