Los enredos 
del procurador

Al jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, sólo le hacía falta una cosa para terminar de atestiguar el fracaso de Rodolfo Ríos Garza al frente de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (PGJDF): que un grupo de bailarinas exóticas se rebelara públicamente y eche por tierra la versión del rescate del Cadillac por el delito de trata de personas.

“No somos víctimas, que les quede claro”, aseguran las mujeres, quienes se mofan al escuchar a las autoridades hablar de un rescate.

Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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"No existe por parte de la empresa contratante, terceras personas, algún tipo de engaño moral o sicológico, algún tipo de amenaza, presión o coacción de cualquier índole"
Contrato del Cadillac que integra el expediente
"Fueron 
de clientes (los policías 
del operativo) 
y ahí estuvieron 
un rato, incluso hasta entraron 
a los privados 
con chavas"
SherlynBailarina rescatada
http://www.youtube.com/watch?v=ShTwYZZy35g

Al jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, sólo le hacía falta una cosa para terminar de atestiguar el fracaso de Rodolfo Ríos Garza al frente de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (PGJDF): que un grupo de bailarinas exóticas se rebelara públicamente y eche por tierra la versión del rescate del Cadillac por el delito de trata de personas.

“No somos víctimas, que les quede claro”, aseguran las mujeres, quienes se mofan al escuchar a las autoridades hablar de un rescate.

Reporte Indigo conversó en exclusiva con un grupo de bailarinas de ese table dance, en su mayoría extranjeras, quienes acusan a la Policía Federal y a la Procuraduría capitalina de armar una historia falsa en torno a ellas.

“De dónde sacaron que nos obligan, de dónde que nos quitan nuestro dinero. Estamos ahí porque con ese trabajo sacamos adelante a nuestras familias”.

Declaraciones a modo

Desde las primeras horas del sábado, el grupo de mujeres provenientes de Venezuela, República Dominicana y Honduras, así como algunas mexicanas, rindieron su declaración ministerial por más de 12 horas.

Durante ese tiempo, refieren que una mujer a quien les presentaron como la fiscal (de Atención a Trata de Personas) intentó convencerlas de que ellas eran víctimas y tenían que denunciar a sus explotadores.

 “No querían aceptar mi declaración, rompieron la primera declaración que hice, ya querían que hiciera otra y yo no quise; la tercera vez me llevaron con una fiscal que me dijo que si yo era del bando bueno o del bando malo, que tenía que declarar porque como era extranjera me iban a mandar para mi país”, relata la bailarina que es conocida con el nombre artístico de Carolina.

“Nos preguntaban qué hacíamos ahí en el Cadillac, quién nos tenía ahí trabajando, cuanto ganábamos y que denunciáramos cosas que nunca vivimos, quién nos quitaba el dinero, que si éramos trata, muchas cosas para enredarnos y dijéramos cosas que no, la verdad nosotros no somos víctimas. Nosotros no somos víctimas de trata ni nada de eso”, detalló la joven.

Para fortalecer su dicho, al menos 17 bailarinas de table dance escribieron un documento de su puño y letra en el que refieren detalles del operativo policiaco y la insistencia de la autoridades de la PGJDF para que asumieran que son víctimas de trata de personas.

Los escritos fueron entregados a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF). 

De manera extraoficial, la Procuraduría capitalina intenta desestimar las afirmaciones de las bailarinas, quienes podrían estar “aleccionadas” por los propietarios del bar a fin de negar la existencia de trata en ese lugar.

Sin embargo, al conversar con ellas, las bailarinas se burlan de aquellas versiones que las dibujan como mujeres reprimidas, blanco de la explotación sexual.

Lo que sí reconocen son historias de penurias económicas.

“Yo antes en Honduras trabajaba en una maquila, el cual yo ganaba mil empiras hondureños, equivale a 800 pesos mexicanos, yo lo que necesito es llegar a tener mi propia casa porque tengo hijos que mantener, una familia; en Honduras no puedo llegar a tener una casa. Me vine sola, me vine en autobús, yo pagué mi pasaje y aquí vivo sola”, explica Scarlett.

En ese mismo tenor hablar Sherlyn:

 “Yo en Honduras estudiaba, pero debido a la situación económica de allá, decidimos venirnos mi hermana y yo para poder ayudar a la familia y hacerles una casa a mis papás.

“Por eso estamos acá, llegamos nosotras dos en autobús, solas, nadie nos trajo y estamos trabajando por nuestro propio gusto, no porque nos estén obligando ni nada, como dicen”.

El operativo

Tales afirmaciones hacen que el caso del supuesto rescate de la Procuraduría de Justicia del DF se tambalee, pues hasta el momento, la dependencia que encabeza Rodolfo Ríos consignó a los empleados operativos del Cadillac,  como son maquillistas, meseros y personal de vigilancia.

Por un lado, las supuestas víctimas niegan ser victimadas, y por el otro, la PGJDF no ha logrado que Alejandro Iglesias Rebollo, propietario del Cadillac, se presente a declarar ante el Ministerio Público.

La Policía Federal, que inició la supuesta investigación por trata de personas en el Cadillac, presentó ante las autoridades locales al menos 72 contratos que se encontraron al interior de dicho establecimiento al momento del operativo, en el que se establecen las condiciones laborales de igual número de mujeres contratadas como bailarinas exóticas.

Rodrigo Ampudia de Anda es el representante legal de la empresa “Cadillac Anzures”, a partir del cual contrata a dichas mujeres para la prestación de servicios profesionales para centros de espectáculos para adultos.

Los 72 contratos forman parte de la averiguación previa FTP/TP-1/T1/030/13-06, y ahí las bailarinas, para ser contratadas, firman que no están bajo engaño.

“Manifiesto que no me encuentro bajo ninguna circunstancia de vulnerabilidad y/o condición particular, como la de pobreza extrema, que me obligue de alguna forma, manera o razón a realizar la actividad o actividades para las cuales me estoy contratando. Realizar bailes exóticos, espectáculos para adultos, acrobacia circense y cualquier tipo de baile artístico”.

Sin embargo, los relatos de las mujeres entrevistadas contradicen este punto del contrato, pues la mayoría reconoce que son orilladas por las profundas necesidades económicas.

El supuesto contrato “blinda” a los dueños del Cadillac y los intenta eximir de toda responsabilidad.

“No existe por parte de la empresa contratante, terceras personas, algún tipo de engaño moral o sicológico, algún tipo de amenaza, presión o coacción de cualquier índole”.

En uno de los apartados el contrato entre el Cadillac y la bailarina establece:

“Queda estrictamente prohibido que la bailarina ejerza por sí o por medio de una tercer persona cualquier acto con fines lascivos o de prostitución”.

El desafío de Iglesias

Ayer al medio día, un grupo de estas bailarinas exóticas, acompañadas por abogados de la empresa de espectáculos Cadillac, se presentaron ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) con pancartas para hacer público su rechazo a ser catalogadas como víctimas.

“La verdad que ahí (al Cadillac) llegan de todos, de la farándula, diputados, llegan muchas personas importantes, ¿por qué eso no lo dicen?, solo dicen que somos víctimas y, la verdad, no”, arremetió Carolina.

El grupo de abogados dispuesto por los dueños del Cadillac para apoyarlas, refiere que la policía ingresó al lugar sin orden de cateo con base en una denuncia ciudadana, que presumía que en el interior se encontraba una joven de 17 años que era obligada a prostituirse.

Sin embargo, en el grupo de mujeres extranjeras y mexicanas supuestamente rescatadas, no se acreditó a ninguna menor de edad.

Además, los relatos de las entrevistadas detallan que los policías ingresaron al lugar como clientes.

“Sí, fueron de clientes y ahí estuvieron un rato, incluso hasta entraron a los privados con chavas”, refiere Sherlyn.

“Lo primero que hicieron fue entrar a quebrar las cámaras y las que no alcanzaban les tiraron servilletas mojadas, empezaron a jalar los cables para ver hasta dónde llegaban y se llevaron todos los videos de seguridad”, detalló Carolina.

Otra de las presuntas irregularidades es la declaración de la supuesta bailarina del Cadillac, Ninfa Mariela Rojas Pérez, quien refiere el único relato del expediente que habla de trata de personas.

Reporte Indigo en su edición “El falso rescate del table dance” dio a conocer que Rojas Pérez, quien se acredita con la nacionalidad venezolana, es la única de las mujeres supuestamente rescatadas del Cadillac que describe que un grupo de hombres le pagó los boletos de avión para viajar de su país a México.

Una vez en México la obligaron a pagar una deuda de 15 mil dólares por los gastos ocasionados, por lo que tuvo que trabajar en el Cadillac de bailarina para pagar dicho dinero.

Lo extraño es que en el grupo de bailarinas entrevistadas ninguna reconoce a Ninfa Mariela Rojas como una de sus compañeras del Cadillac.

En la página de Internet YouTube, aparecen diversos videos a nombre de una mujer llamada Ninfa Mariena Rojas Pérez, a quien se observa divirtiéndose en centros nocturnos.

La musculosa mujer de los videos exhibe un acento al hablar que denota que es extranjera.

Además, hace dos años, a través de un comunicado fechado en julio de 2011, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a través de la 35 Zona Militar, informó que aseguró un vehículo en el municipio de Teloloapan, estado de Guerrero, en cuyo interior se encontró un arma de fuego de grueso calibre.

Al investigar en Plataforma México el origen del vehículo Mustang rojo no se encontró con reporte de robo y aparece como propietaria del mismo Ninfa Mariela Rojas Pérez, con domicilio en la calle de Totonoca, colonia Morelos, en la delegación Cuauhtémoc del Distrito Federal.

Dichos indicios apuntan a que la supuesta bailarina Ninfa Mariela, acreditó la propiedad de ese carro y su domicilio en el barrio bravo de Tepito.

Pero nadie ubica a Ninfa Mariela, excepto en la PGJDF, donde tienen su declaración como bailarina del Cadillac.

El caso se enreda cada día más, igual que el de los 12 desaparecidos de Tepito, vistos por última vez en el After Heaven de la Zona Rosa.

Ambos expedientes se suman a la lista de enredos y pendientes sin resolver del procurador capitalino, Rodolfo Ríos Garza, a quien parece haberle llegado la hora de abandonar la PGJDF ante la poca ayuda que brinda a su jefe. 

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