La nueva aventura de los Cazafantasmas retoma, una vez más, la nostalgia como su carta fuerte para ofrecernos una película que nos deja mucho que desear.
Ghostbusters es el ejemplo perfecto de una cinta única en su tipo. Mezclando comedia, terror y ciencia ficción, la primera película de los Cazafantasmas tuvo un impacto tan grande que hoy, 40 años después de su estreno, continúa siendo referencia en el mundo del cine. Desafortunadamente, el resto de las películas, series de televisión, videojuegos y cómics basados en esta franquicia se han concentrado en replicar ese éxito con una cantidad inmensa de referencias a la cinta original, al grado en que ésto se ha vuelto su único atractivo.
REVIVIENDO UNA FRANQUICIA
Ante la pérdida de interés por parte del público en general, el 2021 marcó el tan esperado regreso de la franquicia a los cines uniendo el legado de los Cazafantasmas originales con una nueva generación. Este nuevo filme, concentrado más en la nostalgia y el dramatismo que en la comedia, hizo que la cinta tuviera una tibia recepción por parte del público y la crítica, pero generando la cantidad suficiente de dinero en taquilla como para justificar una secuela.
Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma nos regresa a Nueva York, donde los nuevos cazafantasmas están trabajando de manera cotidiana, poniendo en riesgo a la ciudad gracias al caos que conlleva atrapar fantasmas. Con voces en contra de su trabajo por parte del público y el propio gobierno local,todo comienza a cambiar cuando un misterioso artefacto se revela como la prisión de una poderosa deudas que desea liberar a todos los fantasmas que han sido capturados por nuestro protagonistas para hacerse un ejército de espectros con los cuales acabar con el mundo.
Con el regreso de los actores originales, una historia aparentemente nueva y una amenaza verdaderamente terrorífica, la cinta se presenta como lo que es, una secuela que es innecesaria.
SI YA ESTÁ ROTO, ¿PARA QUÉ ARREGLARLO?
Aunque la película trata de concentrarse en el nuevo equipo de Cazafantasmas, el guión de Gun Kenan y Jason Reitman se llena de tramas y subtramas que parecen estar ahí por el puro fanservice. Hay secuencias que no vienen al caso, como la aparición de Pegajoso o el fantasma de la biblioteca, mientras que otras parecen no ir a ningún lado como la trama de la niña fantasma. Todo esto sumado a la mayor participación de los actores originale sólo ponen en evidencia que la fórmula de Ghostbusters ya está más que cansada.
No vamos a negar que Paul Rudd tiene una de las escenas más graciosas de toda la franquicia y que Dan Aykroyd se divirtió como nunca durante la filmación, pero esto queda sepultado en tantísimas referencias a las cintas anteriores que llega un momento en que la película de ser graciosa.
¿Cómo es posible que con tantas grandes historias en los cómics y la series animadas, los creadores no pueden desarrollar una historia original’ ¿Hasta cuando esta franquicia podrá seguir siendo una colección de referencias para llamar la atención del público? No lo sabemos, pero si algo es seguro es que la franquicia, para de nuevo exitosa necesita dejar de seguir dependiendo de sus viejas glorias.
