¿Qué tanto influyó el pato pekinés de Lozoya para que fuera encarcelado en el Reclusorio Norte?

¿Qué tanto influyó el pato pekinés de Lozoya para que fuera encarcelado en el Reclusorio Norte?

Lozoya Austin pasará una temporada en prisión menos de un mes después de haber sido exhibido cenando pato pekinés en un restaurante de lujo

El pasado sábado 9 de octubre, la periodista Lourdes Mendoza difundió una serie de fotografías de Emilio Lozoya Austin cenando pato pekinés en el lujoso restaurante Hunan de la Las Lomas de Chapultepec; hoy, menos de un mes después, el ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha sido encarcelado en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.

Las fotografías tomadas y publicadas por la columnista, con quien el exfuncionario enfrenta una demanda civil, despertaron la indignación de varios sectores de la sociedad; pues el político que ha aceptado haber recibido sobornos millonarios de la constructora brasileña Odebrecht podía darse el lujo de comer en un lugar que millones de mexicanos jamás podrían pagar.

Y es que como lo mencionó el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), esa acción de Lozoya Austin no es ilegal, pero falta a la moral. “Es una imprudencia, para decir lo menos, un acto de provocación, porque este señor fue director de Pemex y está como testigo protegido”, dijo el mandatario en un cambio de discurso al que había expresado sobre el polémico personaje del sexenio de Enrique Peña Nieto.

Días después, el mandatario subió la presión para la Fiscalía General de la República (FGR), y aunque respaldó su confianza en Alejandro Gertz Manero, aceptó que la dependencia se estaba “tardando” en resolver el caso de Lozoya Austin, quien enfrenta dos procesos por corrupción con Odebrecht y Agronitrogenados.

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“Esto de la foto del señor Lozoya se difundió en todos lados diciendo: ‘No hay justicia’, también desacreditando a Lozoya. Yo no lo estoy defendiendo, ni lo considero una blanca paloma, nada más estoy narrando los hechos, de cómo los que se sienten afectados le dieron vuelo a la foto para restarle credibilidad. Esto tiene que ver no con lo jurídico, sino con lo político, pero la fiscalía lo que tiene que hacer es investigar y no solapar nada, sea quien sea, no debe de haber impunidad”, dijo AMLO el 21 de octubre.

Sin embargo, varios analistas y políticos han coincidido en que la indignación por ver a Lozoya cenando aquel pato pekinés podría ser la gota que derramó la paciencia de AMLO y la FGR; por el cinismo y la desfachatez con que el ex director de Pemex actuó durante las últimas semanas.

Fue hasta este miércoles 3 de noviembre que la FGR solicitó la prisión preventiva oficiosa contra Lozoya Austin, pero podría haberlo hecho desde que el sujeto fue extraditado de España en julio de 2020. Los elementos ahí estaban: se había fugado de México, negó facilitar la extradición y tenía cuentas en el extranjero, además de múltiples domicilios.

En la audiencia inicial del año pasado, el propio juez Artemio Zúñiga Mendoza se extrañó que la FGR no solicitara la prisión preventiva contra el exfuncionario, pues existían los elementos suficientes para argumentar riesgo de fuga. “Y yo no puedo poner una medida más grave que la que me piden los fiscales”, dijo el juzgador en aquella ocasión.

Hoy, tras todo el escándalo que generaron las fotos de Lozoya y el famoso pato a la Pekín, así como los dichos de AMLO, finalmente la FGR solicitó al juez de control Artemio Zúñiga Mendoza que Lozoya sea encarcelado por presentar un considerable riesgo de fuga estando en libertad.

Como era de esperarse por todos los antecedentes del exfuncionario, el juez concedió la medida cautelar para que Lozoya sea internado en el Reclusorio Norte al menos, hasta que concluya el proceso judicial en su contra; donde deberá responder por los sobornos que le otorgó Odebrecht a cambio de contratos preferenciales en el sexenio anterior.

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De acuerdo con Miguel Ontiveros, abogado del ahora detenido, el tema del restaurante Hunan salió durante la audiencia de este miércoles, pero el juez Zúñiga Mendoza señaló que eso era irrelevante para la discusión, pues Lozoya no había violado ninguna ley; ya que tenía libre movilidad para desplazarse con un brazalete electrónico en el tobillo por la Ciudad de México.

“El juez señaló que no hay ninguna restricción para el libre desarrollo de la personalidad del señor Lozoya Austin, (dijo) ‘puede desayunar, comer y cenar donde quiera, eso no lo voy a tomar en cuenta’ y no lo consideró”, declaró el litigante defensor al concluir la audiencia en el Reclusorio Norte.

Sin embargo, queda la pregunta de qué tanto influyó la imagen de Lozoya cenando pato pekinés en ese exclusivo lugar. ¿Habrá sido una mera coincidencia o será cierto ese lugar común que señala que “una imagen vale más que mil palabras”?

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