Con el fallo del TAS en su contra, Alan Pulido sumó otra falla en su corta carrera. Mal aconsejado o no, el delantero tamaulipeco decidió tomar las riendas de su futuro futbolístico para emprender la aventura en Europa. Desde 2014 ha buscado labrar un buen camino, mismo que cada día tiene errores cruciales.

Su juventud ha sido un factor determinante en esta novela con Tigres, se ha convencido de ser un soñador sin tomar en cuenta que en los últimos dos años ha perdido más de lo que presume haber ganado.

La rebeldía de cumplir un sueño está por terminar. Los tuits, los mensajes en Instagram y otras formas de comunicación donde aclaraba su postura del tema no fueron nada. 

Alan Pulido se puso con Sansón a las patadas y parece que para él ya todo está perdido.

La solicitud presentada por el jugador mexicano en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por sus siglas en inglés) fue rechazada, por lo cual el delantero deberá dejar inmediatamente al Levadiakos de Grecia, y volver a Tigres para que cumpla el resto de su contrato.

En pocas horas, la información fue surgiendo hacia un lado y hacia el otro. Mientras el delantero Alan Pulido daba el anuncio de su fichaje en el futbol de Grecia, la directiva de Tigres y el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) tumbaba la noticia con la negativa de un arreglo.

Desde temprano, el juvenil delantero expresó en Twitter que su nuevo equipo era el Levadiakos y que estaba contento de que después de ocho meses de que Tigres le quitó oportunidades, por fin estaría volviendo a jugar futbol.

El caso de Alan Pulido es parte de la agenda diaria en el equipo de Tigres. Cuando no es Ricardo Ferretti, es la directiva quien tiene que dar razón de los avances de la disputa legal con el jugador, situación que ha llegado a extremos inexplicables por la falta de una resolución.

La desesperación ha tocado a la puerta en el club felino, tanto que el Ingeniero Alejandro Rodríguez, presidente del club auriazul, ha hecho un llamado al delantero a presentarse a dialogar, comprendiendo que en la instituciones no comen jugadores.