Una encuesta, decía el sociólogo Pierre Bourdieu, no es más que un instrumento de acción política cuya función es imponer la ilusión de que existe una opinión pública.
Un año antes de que se celebre la elección de 2015 en Nuevo León, ha iniciado el juego de las encuestas y la tentación de construir una opinión pública que quizás no sea tan real.
La danza de los sondeos preelectorales obliga a los regiomontanos a realizar una lectura inteligente y tener la habilidad de ver más allá de los números y porcentajes que se publican en los medios de comunicación.
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