Con este diagnóstico de las amenazas que se ciernen sobre Guadalajara, se establecieron finalmente los “desafíos” que prioriza la Estrategia de Resilencia. Foto: Especial

Tapatíos diagnostican sus mayores amenazas para ser resilientes

El gobierno jalisciense desarrolla tácticas para que los habitantes de Guadalajara y su área metropolitana afronten amenazas como episodios de violencia hasta males estructurales como la marginación social y la contaminación ambiental

La “Estrategia de Resiliencia Metropolitana del Área Metropolitana de Guadalajara”, presentada por las autoridades de Jalisco, requirió que se definieran con precisión las principales amenazas que enfrenta la ciudad, desde los hechos de violencia perpetrados por el crimen organizado, hasta problemáticas estructurales como la pobreza.

Una estrategia de resiliencia urbana debe servir para que la ciudad tenga medidas que le permitan “prepararse, adaptarse y recuperarse de manera efectiva ante una amplia gama de desafíos y amenazas definidas como impactos y tensiones“, de acuerdo con el documento.

Los “impactos” aparecen conceptualizados en la Estrategia como aquellos “eventos disruptivos que ocurren en un momento determinado, como inundaciones, olas de calor, fallas de infraestructura y brotes de enfermedades, entre otros”, mientras que las “tensiones” harán referencia a las problemáticas persistentes de la metrópoli, según esta definición:

“Factores que de manera paulatina generan presión y debilitan la capacidad de respuesta de las ciudades de forma cíclica, como la falta de vivienda, fallas en el sistema de transporte, violencia y desigualdad, entre otros”.

De esta manera, se determinó que la metrópoli de Guadalajara debe estar preparada para sobreponerse ante el embate de 157 “impactos”, entre los cuales se colocó en el primer sitio a los actos violentos.

Sin embargo, también se destacan los siguientes: calor extremo, conflictos sociales, inseguridad vial, crisis por contaminación ambiental, crisis por deforestación, crisis por violencia de género, desabasto de agua, fallas en infraestructura, fenómenos hidrometeorológicos, incendios, inundaciones, pandemias, sequías y terremotos.

En el caso de las “tensiones” se determinaron 198. Entre estas, se consideran la calidad del aire, el cambio climático, la cohesión social, el crecimiento urbano desordenado, el descontento social, la desigualdad, la gestión de la movilidad, la gestión de la salud, la gestión de residuos, la gestión del agua, la gestión territorial, la gobernanza, la inseguridad, la pobreza y la violencia.

Con este diagnóstico de las amenazas que se ciernen sobre Guadalajara, se establecieron finalmente los “desafíos” que priorizan los ejes, objetivos y metas de la Estrategia de Resiliencia; estos cuatro principales “desafíos” metropolitanos son: “complejidad del territorio metropolitano”; “gestión integral de la movilidad”; “gestión de los servicios públicos” y “gestión hídrica”.

Guadalajara se propone ser “resiliente”

Este 24 de noviembre de 2023 en que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, abordó las características de esta “Estrategia de Resiliencia Metropolitana del Área Metropolitana de Guadalajara”, expresó:

“Este instrumento representa el final de un proceso largo que hemos seguido en Guadalajara y en Jalisco para lograr dos cosas centrales: la primera es establecer la escala metropolitana, reconociendo el efecto metropolitano que en el 2006 no existía este modelo ni en las leyes ni el diseño institucional; una segunda era cómo lograr que nuestra ciudad entrara de lleno al debate internacional sobre el tema del cambio climático, tema en el que ya tenemos resultados”.