Javier Martínez Rodríguez es una de las víctimas del delito de fraude que ha ido en aumento en la Ciudad de México durante el 2022.

Fraude, delito al alza entre capitalinos

A pesar de que la incidencia delictiva en la CDMX ha ido a la baja, ilícitos patrimoniales como el fraude presentan un repunte

Javier Martínez Rodríguez es una de las víctimas del delito de fraude que ha ido en aumento en la Ciudad de México durante el 2022.

Estadísticas del Secretariado Ejecutivo Nacional del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del Gobierno de México señalan que en la capital ha crecido el fraude 18 por ciento.

Martínez contrató un servicio de herrería para colocar protecciones a las ventanas de su departamento ubicado en la colonia Buenos Aires, alcaldía Cuauhtémoc, en agosto de 2022: afirma que era una urgencia porque la colonia es insegura.

Primero buscó un servicio que se acomodara a su presupuesto, pero los que le recomendaron sus vecinos estaban por arriba de lo que tenía.

Después, en un grupo de redes sociales encontró a Juan Francisco Coronado, quien cobraba casi la mitad que los herreros consultados anteriormente.

“Mi familia y yo vimos que era una buena opción porque de los siete mil que nos cobraban otras personas, él solo cobraba cuatro mil 500”, cuenta.

Inicia el trago amargo

La publicación que vio en redes sociales le dio confianza; se veía a Coronado soldando una estructura de metal y había al menos dos publicaciones similares.

Entonces, el 4 de agosto la esposa de Javier contactó al supuesto herrero por el número de WhatsApp incluido en la publicación de redes sociales.

“Todo iba muy bien, contestaba rápido, nos cotizó rápido y, pese a que no teníamos referencias, le dijimos que viniera a tomar las medidas para que hiciera el trabajo”, explica.

Un viernes, el trabajador llegó al departamento de Javier, llevaba un metro, una regla y una mochila. Estaba acompañado de Jorge García, su socio.

“Tomó las medidas y nos dio la impresión de que era de confiar porque nos dio detalles de cómo iba a hacer las protecciones, el riesgo que corríamos de no tenerlas e, incluso, nos dijo que sabía de canceles y aluminio. Y por eso también le pedimos arreglar una puerta”, cuenta.

Coronado solicitó un adelanto mínimo de dos mil 300 pesos para comprar el material y poder empezar a hacer las protecciones.

“Nosotros no queríamos darle nada, pero nos dio confianza que al parecer sabía de reparaciones y que nos prometió que después de hacer y colocar las protecciones íbamos a quedar tan contentos que ya iba a ser a la persona que le llamaríamos para todo tipo de trabajo de mantenimiento”, detalla.

Posteriormente, se presentó la primera señal de alarma: Javier le pidió una nota y su credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) para tener mayor certeza de que iba a cumplir con lo acordado.

No obstante, Coronado solo mandó un día después la foto de una nota hecha a mano con la firma de su socio. Igualmente, solo Jorge García le permitió tomarle una foto a su credencial.

A pesar de esto, el afectado depositó el dinero y Coronado dijo que el sábado 20 de agosto iba a tener las protecciones terminadas para colocarlas.

Los pretextos del fraude

El viernes 19 de agosto, Javier le envió un mensaje de WhatsApp a Juan Francisco Coronado para confirmar la fecha y hora en que iba a concluir el trabajo.

“Quedó muy formal de llegar a las 4:00 pm, se nos hizo un poco tarde porque estamos en temporada de lluvia, pero aceptamos y el sábado estuvimos todo el día esperando, pero no llegó”, indica.

Durante todo ese día, Javier llamó a Coronado y le mandó mensajes; pero fue  hasta las 6:00 de la tarde que respondió la llamada y mencionó que su hijo se había accidentado y no podría ir ese día.

“Nos pidió darle oportunidad a que supiera bien el estado de salud de su hijo, pero el domingo no nos avisó nada, le tuvimos que volver a llamar y nos comentó que era una situación extraordinaria que ‘no nos quería llevar al baile’ y que el martes era la operación de su hijo, que ese día nos decía cuándo podría”, explica.

Pero el martes 23 de agosto tampoco se puso en contacto, y ya no respondió los mensajes ni las llamadas pese a la persistencia.

Hasta el 28 de agosto, el presunto herrero no se puso en contacto y de este modo se dieron cuenta de que fueron víctimas de fraude.

“Pensamos que era falso lo de su hijo, porque ni siquiera nos mandó un mensaje y él nos dio solo el INE de su socio, no el suyo. Le hablamos de distintos números pero ya no contestó, creo que puede ser una forma de fraude en la que te dan certeza, incluso saben de lo que anuncian y para lo que se ofrecen, pero no cumplen y se quedan con el dinero”, detalla.

Actualmente, Javier Martínez está consultando con un abogado de qué forma puede proceder por el delito de fraude para que Coronado le devuelva su dinero.

“Era algo que nos urgía por la inseguridad y ahora nos quedamos sin dinero y sin protecciones”, expresa.

El aumento del delito

De enero a julio de 2022, la incidencia del delito de fraude aumentó 18 por ciento en la Ciudad de México, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

De acuerdo con la base de datos consultada, en enero de 2022 se abrieron mil 562 carpetas de investigación por dicho crimen.

Cifra que para el mes de abril creció a mil 686, siete por ciento más que al principio del año.

Después, en el mes de julio pasado (actualización más reciente de las cifras) se abrieron mil 846 carpetas de investigación, 18 por ciento más respecto a enero.

En total, en lo que va de 2022, se han abierto 12 mil 143 indagatorias judiciales por dicho ilícito.

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