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A la cita por el líder

Este domingo, miles de panistas de todo el país elegirán a su nuevo presidente, que llevará las riendas del Partido Acción Nacional (PAN) hasta pasadas las elecciones del 2018.

Los panistas llegan a esta cita en medio de una crisis de credibilidad de su partido por los múltiples escándalos que han protagonizado algunos de sus militantes más prominentes.

Antaño, era el Consejo Político Nacional el que decidía, en un acto cupular, quién sería el máximo líder del partido.

47,000
personas militan en otros partidos, de acuerdo a estimaciones de Javier Corral

Este domingo, miles de panistas de todo el país elegirán a su nuevo presidente, que llevará las riendas del Partido Acción Nacional (PAN) hasta pasadas las elecciones del 2018.

Los panistas llegan a esta cita en medio de una crisis de credibilidad de su partido por los múltiples escándalos que han protagonizado algunos de sus militantes más prominentes.

Antaño, era el Consejo Político Nacional el que decidía, en un acto cupular, quién sería el máximo líder del partido.

Ahora, es la segunda vez que sus militantes podrán elegir a su dirigente por medio del voto libre, directo y secreto.

La primera ocurrió el año pasado, cuando reeligieron a Gustavo Madero como presidente en funciones, bajo cuyo mandato han ocurrido varios escándalos de los que no han salido bien librados.

Así llegan Ricardo Anaya y Javier Corral al final de la contienda.

Del primero, se dice que el triunfo lo tiene en la bolsa. Una encuesta del diario Reforma le dio una preferencia del 70 por ciento en la elección.

Sin embargo, a pesar del amplio margen de preferencia, Anaya, el llamado “chico maravilla”, llegará cuestionado a la presidencia del partido, toda vez que no se ha deslindado totalmente de Madero y su gestión.

De ganar la elección y convertirse Anaya en el líder del blanquiazul, estaría en la presidencia del partido de oposición al mismo tiempo que Manlio Fabio Beltrones dirigiría al PRI, el partido en el poder.

Ambos personajes fueron impulsores de las reformas estructurales en el Congreso de la Unión. Ahora, estarán al frente de los esfuerzos por su instrumentación.

Serán más de 220 mil los militantes que puedan votar para elegir al nuevo líder blanquiazul en una de las 9 mil 909 casillas que se instalarán en todo el país.

Mientras Ricardo Anaya representa una cara fresca para el panismo, Javier Corral es uno de los rostros con más historia dentro del PAN.

Sin embargo, sus posturas no necesariamente coinciden con lo que representan.

Anaya es un joven con una ideología más apegada a la derecha. Crítico de la postura de la izquierda más radical, es cercano al poder federal y un convencido de que su partido debe representar una oposición que también sepa acercarse al aparato de gobierno.

Ha tomado como su bandera la creación del Sistema Nacional Anticorrupción; aunque paradójicamente, no se ha mostrado abiertamente crítico con sus correligionarios que han sido acusados de cometer presuntos actos de corrupción.

Uno de estos casos fue el de Francisco Rojas Toledo, conocido como “Pacomoches”, el candidato a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez que fue evidenciado, dos veces, en grabaciones donde se le veía recibiendo dinero para su campaña política, a cambio de la asignación de obras.

En ese caso, Anaya no tuvo posicionamiento alguno. Prefirió guardar silencio.

La otra cara de la moneda es Javier Corral, uno de los panistas más críticos del sistema.

Lo mismo ha cuestionado al partido y sus liderazgos que al gobierno en turno. Es uno de los congresistas con mayor experiencia parlamentaria en el país.

A pesar de que en su discurso también es implacable contra quienes realizan actos de corrupción, ha preferido tener una postura mesurada contra quienes han manchado el nombre de su partido.

En el caso de “Pacomoches”, dijo que no emitiría una postura hasta que tuviera certeza de la culpabilidad del chiapaneco.

Como en todas las contiendas del blanquiazul, los candidatos se han lanzado ataques mutuamente que han lastimado al propio partido en el que militan.

Por un lado, Anaya ha acusado que Corral es un hombre más cargado a la izquierda. En el único debate que tuvieron, lo evidenció en fotografías junto a Fidel Castro y dijo que su discurso era más parecido al de Andrés Manuel López Obrador, que al del PAN.

Por su parte, Corral ha acusado a Anaya de ser demasiado complaciente con Gustavo Madero y su forma de ejercer el poder al interior del PAN, y de aplaudir demasiado al gobierno federal, a pesar de ser cuestionado a nivel nacional e internacional.

Corral ha acusado a Anaya de financiar su campaña con recursos públicos de la Cámara de Diputados, tomados de cuando era coordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, hecho que Anaya negó.

Esta semana, el diario Reforma reveló un audio en el que supuestamente se escucha la voz de Ernesto Ruffo, miembro de la planilla de Anaya, pedir dinero a Guillermo Padrés, gobernador de Sonora, para la campaña del queretano. Ruffo lo negó e, incluso, presentó una denuncia penal por supuesta suplantación de voz.

Las irregularidades del proceso

Los panistas no llegarán a la elección en un proceso inmaculado y plenamente aceptado por los contendientes.

Javier Corral ha sido enfático al señalar las presuntas irregularidades que han caracterizado toda la elección y que podrían manchar el resultado, según su percepción.

En primer lugar, Corral se quejó por la conformación de la Comisión Organizadora de la Elección.

El problema fue que, una vez formada esa Comisión, algunos de sus miembros –la senadora Marcela Torres y la diputada electa Kenia López- se pronunciaron en redes sociales a favor de la candidatura de Ricardo Anaya, con lo que quedó en entredicho la imparcialidad del órgano.

El segundo problema que detectó Corral fue que el padrón de afiliados requería una depuración.

Según sus estimaciones, alrededor de 47 mil personas con registro en el PAN militaban también en otros partidos, lo que invalidaba su registro y manchaba el proceso en general, que debía pertenecer solo a los panistas.

Las quejas de Corral han llegado a la autoridad electoral. Las llevó hasta el Tribunal Electoral, argumentando un crecimiento atípico del padrón y una afiliación corporativa en algunos estados del país.

Elegirán candidatos y su equipo

El domingo 16 de agosto, al votar por los candidatos a la dirigencia, los panistas también elegirán el equipo que los acompañará en diversos cargos al interior del partido.

La planilla de Ricardo Anaya está conformada por Damián Zepeda, quien será secretario general del partido. Con distintos lugares en el Comité Ejecutivo Nacional quedarían Josefina Vázquez Mota, Ernesto Ruffo Appel, Fernando Rodríguez Doval, Santiago Creel, Sonia Mendoza, Rocío Reza y Genoveva Huerta.

Al lado de Javier Corral está José Luis Luege Tamargo, quien sería secretario general.

Lo acompañan Fernando Canales Clariond, Juan Carlos Romero Hicks, Ana Teresa Aranda, Alejandra García Morlán, Rocío Morgan, Rebeca Clouthier y Concepción Ramírez Díez.

En la elección del PAN aplica la segunda vuelta en caso de que alguno de los dos candidatos no obtenga la mayoría absoluta.

El triunfo se declara de forma automática si uno de los candidatos obtiene el 50 por ciento de los votos más uno o si se obtuvo el 37 por ciento de los votos y la diferencia con el otro contendiente es de al menos el 5 por ciento.

De no darse ninguno de estos dos escenarios, la elección se definiría en una segunda vuelta electoral.

A las 19:00 horas de la Ciudad de México, podría darse dé un resultado preliminar.

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