De recibir el 40 por ciento de descuento en Buffalo Wild Wings, un local de alitas en Hermosillo, Sonora, a tener 36 minutos de juego en las Finales de la NBA compartiendo duela con Stephen Curry. Así es la historia de Alfonzo McKinnie, jugador de los Warriors de Golden State, quien antes de vivir el sueño que cualquier basquetbolista quisiera, tuvo que probar suerte en este deporte lejos de los reflectores de ahora.
Si bien su historia no es muy conocida como la de las grandes estrellas de la NBA, sí es ejemplo de superación, ya que McKinnie demostró que las segundas oportunidades suelen ser mejores que las primeras.
Tras no ser elegido en el Draft de la NBA en 2015, Alfonzo tuvo que emigrar a Europa para jugar en la liga de Luxemburgo
En la primera temporada una lesión en el menisco lo marginó de su buen nivel; sin embargo, para la segunda campaña ‘explotó la dinamita’ y demostró que su nivel estaba para nuevos retos lejos de esas canchas.
En 2016 México y la CIBACOPA entran a escena en su vida, pues al recibir una oferta de los Rayos de Hermosillo aceptó de inmediato el contrato que le ofrecieron. A pesar de que el salario no era muy atractivo, había una prima para sus jugadores, recibir 40 por ciento de descuento en Buffalo Wild Wings.
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Aunque el bono era interesante y su participación en la cancha era considerable, su ambición por jugar en la NBA no paró y al saber de los tryouts que las franquicias realizan para sus equipos de desarrollo, probó y pagó la cuota de 175 dólares (3 mil 325 pesos) para estar presente en aquellas pruebas.
La apuesta de McKinnie le funcionó, pues la sucursal de los Chicago Bulls, Windy City Bulls, lo firmó como su nueva promesa, tras un año de actividad, los Raptors de Toronto le ofrecieron un contrato en 2018, pero después de 14 juegos en la temporada decidió emigrar nuevamente, donde la suerte le volvió a sonreír, ya que los Warriors lo contrataron para 2019.
Esta temporada con los de Golden State ha sido la más productiva para Alfonzo, ya que con 72 partidos y un promedio de 13.9 puntos por encuentro, ha sido un excelente ‘Plan B’ para Steve Kerr y las múltiples lesiones que merman al cuadro de la Bahía y que siguen padeciendo de cara al tercer juego de Las Finales.
