La denuncia que involucra al Juez de Distrito Luis Armando Jerezano, ya suspendido por amparar al casino Royale, es el hilito para seguir la huella a las relaciones peligrosas dentro del ambiente del juego.
Porque si bien es cierto que es un giro con grandes lagunas legales y con hoyos negros respecto a su vigilancia por parte de la Secretaría de Gobernación, también es verdad que es un negocio sumergido en un mar repleto de tiburones.
Unos contra otros.