Tuvieron que pasar 15 años para que los legisladores se dieran cuenta que los principios básicos que llevaron a la privatización de los ferrocarriles -que costó mil 400 millones de dólares- no funcionaron.
Desde entonces, era un secreto a voces que el expresidente Ernesto Zedillo permitió una triangulación para que las concesiones quedaran en manos de Kansas City Southern (KCSM) y su actual patrón, Union Pacific.
Georgina Howard