En cuatro años de la administración de Rosario Piedra, han existido hasta seis titulares, el común denominador es Francisco Estrada y su incondicional Luciana Montaño. Foto: Especial

Mueve mano ‘siniestra’ de Francisco Estrada a la CNDH

La Comisión Nacional de Derechos Humanos se encuentra ‘secuestrada’ por su secretario ejecutivo, Francisco Estrada Correa, quien además de ser una figura costosa, en recursos e imagen, reprime a los trabajadores, quienes lo acusan de servir a las autoridades federales

A cuatro años de la polémica toma de protesta de Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la institución se encuentra sumida en una crisis interna provocada por la excesiva expulsión de personal y por los abusos cometidos  por su secretario ejecutivo, Francisco Estrada Correa.

En sus más de 30 años de existencia, es la primera administración en la que el secretario ejecutivo concentra tanto poder y tiene un marcado protagonismo sobre la estructura y toma de decisiones para la operación diaria de la comisión.

Según los trabajadores de la CNDH, funge como “la mano izquierda de la Cuarta Transformación y mueve la Comisión”.

Por las manos de Francisco Estrada pasan todo tipo de decisiones: institucionales, políticas, económicas y de operación.

Su criterio —algunas veces sin tomar en cuenta a Rosario Piedra Ibarra— exhiben el tamaño de conflictos en los que se encuentra la CNDH.

Francisco Estrada es un funcionario de decisiones costosas para la Comisión Nacional de Derechos Humanos en términos económicos y de imagen.

En 2022, en la partida 15202 correspondiente al pago de liquidaciones, la CNDH contaba con 25 millones de pesos para este concepto; sin embargo, de enero a septiembre de ese año, el total de liquidaciones superó los 67 millones de pesos.

Acoso e intolerancia

Su problema con los trabajadores de la CNDH raya en el acoso y la intolerancia.

El 20 de agosto de 2021, emprendió una cacería contra 160 empleados. El “pecado” fue reiterar sus intenciones de continuar con el sindicato ante la nueva administración.

Desde 2012, en la era del entonces ombudsman Raúl Plascencia Villanueva, comenzó a gestarse el Sindicato Único de la CNDH; sin embargo, durante más de una década fue tolerada por funcionarios de alto nivel la posible creación de un sindicato, pero con la llegada de Estrada Correa y Rosario Piedra, se acabó cualquier intento.

Los trabajadores activos de ese movimiento, fueron espiados, reprimidos y despedidos.

“Se revisará la plantilla de empleados de confianza para eliminar el burocratismo, se suspenderá la contratación de personal eventual y por honorarios. Estamos revisando todos los contratos de prestación de servicios. Se cancelará y actuará legalmente en caso de aquellos que se hayan otorgado mediante el influyentismo y la corrupción”, anunció la administración actual a su llegada.

En un principio, Piedra Ibarra conformó su equipo de trabajo con antiguos amigos y compañeros de lucha provenientes de EUREKA con los cuales participó en marchas, protestas y barricadas por la presentación de los desaparecidos políticos.

No obstante, este grupo de amigos muy pronto se dio cuenta de que ya no era lo mismo y que Rosario se dejó cooptar por Francisco Estrada, quien bajo distintos procedimientos, intrigas y rumores comenzó a controlar la CNDH.

Esta coyuntura fue propiciada por Estrada Correa para pagar las deudas y compromisos políticos contraídos durante la aprobación del nombramiento de Rosario Piedra con los distintos grupos y operadores.

Cuando Rosario Piedra toma posesión de la presidencia de la CNDH, la plantilla era de mil 787 empleados, en 2021 fueron mil 876 y para octubre de 2022 fueron mil 885 empleados, esto se explica si se considera al personal contratado bajo la figura de honorarios.

Francisco Estrada, quien como secretario ejecutivo sobrepasa sus funciones y coordina la Dirección General de Recursos Materiales (a través de Cecilia Velazco en cuyo anterior trabajo se desempeñaba como analista) y la Dirección General de Recursos Humanos (mediante Samuel Parra Salazar en cuyo anterior trabajo fue cesado e inhabilitado por varios años por acoso sexual y laboral), controla los contratos de adquisiciones e implementó el esquema de plazas homologadas para justificar la contratación de personal adicional.

Aunado a esto, la inestabilidad al interior de la CNDH se agrava día tras día debido a que los mandos superiores no permanecen en su puesto por múltiples razones como la carencia de liderazgo de Rosario Piedra, la falta de identidad en los objetivos de la CNDH y los abusos de Francisco Estrada, lo que se ha visto reflejado en los pobres resultados de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Personal sin credenciales

Por los despidos continuos en la CNDH, en algunas áreas, en cuatro años de la administración de Rosario Piedra, han existido hasta seis titulares, el común denominador es Francisco Estrada y su incondicional Luciana Montaño quienes se han mantenido en sus áreas.

Las seis visitadurías generales, la secretaría técnica, el Órgano Interno de Control desde el inicio de la administración de Piedra Ibarra han carecido de titulares dado que requieren plazas equiparables a la del secretario Ejecutivo; sin embargo, este se ha negado a nombrar titulares para evitar que alguno le haga sombra.

Tanto Rosario Piedra y Francisco Estrada prometieron desterrar el “amiguismo” y los “compadrazgos” al momento de contratar al personal. Ahora, la CNDH tiene 100 funcionarios entre mandos medios y superiores que carecen del nivel de estudios requeridos para su empleo y ello va desde directores generales con carreras truncas a subdirectores y visitadores sin la formación profesional y/o carentes de cédula.

A pesar de que se comprometieron a erradicar el ‘amiguismo’ de la CNDH, varios puestos directivos del órgano autónomo están ocupados por personal sin los estudios requeridos. Foto: Especial
A pesar de que se comprometieron a erradicar el ‘amiguismo’ de la CNDH, varios puestos directivos del órgano autónomo están ocupados por personal sin los estudios requeridos. Foto: Especial

La degradación en la administración y operación de la CNDH llega a niveles escandalosos, ya que existen directores de oficinas foráneas con nivel de estudio de secundaria o con carrera trunca en diversas disciplinas. En la CNDH hay dos directores generales, 11 directores de área, 33 subdirectores, la mayoría con estudios inconclusos.

En la actualidad, la CNDH tiene mil 885 plazas, a las autorizadas han agregado plazas por honorarios y una nueva figura denominada plazas homologadas.

En la comisión, 508 personas hacen trabajo de visitadores y mil 377 hacen otro tipo de tareas. A pesar de ello durante 2021 la CNDH emitió 155 recomendaciones, poco más del 1 por ciento de las quejas que se reciben anualmente. Esa es la eficiencia de la CNDH de Rosario Piedra donde su brazo derecho, Francisco Estrada Correa, está más entretenido en despedir gente que en rendir cuentas y resultados a favor de las víctimas.

Crean ‘jefa de espionaje’

Si alguien tiene un puesto clave para los juegos de espionaje de Francisco Estrada es Wendy Rodríguez Bernal, directora de Capital Humano. Su caso es la clara muestra del pago de “lealtades” al secretario Ejecutivo.

Su historia se remonta a septiembre de 2020, mes en el que feministas tomaron las instalaciones de la CNDH en República de Cuba en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Después de unos días, las activistas encontraron cortes de carne y pastas en los refrigeradores del edificio.

“Hasta el momento no hay recursos, pero sí hay todo esto, están dos refrigeradores llenos de estas carnes, pollo, filetes de pescado, pastas carísimas”, denunció una de las madres.

Wendy Rodríguez, en ese momento, era la cocinera de esa sede de la CNDH, aguantó la presión mediática y de las activistas y pasó con bajo perfil. Como premio a su silencio y complicidad la hicieron directora de área en recursos humanos. Es decir, en menos de tres años pasó de cocinera a directora de Capital Humano.

Sin embargo, ella comenzó a construir una estructura de “escucha” encubierta.

Su labor fue reportarle a Estrada Correa todo lo que se decía en cada una de las oficinas y espacios de la comisión a través de personal de limpieza. De esta manera, se robusteció el control de personal y las maneras de intimidación se sofisticaron.

Los lujos de Piedra y Estrada

Dos casos muestran el lujo y el mal manejo de recursos, permitidos por Rosario Piedra y Francisco Estrada.

El 31 de diciembre de 2021, la entonces directora general de recursos materiales, Hilda López, adquirió, por adjudicación directa y saltándose toda normatividad un paquete de vehículos por un monto de 3 millones 364 mil pesos, entre ellos una camioneta modelo X-Trail año 2023 para uso de la presidenta de la CNDH.

De esto, la encargada de despacho del Órgano Interno de Control, Olivia Rojo Martínez, no se dio por enterada, a pesar de que se violó la ley federal de austeridad republicana.

El vehículo para Rosario Piedra costó 480 mil 948 pesos y la empresa Car One Sanje entregó las unidades a través de adjudicación directa.

Un caso similar ocurrió con la renovación de muebles de lujo para la oficina de Rosario Piedra y Francisco Estrada.

La empresa Stilo/Concepto fue la encargada de proveer escritorios, entrepaños, armarios, sillones, mesas de juntas y otros muebles por casi medio millón de pesos, a través de una compra directa.

Omitiendo el principio de austeridad, la administración de Rosario Piedra y Francisco Estrada se caracterizó por adquirir una camioneta de casi medio millón de pesos y mobiliario por un monto similar. Foto: Especial
Omitiendo el principio de austeridad, la administración de Rosario Piedra y Francisco Estrada se caracterizó por adquirir una camioneta de casi medio millón de pesos y mobiliario por un monto similar. Foto: Especial

El círculo de complicidades

Al interior de la CNDH, el personal de la comisión ha llamado a lo largo de casi cuatro años, “círculo machuchón” a la red de complicidades de Francisco Estrada Correa con funcionarios que le sirven para intimidar, despedir y tapar errores en la administración de recursos.

Olivia Rojo, del Órgano Interno de Control, es la encargada de encubrir y solapar todas las irregularidades de la administración Piedra-Estrada.

Dentro de las irregularidades no observadas por la encargada del OIC se encuentran los contratos denunciados el 16 de noviembre de 202 a través del oficio 683/CNDH/CGAF/2021 por el entonces titular de administración y finanzas ante el OIC, para que fuera revisado el manejo de la partida 33501 (estudios e investigaciones) mediante la cual se justificó la erogación de más de 20 millones de pesos por supuestos estudios en derechos humanos.

El 20 de diciembre de 2020, la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra, firmó un acuerdo con el que le pidió al entonces oficial mayor, Armando Morales Loya, para que se adjudique de manera directa a la empresa Operbes, un contrato por 60 meses con finalización el 31 de marzo de 2026 (periodo que trasciende la administración de Piedra Ibarra) por un monto de 164 millones, 987 mil 944 pesos.

La propuesta fue superior a la presentada por Totalplay (120 millones 930 mil 504 pesos), es decir, la CNDH adjudicó a una empresa 36.43 por ciento más costosa.