Los alumnos y profesores acudieron a la universidad con falda con el objetivo de visibilizar la misoginia y acoso que sufren las mujeres

¡La ropa no tiene género!: Profesores y alumnos de Veracruz van a la universidad con falda

Los alumnos y profesores acudieron a la universidad usando falda con el objetivo de visibilizar la misoginia y acoso que sufren las mujeres

“¡La ropa no tiene género!”: así fue la forma en la que el docente Arturo Hernández Abascal, de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, convocó a los alumnos y profesores para acudir a la escuela con falda.

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La invitación se publicó la semana pasada, y a pesar de que estuvo rodeada de críticas debido a que utilizaron los logos oficiales de la Universidad, los estudiantes fueron este martes, 11 de octubre, a tomar sus clases utilizando la prenda.

Lo anterior, debido a que éste fue un experimento para la clase “Introducción al amparo”, pues al ir con falda se buscaba reflexionar sobre los derechos humanos y la inclusión, ya que no solo hay que hablar sobre ellos, sino defenderlos.

Además, la convocatoria también tenía como objetivo visibilizar los problemas de misoginia y acoso que sufren las mujeres diariamente en espacios públicos como planteles de estudio u otros establecimientos.

Tras el experimento, el profesor Arturo Hernández señaló que recibió respeto y neutralidad por parte de las autoridades, quienes tienen la tarea de fomentar los Derechos Humanos.

“Debo decir que ha sido de respeto y absoluta neutralidad, aunque es de resaltar que uno de los ejes del plan de trabajo del actual rector es fomentar los Derechos Humanos”, explicó el profesor para medios de comunicación.

En fotografías difundías en redes sociales es posible ver a un grupo de alumnos, quienes acudieron con falda; por lo que, esta situación generó controversia y dividió las opiniones de los internautas.

Lo anterior, debido a que algunas personas están de acuerdo con que la ropa no tiene género y que cada quien debe usar lo que le haga sentir bien; sin embargo, otros calificaron el experimento como “ridículo”, “tonto” y “morboso”.

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