¿Y qué sigue?

Todo indica que John Kelly, secretario de Seguridad Nacional,  tiene una muy precisa opinión sobre el proceso electoral que se avecina para México. Y es que con eso de que él puede decir en comparecencia pública lo que le conviene y no a nuestro país -aseguró que no conviene un mandatario de izquierda- es hora de que alguien en México grite: ¡Foul! Pero será muy difícil que desde acá haya un funcionario o legislador que se atreva a decir que los asuntos mexicanos se resuelven en México. Lo peor será ver qué es lo que sigue con este gobierno de Trump y su gabinete que insiste en no respetar.

El acuerdo

No hay fiscal. No hay acuerdo. Los partidos no están de acuerdo y el país no tiene un titular de la Fiscalía Anticorrupción cuando ya arrancó -con evento en el Senado- el Sistema Nacional Anticorrupción. Así funciona el Congreso: atora nombramientos de consejeros electorales, atora los proyectos importantes, incluso el Presupuesto. Pero no existe cómo sancionarlos, cómo castigarlos, ¿por qué?

Coraje peligroso

Si alguien tiene cerca a Alejandra Barrales, por favor no le haga guacamole ni hoy ni toda la semana que entra, porque el aguacate no es bueno para los corajes. Resulta que más rápido que ya, la senadora reclamó la secretaría que el PRD tenía en la Comisión de Administración y se la adjudicó –sí, adivinó- ella misma. Esa comisión administra “los recursos públicos del Senado” –dice su descripción–. Barrales sacó de ahí a Luz María Beristain, del grupo de rebeldes que apoyó a AMLO y que son de la bancada del PT, que con 9 adhesiones ya es la tercera fuerza. ¿Pero qué cree? Esta comisión tiene una presidencia y dos secretarías divididas entre las bancadas más grandes… Y como el PRD ya quedó en cuarto lugar, no falta mucho para que a Barrales le informen que ya no es secretaria de los dineros. ¡Qué coraje va a hacer!