La pobreza laboral en muchos casos va de la mano con la informalidad. Foto: Especial

El reto del trabajo informal en México

La informalidad y la pobreza laboral son dos males que han crecido en el país por la pandemia y por el ‘descuido’ de las autoridades y que afectan a los sectores más vulnerables

En México, más de la mitad de la población económicamente activa vive de empleos informales, es decir, sin derechos laborales básicos como la seguridad social. Esta problemática se acrecentó con la pandemia de COVID-19 y todavía no existe una estrategia clara y definida por parte de las autoridades para atacarla.

Con la salida de Luisa María Alcalde para incorporarse a la titularidad de la Secretaría de Gobernación y con la llegada de Marat Baruch Bolaños al frente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la STPS se enfrenta a uno de los retos más importantes del sexenio: fomentar el crecimiento de empleos formales en el país, mientras el país atraviesa por una etapa de definiciones políticas rumbo a los comicios de 2024.

La problemática es grave ya que la informalidad laboral se presenta en muchos de los sectores productivos más vulnerables del país como lo son la agricultura, el comercio ambulante, los servicios domésticos y la construcción.

De acuerdo con el censo 2022 que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante ese año sumó 1.9 millones de personas más que trabajan en la informalidad, en comparación al 2018, año previo a la pandemia de COVID-19.

En el último informe dado a conocer por el INEGI, con cifras del primer trimestre del 2023, en el país 32 millones 208 mil 208 personas tenían un empleo informal, lo que representa el 55.1 por ciento de la población ocupada. De esta cifra, 19 millones 129 mil son hombres y 13 millones 178 mil, mujeres.

Por entidades, las tasas más altas de informalidad laboral fueron en Oaxaca, con el 80 por ciento; Guerrero, con el 79.3 por ciento y Chiapas con el 73.9 por ciento. Las tasas más bajas se registraron en Chihuahua, con 34.1 por ciento; Coahuila, 34.6 por ciento; Nuevo León, 36.7 por ciento; Baja California y Baja California Sur, con 37.8 por ciento, respectivamente.

Viendo solamente el otro lado de la moneda, el presidente López Obrador celebró hace tres semanas que el trabajo formal en el país sumó más de 21 millones 820 mil empleos.

Tan solo durante los primeros cuatro años de su Gobierno, la actual administración federal acumuló más de 7.5 millones de personas que se movieron a la informalidad.

Pobreza laboral latente

A pesar de este escenario, la organización social México ¿Cómo vamos?, señaló que si bien la formalidad incrementó, la pobreza laboral bajó de 37.7 por ciento durante el último trimestre de 2022 a 38.5 por ciento durante los primeros tres meses de 2023.

Lo más grave, es que en esta situación se encuentran alrededor de 48.7 millones de mexicanos.

“La pobreza laboral continúa afectando desproporcionadamente a las mujeres. En todas las entidades federativas del país hay más mujeres que hombres en situación de pobreza laboral.

Por cada 100 hombres en pobreza laboral en México, hay 112 mujeres en esta situación”, señaló la organización en su informe “Pobreza laboral a la baja en el 1T2023 pese a mayor informalidad”.

Sobre el panorama de la informalidad en el país, México, ¿Cómo vamos?, recordó que estos millones de personas no tienen acceso a una pensión para la vejez, una jornada laboral fija, liquidación ni vacaciones por ley, entre otras prestaciones.

“Los trabajadores con una ocupación informal pueden estar empleados en negocios informales, no registrados ante las autoridades, o en negocios formales que, no obstante, no les proporcionan un vínculo laboral reconocido ante la ley.

“Además de estar asociada con trabajos de menores ingresos, la informalidad está ligada con los niveles de pobreza laboral observados en cada región: estados como Oaxaca y Guerrero no solo tienen los niveles más altos de pobreza laboral en el país, sino que también tienen las proporciones más elevadas de trabajadores en informalidad laboral”, agrega el análisis.

El Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, concluyó en su foro “Retos para transitar de la informalidad a la formalidad laboral en México”, que llegamos a este escenario por un “descuido” de las autoridades.

“El descuido en la aplicación de políticas pertinentes y oportunas, pudo facilitar la consolidación de la informalidad en la estructura productiva y el mercado de trabajo”, señalaron.

¿Cómo combatir la informalidad?

Para comenzar a combatir la informalidad y la pobreza laboral se debe legislar y poner en marcha políticas públicas económicas, sociales y culturales, que permitan mejorar las condiciones del mercado, el fortalecimiento de las instituciones y la formalidad laboral.

Sobre esta situación, la senadora priista Nuvia Mayorga Delgado opinan que a pesar de que es un fenómeno complejo, existen medidas que podrían contribuir al proceso de transición de la informalidad a la formalidad, como promover la educación y la capacitación para que mejoren las habilidades de los trabajadores y aumenten sus posibilidades de acceder a un empleo formal.

Además, recomendó simplificar trámites, reducir la carga fiscal a quienes les den trabajo y promover la formalización gradual, a través de programas que faciliten la transición de la economía informal a la formal.

“El conocimiento es antídoto para la improvisación y es, además, la receta para poder contar con mejores leyes en favor de la gente”, indicó.

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