Finalmente, han pasado 84 años. Bueno, no, sólamente fueron seis meses. Pero seis meses en escala de tiempo en los videojuegos hoy en día puede parecer una eternidad. Los fans de Halo estaban completamente desesperados por nuevo contenido de cualquier tipo dentro del juego. Sin ir más lejos, los alarmantes números de jugadores activos en Halo Infinite hablan por sí solos. No obstante, a jalones y empujones, la segunda temporada de contenido titulada ‘Lone Wolves’ se ha estrenado.

Los spartans vienen en todos los colores y sabores

Después de unas cuantas partidas, es momento de hablar sobre cuáles son las primeras impresiones de esta temporada y más importante, hacia dónde va Halo Infinite. Lone Wolves llega a Halo Infinite primeramente con una cinemática introductoria. El concepto central de esta nueva temporada son spartans especializados en misiones de larga duración y sin apoyo de ningún tipo llamados ‘lobos’. Justamente, la cinemática inicia con el regreso de dos de estos lobos y uno de ellos está malherido. La razón de los problemas del spartan está en una nueva IA, como las vistas en el multijugador, pero fabricada por Los Desterrados.

Naturalmente, esta nueva IA se puede desbloquear con el pase de batalla y justamente ese es el mayor atractivo de esta temporada. Era ampliamente sabido que con esta temporada habría muchos nuevos objetos de armadura, sin embargo se trata de un núcleo de armadura completo. Similar a como fue en la temporada pasada, Lone Wolves introduce dos nuevos núcleos de armadura; está el núcleo Eaglestrike del futuro evento Fracture pero también está el núcleo Rakshasa, la nueva armadura de los spartans ‘Lobos’.

Esta nueva armadura presenta un aspecto más ligero en comparación con la Mark VII original. Una armadura menos blindada perfecta para las misiones de reconocimiento e infiltración de los Lobos. Ahora, en total hay cinco núcleos de armadura diferentes para personalizar al personaje para las partidas mltijugador.

Mayor contenido pero, ¿suficiente?

Por el lado del gameplay, Lone Wolves cumple con lo prometido. Como se había mencionado, esta nueva temporada trae consigo dos nuevos mapas y tres nuevos modos de juego. Particularmente, el mapa Catalyst recuerda mucho a mapas de entregas pasadas, en especial Halo 3 y Halo 4. Hay algo en su diseño estético o las tonalidades usadas, menos brillosas a otros mapas. En el caso de los modos de juego, Último Spartan en Pie se siente como una experiencia fresca. Sin embargo actualmente hay un preocupante número de jugadores quienes prefieren esconderse para sobrevivir en lugar de combatir.

Rey de la Colina es un modo clásico de la franquicia que ahora vuelve pero con variaciones como se mencionó. Ahora ambos equipos no luchan únicamente por el control de la zona. Un vez en posesión, uno de los equipos debe mantener el control un tiempo determinado y solo entonces se asegura un punto. Este pequeño cambio en la mecánica da pie a combates llenos de adrenalina en donde ambos equipos están a casi nada de poder asegurar una zona. El equipo que no logre asegurar se habrá esforzado en vano y deberá iniciar de nuevo el control de una nueva zona.

En general, ‘Lone Wolves’ se siente como la bocanada de aire fresco que Halo Infinite necesitaba con urgencia. No obstante, la emoción por el nuevo contenido eventualmente acabará. El progreso del pase de batalla y el ciclo de eventos programados son de progresión lenta pero nada que no pueda desbloquearse en poco más de un par de meses. Los desarrolaldores necesitan urgentemente analizar si en verdad esta nueva temporada podrá mantener a los jugadores lo suficientemente entretenidos por otros seis largos meses. Ningún fan de Halo quiere volver a repetir esos largos intervalos de ausencia de contenidos y pérdida masiva de jugadores.