Los principales afectados por las crisis derivadas de la pandemia fueron la enorme mayoría de las personas en México. Foto: Especial

Fortunas de súper ricos en Mexico aumentan 33 por ciento desde el inicio de la pandemia

Las fortunas de los súper ricos crecieron 117 veces más rápido que el resto de la economía y sin pagar ni un peso más por estas ganancias extraordinarias

Las personas con más dinero en México han visto crecer sus fortunas en un 33 por ciento desde el inicio de la pandemia.

Entre el 2019 y el 2021, por cada 100 pesos de riqueza que se crearon, 21 pesos se fueron al 1 por ciento más rico y, apenas, 0.40 pesos al 50 por ciento más pobre, reveló la organización Oxfam México en su más reciente informe: “¿Quién paga la cuenta?”.

De acuerdo con la investigación, las principales crisis que enfrenta el país actualmente: económica, social, sanitaria y de cuidados, las cuales se hicieron aún más complejas a raíz de la llegada del coronavirus, únicamente han sido una pesadilla para los menos beneficiados económicamente, ya que los más afortunados, no solo se vieron inmunes a estas dificultades, sino que salieron beneficiados.

Para darnos una idea de este fenómeno, Oxfam explica que las fortunas de los súper ricos crecieron 117 veces más rápido que el resto de la economía y sin pagar ni un peso más por estas ganancias extraordinarias.

Algo que advierte es especialmente relevante en una sociedad históricamente cruzada por extremas desigualdades económicas y sociales, donde el 1 por ciento más rico de la población —apenas 1.2 millones de personas— concentra casi 47 de cada 100 pesos de riqueza en el país.

“Las grandes fortunas mexicanas se beneficiaron de manera extraordinaria sin que tuvieran que aportar mucho más a la cuenta para sufragar los gigantescos costos de las crisis derivadas de la pandemia de COVID-19.

“Los súper ricos fueron los grandes ganadores en México, pues han visto crecer sus fortunas en un tercio desde el inicio de la pandemia hasta noviembre de 2022, mientras la economía nacional creció apenas en 0.28 por ciento en ese mismo período”, dice el documento.

Uno de los ejemplos más claros es el caso de Carlos Slim, el hombre más rico de México, de América Latina y el Caribe.

El empresario concentra más riqueza que la mitad de la población mexicana —unos 65 millones de personas— y que los otros 14 mil millonarios mexicanos juntos.

Su riqueza ha crecido desde el principio de la pandemia en un 42 por ciento, equivalente a 25 mil 500 millones de dólares adicionales y a un ritmo desenfrenado de 750 millones de dólares al mes, aproximadamente 25 millones de dólares por día o 1 millón por hora, en promedio.

Además, su fortuna se ha multiplicado por cinco en los últimos 22 años, lo que equivale a 71 mil 900 millones de dólares más desde el año 2000 o 3 mil 200 millones adicionales por año.

Los grandes perdedores

De acuerdo con el informe “Quién paga la cuenta”, los principales afectados por las crisis derivadas de la pandemia fueron la enorme mayoría de las personas en México.

A casi tres años de la pandemia, los niveles de pobreza en el país alcanzaron a 44 de cada 100 personas en México, mientras que casi 9 de cada 100 individuos se encuentran en situación de pobreza extrema.

En cuanto a la pobreza laboral, es decir, cuando las familias tienen ingresos laborales inferiores a una canasta básica a pesar de trabajar a tiempo completo, se estima que afecta a 4 de cada 10 personas en México.

Sin embargo, la organización advierte que para enfrentar los principales retos por los que atraviesa el país actualmente no solo se necesita tener dinero.

“Para hacer frente a las crisis es importante contar con bienes y servicios públicos de calidad como hospitales, clínicas, escuelas, guarderías, estancias infantiles y asilos, entre otros, que permitan disminuir el gasto de bolsillo de las familias, especialmente en tiempos de crisis”, explica Oxfam México.

Además, dice que para que estos bienes y servicios públicos estén disponibles para todas las personas sin importar en dónde viven o de qué familia provienen y que sean de calidad, es necesario contar con dinero público suficiente que se destine para estos fines.

Dinero insuficiente

Contrario a lo que se tiende a creer, el gobierno mexicano tiene poco margen de maniobra para responder ante las crisis debido a la falta de recursos públicos disponibles, señala la investigación “Quién paga la cuenta”.

De acuerdo con la organización dedicada a combatir la desigualdad, esto se debe a las cada vez mayores obligaciones del gobierno mexicano como las pensiones y el servicio de la deuda, pero también a que México es una anomalía fiscal, es decir, “es una gran economía con un nivel medio de desarrollo social y económico, pero en el país se recaudan impuestos a niveles similares que en naciones de ingresos bajos”.

“Esto hace que muchas prioridades queden con recursos insuficientes y que muchas otras, como el contar con un sistema público de cuidados de calidad, no sean una realidad. Incluso si el gobierno mexicano acabara con el desvío del dinero público para beneficio de unos pocos, el dinero público disponible seguiría siendo insuficiente. Aun sin corrupción, el dinero público no alcanza”.

Nueva recaudación

Para hacer frente a los problemas más apremiantes del país, el Gobierno federal necesita de más dinero.

Sin embargo, la recaudación de impuestos, la manera de lograr que más recursos entren a las arcas públicas, resulta insuficiente.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), México es el país con la menor recaudación tributaria como proporción del tamaño de la economía.

“Mientras que en América Latina y el Caribe, los impuestos representan una recaudación promedio de 2.57 por ciento del PIB, México ocupa la última posición entre las grandes economías de la región con una recaudación de apenas el 0.34 por ciento del PIB”.

Para solucionar esta situación, Oxfam México propone realizar modificaciones tributarias e incrementar lo que aportan las grandes fortunas de los millonarios a las cuentas del país.

En su investigación “Quién paga la cuenta”, la organización explica que a pesar de la extrema concentración de la riqueza en unas pocas manos, los individuos contribuyentes con ingresos arriba de 500 millones de pesos anuales apenas representaron el 0.03 por ciento de la recaudación total de impuestos federales y 13.6 por ciento de la recaudación de impuestos federales de personas físicas en 2021.

Por su parte, las grandes empresas en México pagaban hasta 2021 tasas efectivas de Impuesto Sobre la Renta (ISR)  de entre el 1 y 8 por ciento del total de ingresos, dependiendo de la actividad económica, una cifra muy por debajo del 30 por ciento que establece la ley.

“Esto ocurre porque los súper ricos y sus empresas cuentan con distintas formas de disminuir el pago de los impuestos que contribuyen a la cuenta, aun cuando han sido los principales ganadores en medio de estas crisis”, se lee en el informe.

Aunado a esto, se estima que hasta 400 mil millones de pesos en beneficios empresariales en México son transferidos anualmente a paraísos fiscales, lo que merma aún más el potencial de recaudación del gobierno mexicano.

México requiere de más recursos de los que posee actualmente para hacer frente a los problemas que agobian a la nación, motivo por el cual se debe empezar a pensar en una nueva estrategia fiscal más igualitaria y equitativa. Foto: Especial
México requiere de más recursos de los que posee actualmente para hacer frente a los problemas que agobian a la nación, motivo por el cual se debe empezar a pensar en una nueva estrategia fiscal más igualitaria y equitativa. Foto: Especial

Romper mitos

Oxfam México asegura que contrario a la falsa creencia de que los impuestos a las grandes fortunas desincentivan la inversión y reducen el crecimiento económico, esta acción puede ayudar a combatir y revertir las crisis que enfrenta el país actualmente.

“Para establecer un impuesto federal progresivo a las grandes fortunas, este debe tener una tasa del 2 por ciento para quienes posean más de 20 millones de pesos, del 3 por ciento para aquellas personas cuya fortuna se encuentre arriba de 100 millones de pesos y del 5 por ciento para los multimillonarios, es decir, quienes tienen fortunas de más de 20 mil millones de pesos o mil millones de dólares”, propone la organización contra la desigualdad.

Explica que este impuesto a las grandes fortunas permitiría recaudar hasta 270 mil millones de pesos anuales, lo que sería suficiente, para incrementar el actual gasto en salud pública federal en casi 40 por ciento o para multiplicar en 17 veces el actual gasto federal en protección ambiental.

Mantener los privilegios

Una y otra vez a lo largo de la historia de México, cuando se ha buscado discutir e impulsar reformas al sistema fiscal mexicano, han surgido  llamados a no incluir las grandes fortunas.

De acuerdo con Oxfam México, estos argumentos para evitar pagar más impuestos por parte de los más beneficiados se han sustentado tras razonamientos que se basan en falsas nociones de meritocracia, la cultura del esfuerzo y la confianza de los inversionistas, sin tomar en cuenta cómo los ultra ricos mexicanos hicieron en realidad sus fortunas.

En su informe “Quién paga la cuenta”, la organización revela que de las personas multimillonarias en México, 10 de ellas, entre las que hallamos cuatro de las cinco más grandes fortunas, consiguieron su dinero por medio de herencias, pues pertenecen a dinastías que van perpetuando su riqueza y poder de generación en generación en un país en el que no existe un impuesto a las grandes herencias.

No solo la contribución en impuestos de los súper ricos no va acorde a su capacidad de pago, sino que además utilizan distintos mecanismos y privilegios para reducir aún más su aportación al Estado. Foto: Especial
No solo la contribución en impuestos de los súper ricos no va acorde a su capacidad de pago, sino que además utilizan distintos mecanismos y privilegios para reducir aún más su aportación al Estado. Foto: Especial

Ocho, las consolidaron gracias a la ola de privatizaciones del gobierno mexicano durante las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado, como la banca, las telecomunicaciones, los aeropuertos y las carreteras.

Y seis de ellas apuntalaron sus fortunas por medio de concesiones del estado, como la minería.

De no cambiar esta situación, Oxfam México advierte que en el futuro cercano pasarán a la próxima generación más de 1.5 billones de pesos totalmente libres de impuestos, alimentando una vez más una rueda de ultra ricos y privilegios.

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