La contingencia ambiental que viene en CDMX

Sin medidas integrales y de orden nacional, la Ciudad de México seguirá padeciendo crisis ambientales por contaminación en el aire durante este 2020 y los años que vienen, advierten expertos
David Martínez David Martínez Publicado el
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Los periodos de contingencia ambiental por contaminación en el aire en la Ciudad de México se aproximan y, pese a los esfuerzos de las autoridades, una crisis podría estar próxima.

En marzo comienza la temporada de ozono donde el calor y la falta de lluvia hacen más difícil la dispersión de partículas contaminantes generadas por fuentes móviles y fijas, como autos e industrias, respectivamente.

“La primavera en la Ciudad de México se caracteriza por cielos despejados, lluvia escasa, temperatura confortable con días cálidos y noches frescas (…) Estas condiciones favorecen también la formación del ozono y del esmog fotoquímico.

“De hecho, con el primer día de marzo inicia oficialmente la temporada de ozono en la Ciudad de México”, define la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) a la etapa del año que está por comenzar.

Especialistas y activistas advierten que las medidas tomadas en el 2019 por el Gobierno capitalino no serán suficientes para enfrentar este 2020 la época de ozono porque las acciones no son integrales y se volverá a vivir una crisis como la del año pasado.

En 2019, la situación llegó a su punto crítico cuando la mañana del 14 de mayo, la capital alcanzó niveles máximos de contaminantes con una medición de 158 puntos en el Índice de Calidad del Aire de partículas finas PM 2.5

Por primera vez, ese mismo día se declaró la Contingencia Ambiental Extraordinaria en la ciudad.

En respuesta, el Gobierno local anunció un Plan de 14 Acciones para combatir la contaminación en el aire el 4 de junio de 2019.

El proyecto plantea seis medidas de acción centradas en fuentes fijas de contaminantes como casas, industrias y negocios. Las demás se centran en las móviles.

Respecto a estas últimas, el plan propone la regulación de los horarios de tránsito del transporte de carga, la verificación de las motocicletas y nuevos estándares para su venta; y estipula un nuevo esquema de verificación más estricto para otorgar el holograma doble cero, con el cual los vehículos circulan diario.

Los especialistas consultados indican que estas medidas que se empezaron a aplicar en enero de 2020 no bastan porque no atienden de manera integral el problema desde la calidad de los combustibles y la antigüedad del parque vehicular que circula.

Nueva verificación insuficiente

Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), afirma que el actual modelo de verificación no resuelve el problema de fondo, que es provocado en gran parte por lo autos con más de 15 de antigüedad.

El nuevo modelo de verificación, anunciado junto con las 14 acciones, señala que el holograma doble cero se otorgará a automóviles nuevos de hasta dos años de antigüedad que demuestren que por cada 15 kilómetros recorridos gastan un litro de gasolina. Además, tendrán que acudir a hacer la prueba de emisión de contaminantes cada seis meses.

Cuevas asegura que dicha medida es insuficiente pues se deja de lado a los automóviles con más 15 años de antigüedad que circulan en la capital.

Información del Inventario de Emisiones 2016 de la Sedema señala que al día circulan 2.3 millones de vehículos.

De los cuales, según la Encuesta Origen Destino (EOD) 2018 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 161 mil, el 7 por ciento, tiene más de 15 años.

Al respecto de cuánto contaminan este tipo de vehículos, datos de la Guía para la Elaboración de Un Plan Acción Climática del 2015 del Centro de Estudios Atmosféricos “Mario Molina”, revela que emiten 22 kilogramos de precursores de ozono, mientras que uno nuevo 4.7.

El ozono es uno de los principales causantes de la contingencia ambiental y de acuerdo con el Inventario de Emisiones de 2016, al año se emiten 5 mil 142 toneladas del gas y sus implicaciones en la salud pueden llegar hasta infecciones respiratorias graves.

Cueva considera que se debe hacer más estricta la verificación para este tipo de vehículos y así reducir su generación de gases contaminantes.

El año pasado, se declaró por primera vez la Contingencia Ambiental Extraordinaria en la ciudad y el Gobierno local anunció un Plan de 14 Acciones para combatir la contaminación

Mala calidad de los combustibles, causa de contingencia ambiental

La calidad actual de los combustibles tampoco permite tener mejores tecnologías para el transporte público y pesado que combatan la contaminación la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

Fausto Cuevas explica que la CDMX cuenta con diésel ultrabajo en azufre (DUBA) para atender su demanda local de transporte público y pesado de carga; sin embargo, en las demás entidades de la zona como el Estado de México, Puebla, Hidalgo, Querétaro y Tlaxcala, no. Esto causa que los niveles de partículas finas se mantengan en niveles altos.

Según el Inventario de Emisiones 2016 de la Sedema, los vehículos pesados con placa federal contribuyen con el 30 por ciento a las emisiones totales de partículas PM2.5, lo que representa 5 mil toneladas anuales, que generan el 60 por ciento del carbono negro de la ciudad.

Ambas sustancias provocan padecimientos respiratorios y Enfermedades Pulmonares Obstructivas Crónicas (EPOC).

Héctor Rivero, físico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que es responsabilidad de Pemex abastecer mejores combustibles para contribuir a la reducción de emisiones de partículas finas.

“Mejorar la calidad del combustible es una forma en la que se puede tener un control sobre las emisiones”, señala.

Medidas a largo plazo

Stephan Brodziak, coordinador de la campaña de Seguridad Vehicular del Poder del Consumidor, asegura que las medidas como la nueva verificación son positivas pero rendirán frutos en 15 años.

Argumenta que el lapso que tendrá que transcurrir para que haya efectos positivos se debe a que es el mismo en el que los automóviles que circulan sin el rendimiento de 15 litros de gasolina por kilómetro dejarán de transitar.

“Son cuestiones que funcionan a largo plazo, una conversión de la flota vehicular nos va a beneficiar, las 14 medidas que propuso la jefa de Gobierno tendrán efecto en una década o más”, explica.

Y considera que la distribución de mejores combustibles por parte de Pemex también es una cuestión que podría tomar varios años.

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