Oppenheimer ¿Es lo que esperábamos? 

El drama histórico es un género difícil de abordar. Desde saber mantener la atención del espectador hasta contar una historia de la manera más imparcial posible. Cuándo anunciaron una película que narraría los eventos del Proyecto Manhattan y su creador, ésta captó el interés de muchos; y al ver qué estaría dirigida por Christopher Nolan, la expectativa fue aun mayor. Entre espías intrépidos y una popular muñeca se une a la carrera por la taquilla mundial Oppenheimer ¿Es lo que esperábamos? 

PROMETEO ESTADOUNIDENSE

Basada en el libro escrito por Martin J. Sherwin y Kai Bird, esta cinta narra la historia del físico cuántico Julius Robert Oppenheimer, fundador de la escuela de física teórica en Estados Unidos y director del polémico Proyecto Manhattan. La película coloca a Cillian Murphy en la piel del científico y a lo largo de sus 180 minutos de duración vemos una serie de secuencias en distintos momentos de la vida de este personaje. Pasando por su formación en una Europa convulsa por la Segunda Guerra Mundial, sus interacciones con el partido comunista, su estadía en Los Álamos para crear la bomba atómica y sus audiencias posteriores a los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. 

Está producción hace un gran trabajo en hilar su narrativa que a pesar de los abruptos saltos en el tiempo, en ningún momento te hace sentir perdido e incluso usa la esos cambios temporales a su favor, provocando curiosidad en el espectador de cómo el protagonista terminó en esa situación si antes se encontraba en un momento totalmente opuesto. 

Tenemos enfrente una película extensa y extenuante. Oppenheimer se esfuerza por mantenerse neutral respecto a los delicados hechos que narra y nos muestra a un protagonista narcisista, una comunidad científica egocéntrica, un gobierno estadounidense inclemente y una sociedad influenciada por los medios de comunicación. La creación de la bomba atómica fue un hecho que marcó a la humanidad al darle a los seres humanos la capacidad de destruirse a sí mismos.

El elenco hace un trabajo impecable, desde los personajes principales hasta los incidentales.Cillian Murphy, como casi siempre, es genial y retrata a la perfección a un hombre con un intelecto ejemplar, pero que no deja de ser un humano y tanto sus ideales como sus pasiones y ego lo llegan a cegar. Dentro del escaparate de talentos frente a cámara, Florence Pugh y Emily Blunt le dan vida a la amante y esposa de Robert Oppenheimer,  y a lo largo de la película logran construir momentos tensos que ayudan a entender de mejor manera el por qué de muchos comportamientos de nuestro protagonista.

Si bien Oppenheimer narra el momento más turbulento del siglo XX que reconfiguró el mundo, la adaptación de Nolan trasciende y trae a la conversación las preocupaciones y miedos de qué pasa si la regulación que existe para este tipo de temas no es suficiente y poco a poco nos llevamos a nuestra propia destrucción.

EXPLOSIÓN EN IMAX

Uno de los temas más tocados previo al lanzamiento de esta cinta era sobre su formato. Recordemos que la película fue filmada para pantallas IMAX combinando el formato con película de 65 milímetros. Incluso el empuje publicitario apuntaba a que la forma “correcta” o al menos como la visión del director, era en pantalla IMAX. En nuestra opinión y sin afán de llevar la contraria, consideramos que no es necesario. Si, la escena de la explosión se ve increíble y suena todavía mejor, pero en realidad es el único espectáculo visual que tiene esta producción. 

Tampoco nos malinterpreten, la película es genial; de hecho el guión y montajes son tan buenos que no necesita de una grandilocuencia visual para mantener cautivo al espectador. 

Un drama sórdido, extenso y que nos deja con más preocupaciones que soluciones. La construcción de su narrativa grita “Christopher Nolan” por todos lados y como buena película de este director, nos deja un sabor de boca bastante curioso al que seguramente tendremos que volver más de una ocasión para terminar de digerirlo.