Anny Hernández, guerrera de la igualdad
Anny Hernández se involucró en el mundo del Ninjutsu y el Sambo, dos artes marciales de alto poder en el que la presencia femenina estaba aislada, hasta que ella logró abrirse camino a pesar de los obstáculos
Ricardo ResendiComo una ninja, Anny Hernández encontró desde temprana edad en la disciplina del Ninjutsu, arte marcial de espionaje y guerrilla, las herramientas para prevalecer en cuerpo y mente ante todos los obstáculos que se le presentaron a lo largo de su carrera como deportista profesional.
“Yo originalmente empecé a entrenar el ninjutsu, el cual es un arte marcial que practican los ninjas para superar cualquier reto. De ahí lo fui complementando con otras artes marciales y ahorita estoy entrenando únicamente las disciplinas del ninjutsu y sambo”, dice Anny Hernández, campeona nacional de Sambo Combat, para Reporte índigo.
Más allá de las técnicas y tácticas de combate, fue en el horizonte del coliseo en donde la gladiadora mexicana halló al rival más difícil de vencer.
Pese a haber ingresado al Sambo Combat por mera curiosidad, la disciplina surgida a principios del siglo XX en la Unión Soviética representó la batalla más importante de su carrera: la falta de equidad.
“Yo llegué al sambo por curiosidad, y yo también quería ser parte de eso, por lo que decidí entrar y pues de ahí ya no me salí. No solamente he encontrado obstáculos en esta disciplina, sino a lo largo de mi carrera. El problema es que las mujeres no entraban en esta disciplina (Sambo)”, menciona.
Me llamó la atención ver que la gente se golpeaba, pero aún así se felicitaban y se daban reconocimiento por golpes y las patadas que le hacían a su contrincante
Después de varios años de trayectoria profesional, Anny Hernández logró la gloria en el Sambo Combat, ostentando en su palmarés el campeonato nacional; sin embargo, la luchadora mexicana tuvo que superar un obstáculo que trascendía los límites de cualquier arena de combate.
Ante la misoginia, machismo y problemas de equidad que se viven cada día en todo el mundo, la actual monarca de la Ciudad de México en Sambo Combat reconoce que las mujeres no tenían un lugar en esta disciplina, y que a partir de su incursión se ha logrado avanzar en términos de igualdad.
“La gente regularmente te ve y dice: ‘es mujer y tú qué vas a saber’, pero supongo que lo bonito es cuando logras mostrarles que están equivocados y ves su cara de impresión de que aún siendo mujer tú puedes hacer lo que un hombre puede y más”, menciona.
Para la experta en artes marciales mixtas, al cargar con el estigma de ser el sexo débil, las mujeres han tenido que demostrar que son tan o más capaces que cualquier hombre, por lo que entregan siempre su máximo esfuerzo en cada combate.
“Tenemos más energía porque necesitamos demostrar y esforzarnos el doble para que la gente realmente nos tome en cuenta y diga: ‘sí cuentan’. Entonces sacamos el 110 por ciento todo el tiempo para poder ir más allá de lo que la gente piensa”, indica.
Los frutos del esfuerzo de Anny Hernández
Como parte de la evolución y desarrollo de esta disciplina a nivel mundial, Ciudad de México albergó el pasado sábado 13 de julio uno de los eventos de Sambo más relevantes de los últimos años, pues con el apoyo de la Federación Nacional se ofreció dentro de la cartelera estelar un campeonato mundial femenil: la batalla entre Anny Hernández y la peleadora rusa Evgenia Labutina.
La peleadora mexicana reconoce que ha habido progreso en términos de equidad, pues se trata del primer campeonato mundial femenil, que forma parte de una cartelera estelar dentro de la disciplina del Sambo Combat, por lo que se siente orgullosa de lo que ha logrado hasta el momento.
El sambo tiene tres estilos: el deportivo; que es pura lucha; el militar, que es policiaco, con armas, acrobacia y defensa personal; y la parte de combate, que es con golpes, patadas y ya es pelea completa
“Fue la primera vez y la audiencia presenció lo que es la rama femenil en sambo combat. El que la pelea estelar sea de mujeres es todo un orgullo. En México sí representa un progreso, porque es ver para creer”, sentencia.
