
Las personas que dejan sus lugares de origen en edad para trabajar aumentan y provocan que los países se queden sin la parte más productiva de sus posibles empleados, pero este fenómeno no siempre se traduce en pérdidas económicas
Las personas que dejan sus lugares de origen en edad para trabajar aumentan y provocan que los países se queden sin la parte más productiva de sus posibles empleados, pero este fenómeno no siempre se traduce en pérdidas económicas