Los centros y cadenas de alquiler de películas están próximos a formar parte de los museos y/o la extinción.
En la actualidad las películas y series se ven en Netflix, se compran en iTunes y una que otra se disfruta con unas buenas palomitas, en la butaca de tu cine favorito.
Eso si se trata del cine comercial, pues pese a giras nacionales e internacionales de propuestas de arte e independientes, el contenido no comercial rara vez permanece en cartelera y su difusión en línea está en la mira de la piratería.
María Alesandra Pámanes