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CINE Elementos (2023)

La película 27 de Pixar llega a recordarnos por qué son los maestros en conmover, pero la fórmula ya se empieza a sentir cansada

Hubo una época en la que Pixar era el indiscutible estandarte de las películas animadas. Historias cargadas de emoción e intensidad, y una calidad visual impresionante que, en su momento, marcaron la norma en el género. Poco a poco, distintos estudios se fueron atreviendo a innovar y quitaron el estigma de “ser un género para niños”. Ahora es turno del estudio de Disney para hacerle frente a estas producciones con ‘Elementos’ la más reciente entrega de Pixar bajo la dirección del creador del cortometraje animado ‘Parcialmente nublado’ y ‘Un gran dinosaurio’. ¿Esta película será digna de celebrar los 100 años de la casa del ratón?

LA CHISPA INICIAL

Esta película nos sitúa en Elemental City, un lugar en dónde los cuatro elementos naturales; agua, tierra, fuego y viento, parecieran convivir en armonía. A esta ciudad llega una familia de fuego con su hija recién nacida, Amber. Pronto se darán cuenta de las dificultades que implican relacionarse con otros elementos y terminarán por quedar relegados a un rincón de la metrópolis en dónde solo habitan entes de fuego. Será ahí dónde los recién llegados emprendan un negocio familiar e intenten preservar sus tradiciones.

Esta breve introducción nos hará caer en cuenta de los hostil que puede llegar a ser el ambiente en el que se desarrolla una de nuestras protagonistas, Amber. La joven y temperamental llama que intenta trabajar duro para seguir con el legado de su familia y heredar la tienda de sus padres para que ellos puedan retirarse. Un día y por accidente, Amber conoce a Wade, un torpe y tierno hombre de agua. Este encuentro será el inicio de una relación muy contrastante en dónde nuestros protagonistas aprenderán sobre ser uno mismo y anteponerse sobre los prejuicios familiares, sociales y hasta de uno mismo.

En este punto la historia podría parecernos algo conocida y la verdad es que no se equivocan. Pareciera que Pixar viene contando lo mismo desde hace más de diez año, solo que con personajes diferentes y leves variaciones a la fórmula. En el caso de Elementos la variante es el tema social enfocado a temas migratorios, racismo y diferencia de clases sociales. Pero en esencia, la estructura Pixar que estamos acostumbrados a ver en sus últimas entregas se queda intacta.

MISMO PIXAR, PARA BIEN Y PARA MAL

Aunque a momentos Elementos juguetea con la idea de salirse del estilo visual clásico de Pixar y pareciera que se va a atrever a competir con las otras animaciones que han sido lanzadas este año, la película demuestra timidez y nos entrega un producto visualmente hermoso, pero nada fuera de lo común en el estándar del estudio.

Amber y Wade son personajes muy honestos y carismáticos a su manera. Características que ayudan a que esta historia vista muchas veces atrás funcione y conmueva a la sala entera. La obvia historia de amor con final feliz tiene un desarrollo decente con un par de momentos bastante interesantes, pero con un evidente miedo a ser tratados a profundidad. Amber es un personaje entero y con un perfil lo suficientemente interesante para sostener la película ella sola. Por su parte Wade es más bien una muleta e interés amoroso metido con calzador y cuya única función es conmover al espectador con su torpeza que a momentos se nos hizo demasiado.

El problema central de la película y la historia de amor aparentemente imposible tienen una resolución muy abrupta y que, si se dejan a un lado los sentimentalismos, se hace notar que fueron situaciones completamente irrelevantes incluso para su propio universo y personajes. También sería injusto no admitir que la historia de amor logra conmover y sacarnos uno que otro suspiro. Si, lo hace a través de las mismas figuras, diálogos y lugares comunes a los que Pixar nos tiene acostumbrados, pero es innegable que siguen funcionando si te encuentras en el ánimo adecuado.

Elementos de Pixar para nada se acerca a las producciones insignia de este estudio, pero tampoco es un desastre. En un medio tan peleado y que se está atreviendo a abordar temas complejos con estilos visuales revolucionarios, Elementos se siente como un ejercicio algo perezoso que cumple con una formula muy bien estudiada por sus creadores pero que termina cayendo en los mismos lugares comunes que ellos mismos establecieron. Repetimos, ésta no es una mala película. Solo que la clásica ‘magia Pixar’ comienza a sentirse cansada.

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