El día más grande

Oscar Pistorius no fué un niño normal. Y conste que no me refiero y jamás lo haría, a las pròtesis que debe utilizar desde muy pequeño para sustituir las piernas en la zona de las rodillas para abajo, no, eso no lo hace ni más ni menos. La “anormalidad” de Oscar se da en su espíritu combativo, en jamás rendirse, en buscar los retos incluso cuando en apariencia no existían. En la escuela se imponía a todos aquellos que le pretendían marginarlo de lo que aquí conocemos como “cascaritas”, y aunque muchas ocasiones salía mas lastimado que sus compañeros, al día siguiente regresaba por más.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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20
mil euros es el valor del par de prótesis de fibra de carbono del atleta olímpico.
El calvario para Oscar comienza cuando decide retar a los atletas convencionales y saltar de los Paralímpicos a los Olímpicos.

Oscar Pistorius no fué un niño normal. Y conste que no me refiero y jamás lo haría, a las pròtesis que debe utilizar desde muy pequeño para sustituir las piernas en la zona de las rodillas para abajo, no, eso no lo hace ni más ni menos. La “anormalidad” de Oscar se da en su espíritu combativo, en jamás rendirse, en buscar los retos incluso cuando en apariencia no existían. En la escuela se imponía a todos aquellos que le pretendían marginarlo de lo que aquí conocemos como “cascaritas”, y aunque muchas ocasiones salía mas lastimado que sus compañeros, al día siguiente regresaba por más.

Tremenda decisión…

La que debieron tomar sus padres junto con sus médicos en Pretoria, Sudáfrica, al amputarle ambas piernas antes de que aprendiera a caminar. Así aconsejaron los médicos ante el hecho de haber nacido sin el peroné de las dos piernas. El trauma, dijeron los médicos, sería menor y  aprendería a caminar de forma natural con sus prótesis. Muy pronto este pequeño niño rubio criado en la Sudáfrica de las minorías blancas en el Post-apartheid, aprendió no solo a caminar sino a correr y su vocación por el deporte y la recreación fue siempre mayor a las limitaciones en sus piernas. Muy pronto, con pantalón largo nadie notaría las prótesis, solo que para el travieso Oscar no había mas que los shorts, correr, saltar, jugar y sentir ese espirítu libre con el que Dios lo bendijo.

Dicen que hace trampa…

Como todo joven Sudafricano, el Rugby ha sido su pasión, y en sus años de secundaria alcanzó a formar parte del equipo representativo de la escuela; luego se metería al ring a boxear y luchar, al waterpolo, hasta que al final la pista de atletismo lo atrapó. Su ambición natural le impulsó a buscar el alto rendimiento, nivel que alcanzó con facilidad hasta que las envidias, los reglamentos, las limitaciones burocráticas lo envíaron al deporte Paralímpico. En él destaca al más alto nivel con récords mundiales en 100, 200 y 400 metros planos en su nicho para atletas con doble amputación. Para correr utiliza desde hace años unas prótesis de fibra de carbono en forma de “S” estilizada lo que permite, y esto es lo que se le cuestionó hasta el cansancio, cierto resorteo que en apariencia le da ventaja sobre un atleta no solo paralímpico sino convencional .

Un calvario para oscar…

El calvario para Oscar comienza cuando decide retar a los atletas convencionales y saltar de los Paralímpicos a los Olímpicos, para medirse sin ventajas ni limitaciones con cualquiera que pueda pararse en una pista. Algunos de sus compañeros dejan de serlo, el caso se lleva a tribunales, la IAAF (organismo rector del Atletismo mundial) somete a Pistorius a exámenes exhaustivos y el dictamen es que sus prótesis le dan ventaja, por lo tanto se le prohíbe participar en Beijing 2008. Caso cerrado para muchos, pero no para Oscar, que apela a instancias mayores, tiempo, esfuerzo, humillaciones, gastos enormes, frustración, apoyo de algunos, puñaladas de otros; en fin, cuando todo parecía perdido viene la sentencia del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) y ahí el veredicto es favorable para Oscar, de tal manera que se obliga a su Comité Olímpico a admitirlo en las pruebas selectivas. Desafortunadamente los tiempos no le alcanzan y no califica para Beijing, circunstancia que hubiera desanimado a muchos pero no a Oscar, que al día siguiente inicia un nuevo camino de cuatro años de perseverancia, dedicación, disciplina, sacrificio y mucha ilusión con la mira puesta en LONDRES 2012.

Es el día mas grande de mi vida…

Exclamó ayer entre lágrimas este atleta sudafricano al calificar a la prueba de relevos 4 x 400 para Londres 2012, convirtiéndose así en el primer atleta con doble amputación que participa en unos Juegos Olímpicos. Y conste, ahora nadie va por invitación a la máxima justa deportiva, todos tienen que calificar.

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