De nuevo la violencia y la confusión se extendieron sobre la capital del Estado.

Este lunes, una persecución y balacera que inició en el sur de Monterrey se prolongó por la avenida Lázaro Cárdenas hasta el sector Valle Oriente, en San Pedro.

Trascendió que el vehículo que protagonizó la persecución en Lázaro Cárdenas era conducido por uno de los escoltas asignados por el gobierno federal a la seguridad del hijo de Jorge Tello Peón.

Hay un ingrediente extra para el coctel explosivo del crimen organizado en esta ciudad.

Porque además de la guerra abierta entre el Cártel del Golfo y Los Zetas. También de la presencia de Los Beltrán Leyva y del Cártel de Sinaloa, ahora la división de “los de la letra” es una amenaza para la capital regia.

Fuentes extraoficiales indican que Monterrey es concebida como una plaza de Miguel Ángel Treviño Morales alias “Z-40”, quien presuntamente se mueve entre esta ciudad, Nuevo Laredo Tamaulipas y Piedras Negras Coahuila, principalmente.

En un reto sin precedentes en la guerra contra la delincuencia organizada, grupos de sicarios se movilizaron para asesinar a 24 personas en 24 horas y dejar algunos narcomensajes amenazantes.

En ataques aparentemente coordinados, sicarios iniciaron su cadena de asesinatos a las 7:30 horas del martes y detuvieron su jornada de ejecuciones a la misma hora del miércoles.

Además de ese operativo de 24 ejecuciones en 24 horas, ya entre el medio día y la tarde del miércoles, hubo otros  cinco asesinatos.

La fragmentación de células de Los Zetas en distintos estados puede significar un debilitamiento de la organización frente a sus enemigos, pero también puede incrementar la violencia contra la sociedad civil.

Es como el “efecto cucaracha” y ahora las células huérfanas de esa agrupación corren por todos lados y buscan sobrevivir con secuestros, asaltos y extorsiones planeados por su cuenta.

Y Nuevo León está repleto de Zetas, algunos todavía con una cadena de mando, otros definitivamente trabajando por decisión propia.

En los últimos días los atentados armados de las organizaciones criminales han ido en aumento.

De la misma manera que se acercan los relevos de mandos policiales en los municipios del área metropolitana de Monterrey.

Y según los peritajes, la muerte de nueve hombres en el table dance Matehuala, la noche del lunes, fue producto de un atentado en el que los sicarios empezaron a disparar sin un objetivo específico.

Es decir, habrían buscado sembrar el terror y enviar un mensaje a sus enemigos.