¿Por qué ellos y no yo?
Al reunirse con 2 mil 200 internos de la cárcel estatal número 3 en Ciudad Juárez, Chihuahua, el Papa Francisco fustigó el sistema penitenciario de México y reclamó a la sociedad el creer que todo se resuelve apartando, encarcelando y sacando los problemas de encima.
“Nos hemos olvidado de concentrarnos en lo que debe ser nuestra verdadera preocupación: las vidas de las personas, las de sus familias, las de los que también han sufrido a causa del círculo de violencia”, dijo.
J. Jesús Lemus279,000
"Celebrar el Jubileo de la Misericordia con ustedes es invitarlos a levantar la cabeza y a trabajar para ganar ese espacio de libertad anhelado”
"Las cárceles son un síntoma de cómo estamos en la sociedad, son un síntoma de silencios, de sumisiones, que han provocado una cultura del descarte”
"Celebrar con los presos es recordar el camino urgente que debemos tomar, para romper el círculo con la violencia y la delincuencia”
"Ayuden a terminar con el ciclo de la violencia y la exclusión. El que más experimenta el infierno puede ser un profeta de la sociedad”
Al reunirse con 2 mil 200 internos de la cárcel estatal número 3 en Ciudad Juárez, Chihuahua, el Papa Francisco fustigó el sistema penitenciario de México y reclamó a la sociedad el creer que todo se resuelve apartando, encarcelando y sacando los problemas de encima.
“Nos hemos olvidado de concentrarnos en lo que debe ser nuestra verdadera preocupación: las vidas de las personas, las de sus familias, las de los que también han sufrido a causa del círculo de violencia”, dijo.
Antes de concluir su visita a México, Francisco criticó el caduco sistema penitenciario del país en el que prevalecen vicios como el autogobierno, la tortura, la violencia, la corrupción y el narcotráfico, los que han sido reconocidos como yerros por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En México funcionan 416 cárceles, 17 de ellas son de jurisdicción federal, en las que el trato a los internos es violento y prevalece la tortura. La incomunicación es constante, y los más de 279 mil internos no tienen acceso a condiciones humanas de vida.
Ninguna institución carcelaria en el país ofrece servicios de salud o alimentación dignos. Las cárceles federales se han distinguido, de entre todas las prisiones de México, por dar el trato más cruel y tortuoso hacia los internos. Así lo revelan las más de 3 mil quejas que ante la CNDH y los cerca de 5 mil amparos judiciales que han presentado familiares de internos federales y los propios reos estatales, en los últimos 5 años.
Otro indicador de las condiciones deplorables que se viven en las cárceles de México, lo revela la cifra de muertos. Solo en los últimos seis años, de acuerdo al Observatorio Nacional Ciudadano, se han registrado 445 homicidios. A esa cifra se debe sumar la estadística acumulada de 127 homicidios en 5 años en todo el país.
La principal causa atribuida al índice de homicidios apunta hacia los grupos de autogobierno y presencia del narcotráfico al interior de las cárceles, en tanto que los suicidios apuntan hacia la incomunicación y la tortura que de dispensa discrecional como parte de la política oficial penitenciaria.
En México, de acuerdo a las propias estadísticas de oficiales, se registra cada año el doble de muertes al interior de las cárceles, frente al sistema penitenciario de Estados Unidos, en donde se mantiene vigente la pena de muerte contra reos de altísima peligrosidad.
“Las cárceles son un síntoma de cómo estamos en la sociedad, son un síntoma de silencios, de sumisiones que han provocado una cultura del descarte. Son síntomas de una cultura que ha dejado de apostar por la vida y de una sociedad que poco a poco ha ido abandonado a sus hijos”, señaló el Papa.
Solidario con los presos
Durante lo que llamó La Celebración del Jubileo de la Misericordia, el Sumo Pontífice se dijo solidario con todos los presos y llamó a los encargados de las prisiones a ser humanitarios con los internos.
“Siéntanse encarcelados con ellos”, le pidió. “Cada vez que entro a una prisión siempre me pregunto ¿por qué ellos y no yo?”.
Él mismo se respondió: “Es un misterio de la misericordia divina, y hoy la celebramos mirando hacia adelante en la esperanza”.
Francisco se dijo también prisionero.
“Un recuerdo de Jesús ‘el que esté sin pecado que tire la primera piedra’. Al decirles estas cosas no lo hago como quien da cátedra, con el dedo en alto, lo hago desde la experiencia de mis propias heridas, de errores y pecados que el Señor quiso perdonar y reeducar. Lo hago desde la conciencia de que sin su gracia y mi vigilancia podría volver a repetirlos”.
Fragilidad que salva
En su último día en México, el Papa Francisco visitó Ciudad Juárez, en donde dijo que la migración forzada se ha convertido en una tragedia humana.
En uno de los discursos más emotivos que hizo durante su visita a México, el Papa Francisco agradeció todo el bien que los reos hacen en la prisión. Regaló un cristo de cristal para la capilla del penal, y habló a los funcionarios carcelarios.
“Hay maneras de hacer el bien que no se ve. Ustedes se van a encontrar con mucha fragilidad, por eso quise traer esta imagen de lo más frágil: de cristal. El cristo en la cruz. Es la fragilidad más grande de la humanidad, sin embargo, con esa fragilidad nos salva, nos ayuda, nos hace andar adelante, nos abre la puerta de la esperanza.
Llamó a todos, presos y encargados de las prisiones, a tener misericordia.
“La misericordia nos recuerda que la reinserción no comienza aquí, en estas paredes; comienza en la calles de la sociedad. La rehabilitación comienza creando un sistema que podríamos llamarle de salud social. Es decir, una sociedad que busque no enfermar contaminando las relaciones en el barrio, en las escuelas, en las plaza, en las calles, en los hogares, en todo el espectro social”, dijo Francisco.
Por eso pidió revalorar el concepto de reinserción social.
“A veces pareciera que la cárceles se proponen incapacitar a las personas, los llevan a seguir cometiendo delitos más que a promover la reinserción. Por eso pidió acciones oficiales que permitan atender los problemas sociales y psicológicos que llevaron a una persona a delinquir.
“El problema de la inseguridad no se agota encarcelando, sino que se debe atender las causas estructurales y culturales de la inseguridad. La preocupación de Jesucristo para los hambrientos, los sin techo, y presos, era para expresar la entrañas de la misericordia que se vuelve un imperativo moral para toda sociedad, que desea tener las condiciones necesarias para una mejor con vivencia”.
Prisión a modo
La cárcel en la que el Papa Francisco celebró la misericordia de Dios en Ciudad Juárez es una prisión de mediana seguridad. Cuenta con 3 mil hombres y 200 mujeres, en su mayoría procesados por delitos menores. Los presos de alta peligrosidad fueron trasladados hacia cárceles federales más severas, desde que se supo de la visita oficial.
La totalidad de los internos que permanecen dentro de esa prisión se encuentran acusados de robo, extorsión, lesiones, homicidio imprudencial y daño en las cosas, casi todos con posibilidad de abandonar la prisión a cambio del pago de una multa. Pocos son los reos –menos del 10 por ciento- que tienen sentencias por encima de los 11 años.
En diversos operativos recientes, ordenados por el Gobierno estatal de Chihuahua, se logró la reubicación de los 300 reos más peligrosos de ese penal, los que fueron enviados a las cárceles federales de El Altiplano, Puente Grande y Tepic.
Fuera de peligro
Entre los reos que fueron sacados de la cárcel estatal número 3 de Chihuahua se encuentran:
> Mónico Aguirre Carrión
Secuestrador con prisión vitalicia
> Jaime Guadalupe Chavira Ávila
‘El Cuaco’
Secuestrador sentenciado a 42 años de cárcel
> José Arrollo Chavarría
Sicario de Villas de Salvárcar, condenado a 240 años de cárcel
> José Luis Camacho
‘El Stich’
Secuestrador con 120 años de prisión
> Rodolfo Sierra Archuleta
Homicida con sentencia confirmada de 37 años de reclusión