En 2018 el entonces senador Samuel García prometió que el Río Santa Catarina no se tocaría. Foto: Especial

Pocos árboles, mucho calor y contaminación

A pesar de que la vegetación mitiga el calor y la contaminación, las autoridades locales no apuestan por conservar los árboles y plantar nuevos, sino que han promovido su destrucción

En Nuevo León solo el 2.46 por ciento del territorio corresponde a áreas naturales protegidas; las metas de reforestación del gobierno se han cumplido solo en un 10 por ciento, mientras se continúa con los procesos de tala de árboles en los municipios, lo que aleja cada vez más a la entidad de la meta de ser un estado sustentable.

El gobierno de Samuel García prometió sembrar 200 mil árboles por año, durante su sexenio, y hasta junio de este año, solamente se han plantado 10 mil. Para cumplir con esta promesa, el gobierno estatal tendría que sembrar 548 árboles al día.

Félix Arratia, secretario de Medio Ambiente, anunció que la dependencia había plantado 10 mil 693 árboles en el área metropolitana por el programa “Bosques Ciudadanos”.

Marcha atrás

A solo unos días de haber comenzado el retiro de vegetación que se encuentra en la ribera del Río Santa Catarina, y ante la indignación ciudadana, el gobierno estatal paró los trabajos que se habían anunciado como una medida ante posibles inundaciones derivadas de la temporada de huracanes.

Pese a que en 2018 el entonces senador Samuel García prometió que el Río Santa Catarina no se tocaría, cuando se planteó el proyecto del corredor Constitución-Morones Prieto, cinco años después su gobierno retiró la flora y fauna del sitio.

“Por ningún motivo el río se va a tocar, es lo que menos queremos, pues uno de los principales objetivos es conservar la flora y la fauna que en ella habitan, así que despreocúpense, el río no se tocará”.

Si bien especialistas coinciden, en la necesidad de hacer una limpieza selectiva en la zona para evitar siniestros derivados de fenómenos meteorológicos intensos, los trabajos que se estaban realizando no eran los adecuados y adicionalmente estaban afectando los pocos pulmones de oxígeno de la ciudad.

De acuerdo con Cristina Martínez, miembro de Sociedad Sostenible A.C (SOSAC), las medidas aplicadas corresponden a una crisis que no se ha atendido y se busca confrontar rápidamente al no estar preparados para fenómenos naturales como El Niño.

“Ahorita, si hay un riesgo de inundación por el tema del fenómeno ‘El Niño’, hay altas temperaturas en el Océano Atlántico (…) sí puede pronosticar inundaciones en un huracán o en un periodo de altas lluvias”. Sin embargo, insiste en que el retiro total no es la solución y trae más afectaciones a largo plazo que beneficios.

Sin áreas verdes para afrontar el cambio climático

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), asegura que un árbol en etapa madura puede absorber 150 kilogramos de gases contaminantes al año, lo que puede ayudar a mitigar los cambios climáticos.

El estado preserva solo el 2.46 por ciento de la vida silvestre, correspondiente a las áreas naturales protegidas, equivalentes a 157 mil hectáreas, de hecho, el Río Santa Catarina es una de las 29 áreas naturales protegidas en el estado. Tiene una extensión de 677.36 hectáreas y tiene especies como peces, anfibios, reptiles y aves.

Estos animales forman parte de un ecosistema en una de las pocas áreas verdes naturales, además, el estado no cumple con los estándares internacionales de medio ambiente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que en las ciudades y zonas rurales debe de haber 3.5m² de áreas verdes por habitante en América Latina.

Adrián Lozano, de SOSAC, asegura que el plan de Bosques Ciudadanos cuenta con problemas en su planeación, pues lo relevante no son la cantidad de árboles en el estado, sino los efectos que se logran hasta que un ejemplar está en etapa madura.

“Que el Gobierno del estado hoy tenga como indicador de éxito de un programa ambiental, cuántos árboles plantó es una gran simulación. Lo que tienen que reportar es como bajó la temperatura, como se limpió el aire, como se recargó el acuífero. Necesitamos indicadores de valor que nos describan cómo se está restableciendo el ecosistema en la ciudad”.

Con información de SOSAC, tan solo en el Río Santa Catarina viven más de 800 especies nativas como tlacuaches, murciélagos, castores y aves como garzas, pinzón mexicano, zanate mayor, tórtolas, gorriones, cardenales y reptiles como la lagartija de panza azul.

En cuanto a flora, hay árboles como encino, algodoncillo, pino azteca, encino azul y plantas como lantanas y ruellia.

Lozano mencionó que aunque se realice la estrategia de quitar “parches” de la zona, se pierde la continuidad y el ecosistema. Pues esa es una solución a corto plazo, pues la vegetación en pocos meses volverá a brotar.

“Si van a seguir retirando vegetación es una solución en el corto plazo y es una solución parcial de cualquier manera frente a un evento meteorológico como el como el huracán Álex […] eso no va a funcionar en el mediano plazo o en el corto plazo, incluso va a volverse a llenar de vegetación exótica invasora y eso no nos conviene a nadie”.

Sobre las posibles acciones que el Estado debería de realizar, Lozano comenta que se necesita realizar un plan de respuesta ante riesgos hidrometeorológicos (como huracanes) en donde se involucre a elementos como Protección Civil estado-municipio, a las Secretarías de Medio Ambiente, Movilidad y Planeación Urbana, Igualdad e Inclusión y Participación Ciudadana, así como a los Alcaldes.

Además de consolidar un esquema de protección del Río Santa Catarina y el Consejo Nacional Agropecuario (CNA),

Poca política de reforestación

El Congreso del Estado ha realizado diversas reformas legislativas en materia ambiental, como las normas a  Ley ambiental del estado de Nuevo León, Cambio climático, Desarrollo forestal sustentable, entre otras, reformas que se postularon durante los últimos dos años.

Sin embargo, no contempla acciones contundentes para frenar la deforestación.

Respecto a las sanciones, en Nuevo León no se reponen los árboles afectados inmediatamente, en su lugar, se debe de pagar una multa. Solo en el caso de que el infractor sea un particular, se obliga a reponer los árboles dañados en el mismo lugar de la infracción.

De acuerdo con la Ley para la Conservación y Protección del Arbolado Urbano del Estado de Nuevo León, expresa que a las personas o empresas que deben de reponer las zonas dañadas con el equivalente de 100 a 500 con el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) por cada árbol afectado.

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