Peña Nieto en 4 grados

1. Todo un director de orquesta 
por Armando Estrop

Enrique Peña Nieto dirige. Detiene a los entrevistadores. Los mira fijamente y sonríe. En ocasiones se chupa las comisuras de los labios.

Pasa tragos amargos, pero parece cómodo. Está frente a un grupo de periodistas de Tercer Grado. Para algunos, un panel político muy influyente.

La expectativa es que por su supuesta relación con Televisa lo traten bien. Y para muchos la expectativa se cumple. Para otros, hicieron bien su trabajo.

Peña Nieto pide que recuerden las cosas buenas del PRI. Intentan hacerle preguntas pero levanta la voz

1. Todo un director de orquesta 
por Armando Estrop

Enrique Peña Nieto dirige. Detiene a los entrevistadores. Los mira fijamente y sonríe. En ocasiones se chupa las comisuras de los labios.

Pasa tragos amargos, pero parece cómodo. Está frente a un grupo de periodistas de Tercer Grado. Para algunos, un panel político muy influyente.

La expectativa es que por su supuesta relación con Televisa lo traten bien. Y para muchos la expectativa se cumple. Para otros, hicieron bien su trabajo.

Lo cierto es que a él no lo interrumpen. Él sí los interrumpe a ellos. A Carlos Loret de Mola incluso lo para con la palma de la mano. Agazapado, el periodista guarda su parque hasta el final.

A Ciro Gómez Leyva lo apunta con el dedo.

El presidente de noticieros Televisa, Leopoldo Gómez, le da pie a una entrada en la que expone que las manifestaciones en su contra y que nacieron de su participación en la Universidad Iberoamericana, se deben a que es el puntero en las encuestas.

Hay manifestaciones en contra y otras de simpatía, asegura el candidato, pero el ser el líder en las preferencias motiva estas marchas.

Urge el fuego y llega con Denise Maerker, quien cuestiona su manifiesto de 10 puntos. Le asegura que nunca los exgobernadores del PRI como Ulises Ruiz, Mario Marín, Fidel Herrera o Tomás Yarrington gobernaron así, con esas premisas.

A la más clásica usanza priista, el candidato evade. Privilegia su discurso de la nueva era priista y engalana sus palabras con los nuevo cuadros del tricolor.

Recuerda al gobernador Javier Duarte, el que encarceló a dos usuarios de Twitter; al de Chihuahua, César Duarte, que se estrenó con la muerte de la activista Marisela Escobedo.

Se le escapa el nombre del Gobernador de Campeche.

Joaquín López Dóriga pregunta si ese es el nuevo PRI, porque en las listas de diputados y senadores aparecen los personajes de siempre.

Peña Nieto pide que recuerden las cosas buenas del PRI. Intentan hacerle preguntas pero levanta la voz y eso es señal de que va a seguir hablando.

El PRI se ha preparado. Aprendimos de nuestra derrota. Hay un cambio que no se ha dado en los otros partidos. Hay “entreveramiento” generacional.

Y lo dejan; no hay preguntas sobre la metamorfosis tricolor

Presume su manifiesto. 

López Dóriga le pregunta por sus correligionarios.

¿Carlos Salinas de Gortari? 

–No es mi padrino.

¿Humberto Moreira?

–Relación de respeto.

¿Elba Esther Gordillo?

–Mentira que haya acuerdo.

Loret de Mola intenta preguntarle más sobre la Maestra. Con un gesto, el candidato lo para en seco. Y sigue con López Dóriga.

¿Jorge Hank Rhon?

–Polémico.

¿Tomás Yarrington?

–Debe dar la cara.

Para todos los casos, el candidato pide lo mismo, que sean ellos, y no el partido, los que respondan por sus actos. 

La mayor parte del tiempo se ve con el rostro serio, tenso.

Sonríe un poco cuando Carlos Marín lo acusa de tener el síndrome de Moisés por presentar, igual que otros gobernantes, un decálogo, que además ya está en la Constitución. 

Su mano izquierda empuñada descansa rígida sobre el sillón.

¿Vas a ser libre para gobernar?, le pregunta Víctor Trujillo, tras decirle que lleva el lastre de quienes en su partido llamaron porros a los de la Ibero.

Todos sonríen nerviosamente. Es hora de un corte. La respuesta no llega, ni después del corte.

Andrés Manuel López Obrador siempre te llama producto chatarra, dice en su estilo pernicioso Ciro Gómez Leyva. Obvio el candidato lo aprovecha para dar fe de su supuesta tolerancia.

Pasan los minutos y el encuentro se desinfla. Las opiniones son variadas entre quienes lo ven. Para algunos está dando muestras de su capacidad, los otros sienten que se le trata con mucho cuidado.

Si los anfitriones se calman, él también se aplaca. Deja de dirigir.

Maerker lanza la primera bomba. En una gira en la que lo acompañó por Coahuila, se le dieron 40 minutos a dos periodistas que terminaron dándole el apoyo a su candidatura. A la fuente que lo sigue seis minutos.

Le recriminan que prefiere los halagos. Es el gen priista, coinciden los entrevistadores.

El candidato disiente. Nervioso se acomoda en el sillón y asegura que el matiz de la conductora no es real. Simplemente eran entrevistas ya concertadas.

Por fin sueltan a Loret de Mola. Estaba ansioso por preguntarle por Elba Esther, de quien él hizo un documental y hay que seguirlo promocionando. Pero primero va con Arturo Montiel, su antecesor en el Estado de México.

¿Montiel no se robó nada?

–No metería las manos al fuego por él.

Es la primera vez que responde tajantemente sobre su tío. 

¿Con Elba o sin Elba?, arremete el lector de noticias.

–La educación le corresponde al Gobierno y la líder sindical a los agremiados al SNTE.

Otra vez lo dejan. El candidato se reacomoda y lanza propuestas, las explica.

Trujillo le cuestiona si tan ufano, como cuando presumió ser el responsable del uso de la fuerza en el caso Atenco, gobernará el país.

El priista asegura que no fue fácil, que no había de otra, pero que aprendió. Así, en resumen, se refirió a un tema que ha sido discusión internacional y en donde se comprobaron abusos a los derechos humanos.

Cruzan preguntas. Del aborto dice que respeta la vida; sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo, se destapa tolerante y para la adopción de hijos de estas parejas asegura que ya lo decidió la Suprema Corte.

Acepta que es conservador. Incluso asiente con la cabeza a la pregunta. ¿Qué conserva? ¿Las prácticas? ¿Los modos? Nadie le pregunta.

Es conservador, pero una hora antes se llamaba a sí mismo de una nueva generación de priistas. No queda claro, es de unos o de los otros.

2. Enfrenta crítica y responde
por Martín Pérez Cerda

En medio de una alta expectativa, Enrique Peña Nieto se presentó en el programa Tercer Grado de Televisa la noche del miércoles. Contrario a lo que muchos esperaban (periodistas, tuiteros, panistas, perredistas, etc.), el priista fue cuestionado sobre temas que se aseguraba que no serían tocados porque habría un acuerdo con ejecutivos de la televisora. 

Sin embargo, estos tópicos estuvieron ahí, y el candidato tricolor respondió.

En medio de una marea de apuestas de que no tendría forma de justificar sus relaciones con Carlos Salinas, Elba Esther Gordillo, Arturo Montiel, Humberto Moreira, Jorge Hank Rohn o Tomás Yarrington, Peña Nieto se desligó de ellos, como era obvio.

Ante el grupo de periodistas del programa: Denise Maerker, Adela Micha, Carlos Loret de Mola, Carlos Marín, Joaquín López-Dóriga, Víctor Trujillo y Ciro Gómez Leyva, el aspirante presidencial respondió a todo, y aunque no siempre lo hizo bien, demostró que no rehuyó ni condicionó su participación.

Leopoldo Gómez, vicepresidente de Noticieros Televisa, tuvo una participación que apenas se notó en la coordinación de la sesión televisiva, ya que los participantes se quitaban la palabra unos a otros en su ansiedad por preguntarle al puntero en las encuestas.

No hubo patiños evidentes. Lo que sí se vio fue un apuro por no dejar escapar alguna pregunta incómoda que hiciera perder la compostura al candidato tricolor, pero esto no ocurrió.

Hay que recordar que la sesión de Tercer Grado con la candidata Josefina Vázquez Mota fue una reunión mucho más tersa con los mismos periodistas. El miércoles pasado se notó la necesidad de mostrarse críticos y sepultar la idea preconcebida de que iban a ser complacientes con el ex gobernador del Estado de México.

Hubo otros temas, como Atenco, la Ibero, las marchas del #YoSoy132, las telecomunicaciones y su imagen de artículo chatarra producto de la televisión. Todos los enfrentó y los capoteó.

Vale resaltar que en el tema de Atenco, Peña Nieto recordó que fue una acción coordinada con la Policía Federal de un gobierno panista. Así que, en todo caso, fue un operativo concertado entre dos niveles de gobierno y avalado por el presidente Felipe Calderón.

Quizá el momento más importante fue cuando el candidato del PRI fue cuestionado sobre Arturo Montiel y su enriquecimiento. Respondió deslindándose de su antecesor y asegurando que se hizo una investigación, la cual fue compartida con la PGR. Y si ésta no actuó, dijo Peña Nieto, fue porque, tal vez, tampoco tenía elementos.

Loret de Mola le disparó: “¿Usted cree que Montiel no se robó nada?”.

Peña Nieto respondió: “No meto las manos por él… es él quien tiene que responder”.

Tal vez sus respuestas no convencieron a muchos, pero ése es otro tema que habrán de evaluar para decidir su voto el próximo primero de julio.

Al final, el comentario más importante para Televisa pudo haber sido el compromiso que hizo Enrique Peña Nieto de que habrá competencia en la televisión si llega a la Presidencia de la República. Eso sí habrá que verlo para creerlo.

3. Los posmodernos con Twitter y TV
por Alejandro Fuentes

Ya es una costumbre para ellos. Ven la televisión de una forma distinta.

Y el miércoles 23 de mayo cuando sintonizaron Tercer Grado no fue la excepción.

Ese día se plantaron delante de la pantalla junto con sus herramientas imprescindibles: su laptop y su cuenta de Twitter.

Como siempre, no les bastó un control de televisión para cambiarle o subirle y bajarle al volumen. Ellos querían más.

No se conformaron con la unilateralidad que ofrece la tele. Querían comentar, burlarse, bulear, madrear, preguntar, cuestionar, apoyar, criticar, compartir. 

¿Quiénes son ellos? Son los televidentes posmodernos. Millenials. Los Renegados del sedentarismo televisivo. Los Inconformes del espectro.

Y en el programa de Televisa al que fue invitado el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, se hicieron sentir más que nunca.

Pero para vivir la experiencia de ser uno de ellos, en esta ocasión me les uní. Así lo vi yo también.

“¿Cómo estuvo?”, se preguntarán.

Puedo decir que la experiencia es como el 3D. No se trata de ver la pantalla de forma unidimensional y pasiva. Eso esta prohibido. Es como ver un Chivas-América o un Tigres-Rayados rodeado de amigos y quedarse callado. Hay que comentar las jugadas, mentarle la madre al árbitro.

Pero este encuentro fue más que un Clásico. Un partido Peña Nieto Vs. Televisa no se ve todos los días.

Y como sucede en el futbol, no todo mundo estuvo de un lado o del otro. Para unos, los anfitriones fueron un tapete para el Candidato. Para otros Peña Nieto fue un digno preview de presidente. Para otros más el ejercicio periodístico fue ejemplar.

No pondré aquí una crónica de lo que sucedió. “Qué hueva @pidukidu”, me diría cualquier twittero miembro de esta horda.

Es por eso que dejaré que sean algunos Tweets los que te platiquen la experiencia de ser un mexicano posmoderno que no solo ve televisión, sino que además discute con ella y le dice lo que siente.

1. Para muchos Josefina Vázquez Mota fue masacrada con preguntas incómodas cuando acudió a Tercer Grado. Despuésde #YoSoy132 muchos querían ver cómo trataban al candidato. 

@Laura_Rojas_: Quiero ver a los periodistas de #TercerGrado dar a #EPN por lo menos el mismo trato que le dieron a @JosefinaVM

2. Tengo que admitir que en mi TL no fueron mayoría, pero sí hubo quienes apoyaron al candidato priista. Muchos dicen que eran robots del PRI, sin embargo, sus simpatizantes también hicieron sentir su presencia.

@florchch: Hoy #YoVíAlPresidenteEn3erGrado pues no solo se reflejo su fortaleza sino que a todos nos quedo claro que es el mejor @EctivismoChih

3. Vinieron las preguntas incómodas y comenzó a observarse una tendencia. A cuestionamiento espinoso el candidato respondía “Yo respeto”. Rara vez tomaba partido. Los chistes no se dejaron esperar. 

@patyguemes: New drinking game! Shot cada vez que peña diga RESPETO #pedisisisisma.

4. Hasta los comerciales fueron objeto de burla, entre ellos los de los Condones “M Force”. 

@tapirofoto: Después de ver #TercerGrado comprendí que los condones M de fresa son transparentes, no los conozco pero los respeto.

5. El estigma del hábito de  la lectura acompañó al candidato 

@LeTuitero: Peña Nieto: ¿Podría decirme qué opina sobre los libros? -No me gustan ni los comparto, pero los respeto. #TercerGrado #EPNDialogaEn3erGrado

6. Algunos expresaron su conformidad con las preguntas que hicieron los periodistas. 

@PrixO: Carlos Marin, like a boss! #tercergrado

7. Otros, no parecieron creer mucho en la entrevista

@PistolaMendoza: Televisa puede hacer sudar a @EPN, pero jamás lo despeinará. #TercerGrado

8. De pronto se vio una figura detrás de uno de los periodistas. Al parecer fue uno de los camarógrafos que se coló en la toma. Algunos dieron su versión.

@felipe_cavazos: Atrás pasó como sombra Salinas de Gortari.

4. Peña Nieto en HD
por Juan Carlos Altamirano

Dada la expectativa que causó Enrique Peña Nieto en Tercer Grado, resulta pertinente realizar un análisis del tratamiento de producción que se le dio al candidato.

Tiro de cámara. El diseño de producción de la emisión de Televisa tiene como particularidad que su dirección de cámaras utiliza en la mayor parte del tiempo tomas en contrapicada. Este ángulo se logra bajando la base de la cámara más o menos a nivel de cintura del camarógrafo, levantando discretamente el lente. Lo anterior logra que el sujeto a cuadro se vea “más grande”.

La toma en contrapicada maximiza la estatura. Es por eso que es común reconocer a algún personaje de TV o cine en la calle y pensar: “Juraría que era más alto”. 

Ojo, cuando el tiro se exagera, suele terminar por arruinar una toma, porque devela fácilmente fosas nasales, papada y otro tipo de zonas estéticamente sensibles.

En Tercer Grado la dirección de cámaras es muy cuidada. A los personajes los toman en una contrapicada muy discreta, casi elegante, quizá se confunda con un medium shot o tiro medio, que es un ángulo más democrático pero que no genera el efecto de aumento de tamaño. 

Imagen personal. El candidato acudió a su cita pulcramente vestido. El color oscuro de su traje contrastó a la perfección con el brillo de su corbata color rojo granate, enmarcada en una camisa blanca. Su inconfundible copete lució impecable; por cierto, bajo la sien ya amanecen algunas canas –naturales o impuestas– que intentan expresar un aire de madurez y credibilidad.

La mayoría de los periodistas optaron también por colores oscuros, a excepción de Víctor Trujillo, que curiosamente fue de tonos claros.

Lenguaje. A Peña Nieto se le vio dueño de la situación, en ningún momento perdió la elocuencia de su discurso. A diferencia de Josefina Vázquez Mota, que cuando visitó el programa trataba de reponerse antes de responder, al ex gobernador del Estado de México, nunca se le vio sorprendido por las preguntas que le hacían. Pensando mal, parecería que ya las conocía.

El resto del grupo permaneció demasiado aburrido. Los otrora cuestionadores “feroces” no aparecieron; a excepción de Denise Maerker, las preguntas que la “alineación completa” de Tercer Grado realizó no rebasaron lo políticamente correcto.

De hecho, hubo un momento en el que el vice presidente de Noticieros Televisa, Leopoldo Gómez dijo: “Denise, estamos en tus manos”. Quizá fue a la titular de Punto de Partida a la que le dieron la “espada más larga”.

Fue hasta pasadas tres cuartas partes del programa que algunos conductores llamaron por su nombre a Enrique. Antes lo llamaron: candidato. A la panista le llamaron siempre Josefina.

Lenguaje corporal. Este es uno de los aspectos más importantes cuando de discernir la personalidad de alguien se trata. 

En el caso del abanderado tricolor, su lenguaje corporal es, a pesar de que asegura representar a un “Nuevo PRI”, el de un político “viejo”. Una mezcla entre el profesor Carlos Hank González y el ex presidente Carlos Salinas.

Movimiento de manos para enfatizar promesas de campaña, la manera en que echa su cuerpo hacia adelante tratando de convencer sobre algún argumento, acompañados de muletillas como: “Tu servidor” y “Yo respeto” son sin duda alguna, características clásicas del político priista del siglo pasado, como el que personificaba Héctor Suárez en “¿Qué nos pasa?”

Rating. En rating no le fue nada mal. La edición especial donde participó promedió a nivel nacional 9.8 puntos de rating. Para darse una idea más clara, el programa de TV Azteca que compite en horario, el día de ayer alcanzó menos de la mitad del rating obtenido por Televisa.

Más aún, sea por las marchas de estudiantes en contra de la televisora, desde la vista de Peña Nieto a la Ibero, sea por la empatía una parte de la población siente hacia Peña, la expectativa por ver el desempeño del candidato priista casi alcanzó los niveles de audiencia del primer debate entre presidenciables.

La ausente. Paulette Gebara.

 

 

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El encuentro inició ríspido.

“No es un secreto, señor candidato, que usted ha expresado reiteradas diferencias y críticas a Televisa, y en concreto a este programa”. 

Así abrió fuego Leopoldo Gómez tras darle la bienvendida a Andrés Manuel López Obrador al programa Tercer Grado.